23 de diciembre de 2008

LUCIO FONTANA / HERIDA


Es una herida que nunca cicatriza, que nos acompaña hasta la muerte sin ser ella la causante de la misma.


Lucio Fontana, artista italiano nacido en Argentina, impulsador de un movimiento que se denominó espacialismo, no ocultaba sus intenciones en cuanto a transferir la violencia al lienzo con el fin de que la afrenta infligida constituyese un manifiesto antiestético sin dejar de ser un objeto plástico.


Del corte no fluye sangre ni vísceras, sólo una inaccesible quimera sobre lo que hay detrás o deja de haber. Una ironía en que la mirada rebota hasta hacerse mediadora de la simulación, ya que no hay otra lectura, sería imposible conciliarse con ella.


Yo me despido del malecón y de mi amigo Humberto por unos días. La muerte, tierna en su agobio, vigila de cerca a mí y a los míos, y estamos tratando de escapar aunque sabemos que es inútil. Ya cobró a tanto la pieza por uno de nosotros. Por lo menos le llevo ron para nos haga el tránsito más fácil.

22 de diciembre de 2008

CHAIM SOUTINE / HÁLITO DE MUERTE


La muerte ni siquiera se ha anunciado con el tiempo suficiente, llega y no saluda. Después nos deja contando los que estamos y quedamos.


Por eso, en esta ocasión me regocijo de ello con el artista ruso Chaim Soutine, porque para él, en contra de lo que decía Antero de Quental, todas las fantasías espléndidas de la noche valían más que los miles rayos de luz del día.


Y también cabe aquí lo que decía Aldous Huxley a propósito de Brueghel, "todo buen pintor inventa una nueva manera de pintar".


Soutine nos despertó del sopor, acabó con la rutina, porque el desagradar formaba parte de su destino y hasta Proust aseguraba que el placer que un artista proporciona es darnos a conocer otro universo más. El suyo se transparentaba en el nuestro.


Este gran pintor lo ha hecho desde la soledad y siempre presintiendo la muerte.


Mi amigo Humberto llegó al malecón y me recitó:


Como abrazao a un rencor

yo quiero morir conmigo

sin confesión y sin dios,

crucificao en mis penas,

como abrazao a un rencor.


16 de diciembre de 2008

KURT SCHWITTERS / UNA APUESTA


¿Puede un artista utilizar como medio de expresión lo que le venga en gana? Kurt Schwitters, artista alemán, lo tenía claro, nada podía impedirle que sus collages se construyesen con toda suerte de residuos. Dice Julián Gállego que la poesía vuelve con más afán cuando la echan a puntapiés.


Y consiguió una obra que a través de esos desechos nos habla de la vida, de que ella, a pesar de ser expulsada a la intemperie, se agarra y acopia esos objetos para componer plásticamente lo que pudo haber sido y lo que bellamente pudo haber representado.


Él ha sido el artífice en la formación intuitiva de esos signos, de esas señales que vamos despreciando y dejando. Él ha convertido en arte el desdén y la repulsa. Y también ha perpetuado las señales de una época desventurada e ingrata.


Mi minúscula perra lanuda, Goya, me pide insistentemente que le dé un paseo por el malecón, tiene concertados encuentros impostergables. Según va cayendo la noche en nuestro trayecto, mi amigo Humberto, Goya y yo, constituimos un trío que siente el pavor ante las fuerzas desatadas que pueblan la oscuridad. Goya, desesperada, no halla lo que buscaba, y nosotros, junto con ella, trasegamos las esencia del ron para que se nos olvide el mañana.

15 de diciembre de 2008

URBANO LUGRÍS / CARPE DIEM


La bohemia alcanzó un jubiloso significado cuando el artista gallego Urbano Lugrís hizo de ella un encuentro con los arraigos y las fibras más recónditas del alma gallega.


Pintura que nace del himno a ese mundo en el que se entrecruzan leyendas, mitos, fábulas y tradiciones, su obra le da el hálito que necesitaba merced a esa magia del color que sólo un pintor como él puede crear para que nuestra mirada llegue a donde él quiere que se pierda y errabunda penetre en otro ámbito.


Pintura de amplios espacios de tonos suaves, festivos y melancólicos, de mares que son desiertos de luz, de ritos que se celebran por medio de la poesía de un tiempo que el óleo pigmenta de realidad inalcanzable.


Galicia nunca debe olvidar a Lugrís pues de hacerlo arrasaría una parte de sí misma, quizás una de las más esenciales y vitales.


Mi amigo Humberto no se entiende con el pincel, ni con su mano, se pasa el tiempo mirándolos y tratando de dialogar con ellos, pero no hay manera, no se ponen de acuerdo si pintar en yeso un malecón ebrio y lúbrico o en acrílico un cadáver nostálgico de verdades sin mentiras.

13 de diciembre de 2008

LUIS FEGA NO INDIFERENCIA


Ante la superficie del lienzo, a la hora de emprender la aventura pictórica, no se puede ser indiferente, siempre tiene que haber una intuición en carne viva, que derrocha pulsaciones imprevistas en su forma pero previstas en su contingencia.


Luis Fega, artista asturiano, es de esa raza de pintores que explota el vigor que lleva dentro, que lo traza como ondas expansivas que son producto de un confinamiento interior que necesita luz, explosión total, nubes de color nuevo, virgen.


Ésas son las opciones de un pintor que no tiene sueños, que es un insomne permanente dentro de un cuadrilátero en que la tensión entre el vacío lleno en que quisiera darramarse y las riadas cromáticas conforman cielos flotantes en que el espectador se adivina en cada corriente que avanza o retrocede. No es una bóveda de sacrificios sino dionisiaca y en perpetua celebración.


Al oído, mi amigo Humberto me cuchichea que el malecón al igual que Sambi, el dios congo, elabora la sangre que da vida al hombre y luego le sopla por el oído la inteligencia. Y a nosotros, pobres yakaras, nos ha condenado a la mala sombra. ¿Quién pedirá por nuestras almas cuando no sepamos ver a través de ella?

12 de diciembre de 2008

ALBERT KUBIN / LA FRAGANCIA DE NUESTRO SER

Hilton Kramer admitía que hoy en día, sin una teoría que le acompañe, no puede ver un cuadro. Sin embargo, para contemplar estas dos obras del artista austriaco Albert Kubin no hace falta tesis alguna, ellas son su propia hipótesis y conjetura.


Lo que me fascina no es su heterodoxia respecto al espíritu de la época, su visión grotesca, su búsqueda de lo repulsivo, sino la precisión de una alucinación que conjura plasticidad y parodia con los efectos surgidos en las creencias y en las derrotas de una razón ultrajada.

Inquieta esta propuesta porque son cirios encendidos en unas tinieblas que ya están cansadas de guardar secretos inconfesables. Kubin, con su producción, ha ayudado a aligerar esta lista negra, pero aún queda una larga hilera de imágenes encubiertas ansiosas por salir a la luz.

Mi amigo Humberto está preocupado. Le han alistado en una brigada destinada a recolectar aceituna de mar. Él, en principio, trató de escabullirse alegando que desconocía tal fruto y que por lo tanto le sería muy difícil hacer ese trabajo. Todo fue inútil, tuvo que irse con el grupo. Yo me he quedado esperándolo pero han pasado tanto días y tantos rones que no sé si decirle al malecón que le escriba un buen epitafio para su resurrección.


10 de diciembre de 2008

ANDY WARHOL / NO ENCUENTRO


Cuenta Tom Wolfe que cuando en sus inicios Andy Warhol asistía a una cena de "alta sociedad" o del "gran mundo", se hacía tal lío con la interminable fila de cubertería plateada que se quedaba quieto, sentado, sin probar bocado. En una ocasión, una dama que tenía al lado le preguntó la razón de su falta de hambre, a lo cual él le contestó: Señora, yo sólo me alimento de caramelos. Después ya fue otra cosa, se convirtió en un auténtico experto.


Siempre consideré al pop art un movimiento de personajes, que buscaron lo fácil y lo encontraron, y al final nos dieron gato por liebre. Esa inmersión en la cultura popular y en los medios parece una operación de entronización de lo vulgar y en algunos casos de lo zafio. Pero lo quisieron hacer pasar por el arte de la segunda mitad del siglo XX, al que cogieron desprevenido después de tanto informalismo. Al final, y como era habitual, quedó atrás y todavía dejó huella, una huella demasiado pisada en la que ya no se distingue el origen de la planta o plantas que quisieron inmortalizarla.



Mi amigo Humberto va esparciendo por toda La Habana tarjetas de felicitación en las que están insertadas unas jaculatorias pintadas que protegen contra el mal de la vida. Así se apaciguan, según me dice, las sombras, nos permiten sobrevivir en paz y nos prestan la penumbra para que nunca olvidemos que somos víctimas de nuestra propia y particular tiniebla.

7 de diciembre de 2008

COSME PROENZA / RECREACIÓN


El artista cubano Cosme Proenza es un bicho raro en estos momentos del arte contemporáneo. Y es insólito lo que su pintura nos muestra pues nos está trasladando a otros órdenes, otras panorámicas que creíamos ya extinguidas.


De fastuoso virtuosismo, capta el mundo plástico que quiere recrear con un gran acierto y al mismo tiempo invoca una estética que siempre que estamos ante ella resurge porque nunca ha dejado de estar viva.


Es una llamada a la fantasía y a la historia del arte desde coordenadas que nuestra mirada tiene abiertas porque vuelcan nuestro sentido emocional en lo que forjamos día a día como bello, lo que tiene origen en la forma de ir contemplando y viviendo al mismo tiempo.


Y después está esa sabiduría escénica para que la obra tenga más impacto, y hasta un exotismo que la haga más seductora pues atesora la gracia incorpórea de la magia invicta.


Mi amigo Humberto quiere que lo múltiple coexista con su trabajo de deshollinador del tiempo de la pintura. Yo le digo que eso no es posible viviendo al lado de un malecón que lo ansía todo para sí. Y si nos acercásemos, le advierto, no cejará en ordenarnos que le construyamos un muladar a mayor gloria suya.

5 de diciembre de 2008

DUANE HANSON / NO NOS RECONOCEMOS


Esta escultura de Duane Hanson, al contemplarla en un museo o en una galería, nos parece que no tiene otro propósito que celebrar la fealdad de una humanidad tan próxima a nosotros. Sin embargo, en la calle, en nuestro entorno social y urbano, nos pasa desapercibida pues tenemos una visión clasificada de la realidad en función de nuestros parámetros vivenciales e ideológicos.


Ese encuentro de visiones es el después de este icono, que no ahorra sarcasmo e ironía ante nuestra propio asombro inicial y después una desorientación repleta de interrogantes.


Cada día son otros campos dentro de arte los que van tomando una posición que parte del despojo, del desecho, de la deformación, de la frustración e impotencia, para dejarnos una óptica más amplia de lo que puede ser, de lo que puede palpitar ante nosotros sin que nuestra mirada lo vea. Acerca a nuestros ojos la rutina impertérrita de lo que hacemos, un instinto de vivir sin misterio, el decurso indiscernible del comer, el dormir, trabajar y reproducirse. Estamos, pues, ante un acto de crueldad que se convierte en un fenómeno plástico.


Las olas en el malecón estaban vacías, con hambre de rehenes que devorar, pero mi amigo Humberto yo comprendimos que pronto estarían saciadas. Su llamada siempre enternece a algunos que piensan que ellas todavía están más desamparadas y necesitan el calor de sus vidas.

3 de diciembre de 2008

MAGDALENA ABAKANOVICZ / MULTITUD


Me atengo a Ernst Jünger cuando asegura que la tarea de amueblar idealmente el espacio le incumbe al arte, que crea desde el silencio y desde lo invisible.Y añade una afirmación controvertida: el artista no inventa, muestra.


Esta artista polaca exhibe una multitud sin cabeza. Una disposición escultórica que no marca límites al pensamiento de nuestra mirada, a los interrogantes de nuestros ojos cuando se pasean entre cuerpo y cuerpo.


Nos inquietan las ecuaciones que propone en tal encuadramiento, individuo y masa, silencio o griterío, inteligencia o espíritu y cuerpo, ¡una alegoría de la esclavitud inclusive!


Con arpillera y resina, se construye la uniformidad que no tiene presentimientos pues están depositados en las criaturas que como espectadores recorren esas filas de organismos pendientes de un gesto suyo que nunca tendrá lugar.


Y la homogeneidad decapita porque odia lo heterodoxo, lo diferente, lo que no puede predecirse. No es una advertencia, es una realidad. Por eso nosotros, al contemplarlos, tratamos de infundirles vida.


Hoy Manca Perro, un negro bozalón y cimarrón,ha bajado al malecón a contar una de sus historias. Mi amigo Humberto y yo nos acercamos a escucharle con temor pues sus relatos hablan de maldiciones y condenas. En esta ocasión habló de ceibas y persecuciones. No nos quedamos hasta el final, teníamos el alma corroída de tantos muertos esperando a nuestro lado.

1 de diciembre de 2008

ALBERTO GIACOMETTI / REMOTO


Las figuras son flechas verticales que quieren huir de la tierra a la que están firmemente ancladas. Son seres que carecen casi de cuerpo, que no ocupan espacio, que quieren deslizarse pero no pueden.


Giacometti ha urdido una humanidad con la materia del hierro pero sin la fuerza de su resistencia, con la fragilidad propia de un ente perdido, desorientado, que busca su lugar y no lo encuentra. Van solos o en grupos pero como esfinges obsesionadas en comunicarse la brutalidad nacida a pie de tierra de la que huyen, por eso estiran su efigie hasta donde creen alcanzar la meta de lo divino, de lo infinito en paz.


El escultor, en esa reflexión con sus esculturas, les exige que ya que les da vida, le proporcionen un refugio a la soledad y a la muerte, que dialoguen y debatan con él hasta el último momento, que le consuelen ante la falta de esperanza. Después, cuando haya desaparecido, continuarán haciéndolo pero ya serán otros los interlocutores.


Las sílfides desfilan hoy por el malecón. ¿Por qué serán bellezas tan transitorias? ¿Sería cruel solidificarlas y esculpirlas y dejarlas tal como están ahora en el paseo del muelle? No cabe duda de que serían un adiós halagüeño para aquellos que quieran suicidarse tirándose desde el muro. Recibirían una última mirada de ensueño.

28 de noviembre de 2008

FRANZ KLINE / ¿QUÉ ES?


Decía Schopenhauer que hay una "x" desconocida que se esconde por detrás de todo y que constituye nuestro propio ser.


En los grandes formatos en blanco y negro del estadounidense Franz Kline hay múltiples "x" para especular con ellas, pero el ser se confiere a sí mismo la naturaleza de monstruo, de insecto gigante que devora impurezas, gestos, designios, incluso destinos.


Fuerzas que entrechocan en lo oscuro fertilizan lo blanco para cargarse de energía y de fuerza, necesitan un espacio neutro para que las tinieblas que se agarran en la superficie controlen el caos y la rabia que se derraman cuando la luz se apaga.


Blanco y negro, el emblema siempre de un presente que no necesita ni futuro ni pasado. Presente que es presagio de tumba del ser, desde la que nace cada día otra forma viva que festejar al alba antes de ser engullida por la oscuridad devota.


Mi amigo Humberto y yo vamos hoy de visitas, son compromisos ineludibles que jalonan nuestro sino de vagabundos de un tiempo al que queremos darle estilo. Primero fueron los Hermanos de Serapion, después la Sociedad de los Abejorros, luego la liga de los Filartas, los cuales pretendían despertar el alma de su sueño, y por último, la Asociación de Disputas para el Tratamiento de Cuestiones Pendientes. Quedamos agotados y sin una gota de ron. La mala ventura nos sigue persiguiendo. Vamos a esperar en la penumbra a que pase de largo.

25 de noviembre de 2008

FRIDA KAHLO


Frida Kahlo, la desaparecida artista mejicana, tomaba de cada uno de sus autorretratos un instante de sosiego, un fragmento del tiempo que ya no tenía para calmar la agonía que la consumía.




La angustia de la espera queda reflejada en ese mundo estético que abarca de forma turbulenta historia y vida, arte y pueblo, sufrimiento y creencias.




Con una visión portentosa y mágica, transporta la dimensión plástica a líneas de expresión vírgenes, no holladas todavía, en que la vigorosa contextura pictórica afluye en toda su intensidad y no transige con el rechazo o la huida de nuestra mirada.




No podemos ignorar que es la portadora de un universo donde lo onírico,lo vital y lo real hablan, entre lamentos, de objetos evocadores, símbolos, paisajes, animales vivos y muertos, y que lo pintado tiene la cualidad de un designio que se contempla en el enigma que asoma en los ojos de la artista.




Mi amigo Humberto recorre incansable todo Miramar, llega al malecón y al primero que encuentra le pregunta la razón de que nadie le dé respuestas a sus preguntas. El mulato interpelado, ojeroso y zumbón, le contesta que no es tiempo de dudas sino de ir en caravana de leprosos con los pies descalzos.

23 de noviembre de 2008

DANIEL CLAVER HERRERA


Otro año más la Feria de Arte Independiente de Madrid y una vez más el artista y taumaturgo valenciano Daniel Claver Herrera, ofreciéndonos el soplo visible de la materia que se mantiene oculto para que su sombra no sea pisada.


Daniel es un pintor de percepciones internas que encuentra sedimentadas en tesoros de experiencias escondidas en el núcleo mineral de lo que yace en la tierra, y él lo reaviva, lo somete a un proceso de regeneración hasta obtener el fulgor plástico de su ser.


Al contrario de lo que piensa C.G. Jung, logra penetrar en los objetos que están fuera de él porque posee una puerta secreta que le permite acceder a ese sueño cósmico sobre el que se levanta su obra.


Él tiene dos rostros, uno dirigiéndose hacia adentro y el otro hacia afuera y como el Werther de Goethe, piensa: "me vuelco hacia mismo y encuentro un mundo". Y tampoco desdeña a Novalis, el ingeniero de minas, cuando dice que "lo exterior es un mundo interior permutado en estado enigmático".


Polvo de mármol, látex, tierras naturales, acrílicos, polvo de cáscara de almendra, betún, barniz, polvo de madera blanca, negro mate, humo de imprenta y plancha de hierro, éstos son los ingredientes de lo telúrico que deja encerrados y grabados en un frente de signos que son los continentes de un delirio terrestre que no promete divisar un fin.


La muestra de Daniel Claver, haya tenido suerte o no, haya o no mantenido al azar demasiado cerca, quedará en la memoria de lo contemplado por encima de lo visto fugazmente.


20 de noviembre de 2008

JUAN BARJOLA


Juan Barjola, artista extremeño, ha rastreado y batido desde su infancia sus tierras en busca de una verdad que las hiciese visibles.


Y es lo que ha hecho a lo largo de su vida, no a través de los predecibles signos de la sublimación sino mediante una insumisión consciente y deliberada a lo arquetípico. Lo ha llevado a cabo merced a la incrustación en el lienzo de la crudeza e inclemencia de unos unos suelos que gracias a la superposición escalonada de vertientes tonales inflama el espíritu primigenio.


Postula con ello un mismo destino y una misma suerte a tierras y hombres, ligados a trabajos ingentes, aridez y sequía. Un testamento en el que lo plástico recobra toda su energía para verificar que la metafísica de la materia custodia parte de una sustancia intangible.


Mi amigo Humberto me dice que se alimenta de fluidos salinos que se desbordan del malecón. Yo le advierto que esos nutrientes tienen tanta sangre que ahogan la vida y no dan derecho a ventanas con cielo. Estando de acuerdo, nos hemos puesto a ayunar para tratar de poner rumbo al limbo, ya que allí esperamos encontrar algo de ron por lo menos.

19 de noviembre de 2008

PÁVEL FILONOV / FORTALEZAS


Pável Filonov, artista gráfico ruso que fundó una escuela de pintura analítica en Leningrado, ha aprendido que en las distintas fortalezas o baluartes en que los hombres están encerrados, cada uno de ellos es el esclavo de una duda que se repite por patios, recintos, escaleras, muros y hasta techos.


En esta obra el silogismo surge de la tensión, de la fuerza, del movimiento y de la luz, que son los cómplices de ese pensamiento que se desvela. Cada nivel estructura un suceso plástico que se encadena al conjunto pero que guarda celosamente su autonomía de significados, de modo que el espectador pueda ordenar, con metódicas visiones, este aparente caos.


Al contemplarlo detenidamente también comprobamos que la duda es un grito de liberación y de emancipación que el pintor despliega para que sus múltiples autorretratos resquebrajen, aunque inútilmente, ese torreón y de esa forma poder escapar. Una premeditada alegoría de su tiempo y contexto histórico.


Un frío aliento de espíritus barre el malecón y nuestros soplos invisibles anidan en una escollera que constantemente recibe los nombres de las almas de los hombre que perecieron en aguas que maldicen lo que un día han bendecido.

18 de noviembre de 2008

HANS HARTUNG / ATISBO


Este estudio de Hans Hartung, pintor alemán que formó parte de la escuela de París, permite encontrarnos con un animal virtual que se debate en una agitación corporal nacida de su propia fuerza.


El pintor halló en el espectro los símbolos del movimiento que da lugar a que lo finito, cuando toma conciencia de la antinomia, se desenvuelve con la arrogancia de lo que se impone visualmente.


De todo ello se llega a una realidad intrínseca en la que la plasticidad adquiere el ser de sí mismo para sí mismo, igual que la alquimia cuando intenta dar forma al viento.


Y si la mirada, cuando se pose en él, siente el deseo de viajar por ese imaginario, hará que un súbito atisbo penetre en su memoria para siempre.


Una neurosis de angustia ha atacado a los habitantes del malecón bajo el crepúsculo. Unos están irritados, otros en estado de espera, aquellos con fobias o miedos, y los de más allá atrapados por vértigos, sudores, temblores, disneas y taquicardias. Un dios malsano, dicen, los ha condenado por no aclamarle con el fervor de los canonizados. Mi amigo Humberto y yo huimos de una epidemia que nos agarraría sin el ídolo protector adecuado, el que se pinta para no ir a la utopía del cielo.

17 de noviembre de 2008

LA ESCUELA DE ATENAS


Este fresco de Rafael deslumbra por su modernidad, porque compendia un sentido constructivo, arquitectónico, con una sensualidad cromática vigorosa y sutil a la vez, con una capacidad escenográfica insuperable para reunir toda la sabiduría de Occidente en un mismo espacio. Hoy sería una auténtica foto de familia, quizás sin esa magia para revivir el pasado en el presente.


Cincuenta y dos figuras rodean a Platón y Aristóteles. A la izquierda se observa a Pitágoras escribiendo y a Aristóxano de Tarento mostrando la tabla de su nuevo sistema de armonía. Al lado suyo Averroes, Heráclito y más apartado Demócrito de Abdera con la cabeza coronada de pámpanos.


Detrás de Pitágoras están los socráticos, Alcibiades, Esquino, Jenofonte y Aristipo escuchando a Sócrates. Y más allá los sofistas, Diágoras, Gorgias y Cristias.


Al lado de Platón están Espensipo, Menedemo, Jenócrates de Calcedonia, Fedro y Agatón. Y a la vera de Aristóteles, Teofastro, Eudemio, Dicearco, Aristógeno y más lejanos Zenón, Cleanto y Crisipo en representación de los estoicos. Tendido en las gradas se encuentra Diógenes, al que señala Epicuro ante Aristipo. Junto a Minerva y apoyados se hallan Pirro el escéptico, Argesilao con sus dudas e Hipias.


Debajo se encuentran Euclides, Tolomeo y Zoroastro sosteniendo una esfera. Y en un extremo el propio Rafael y el Sodoma.


Equilibrio, visión, ideario, virtuosismo, perspectiva, acervo, historia, filosofía, todo un resumen del pensamiento y la estética de su tiempo y del pasado, con una ventana puesta en el futuro.


Mi amigo Humberto anda en pos de la posteridad pero no da con élla, se le escapa entre la pasta y el pincel, o se le evapora en el barniz. Yo le digo que no la encontrará si no está lo suficientemente desesperado. Para eso todavía queda mucha penumbra, me contesta.


11 de noviembre de 2008

ALBERTO BURRI / HERIDAS


Cuando me encuentro casualmente con esta obra del artista italiano Alberto Burri, reflexiono, por una parte, en como nuevos elementos materiales abren otros ámbitos a la pintura, y por otra, en como esos mismos componentes constituyen realidades autónomas pero siempre ligadas a una conciencia estética basada en el conocimiento y el vivir del tiempo presente.


Burri ahonda en las heridas, en las rupturas, en los tejidos pobres que se remiendan, en metáforas que se esconden para poder sobrevivir. Araña la materia, ya sea plástico, arpillera, hierro, para que la expresión de una existencia que no acaba de ajustarse, que siempre está en quiebra y en trance de volver a construir sobre las ruinas, forme parte de nuestro mundo.


Y también aparecen los deterioros que causa el tiempo transcurrido, el que señala las circunstancias de cada ultraje o los accidentes que acarrean llagas que no tienen caducidad.


Vuelve el agobio a la isla. Todavía no ha dejado de zurcir para tener que recoser de nuevo. No deja de ser una maldición que acierta siempre en sacrificar a las misma víctimas; son tan fáciles de descubrir, tan asequibles, que no puede evitarlo, siempre están disponibles para su disfrute. Y sin embargo el malecón, deprimido por tanto despojo que se arrastra hasta él, grita para anunciar que hay un pueblo que no renuncia a vivir.




6 de noviembre de 2008

EDWARD HOPPER / LA CASA DEL DESIERTO


Es como si esta casa, de arquitectura colonial fuera de época, hubiese quedado olvidada en un paraje desierto donde no se ve a ningún ser humano, mejor dicho, ella es el ser humano que, aunque derrotado, deteriorado y marchito, no se deja vencer. Las vías del tren que se dejan asomar tímidamente son la prueba de que allí no se detiene ninguno, de que nadie rompe esa soledad impuesta por el infortunio.


Edward Hopper, gran artista americano, inclasificable, con ese sensibilidad para precisar la luz y sus sombras, el crepúsculo, la noche y su claridad, es un creador sosegado que vuelca en la pintura la autobiografía de una soledad y de un silencio donde no debía de haberlos.


Y por eso la casa queda ahí sola y callada, erguida a pesar de todo y resguardando su historia, envuelta en el halo de lo que transcurre ilimitadamente aunque su fin es seguir ahí, como un autorretrato que nunca ha de interpretarse pues ya lo dice todo. Hasta en su decrepitud es soberbia.


Días de abatimiento en que mi amigo Humberto y yo no encontramos en el malecón el mensaje seguro de salvación que nos corresponde. Hay tantos y todos son tan distintos que podemos equivocarnos. Nos cansamos de tanto bullicio y fragor y nos fuimos. Al fin y al cabo, la única salvación que conocemos es la penumbra.


5 de noviembre de 2008

ANTONIO SUÁREZ


Muchos años atrás, cuando vimos por primera vez la pintura del artista asturiano Antonio Suárez, miembro fundador del "EL Paso", nos quedamos un tanto atónitos por la densidad atmosférica que inundaba las superficies de sus cuadros, las texturas espléndidas que festejaban delicadamente y con dimensión callada el azar que les ha permitido salir, emerger, mostrarse, como huellas de una realidad viviente.


Antonio es un pintor que quiere que las cualidades y virtuosismos de la materia, del pigmento, del óleo, sean previas a la visión, que incluso sean ellos los protagonistas de fecundar la simiente, de engendrar la obra con esa sabia devoción en que la trama aparece como un coral en perpetuo renacimiento hasta llegar a una ortogénesis múltiple.


Si hay tantos gallos sueltos por el malecón es que andan muy cerca los abakúas. Uno de los sacerdotes, después de arrancarle al pollo unas cuantas plumas del cuello y de debajo de las alas, las coloca en forma de círculo sobre el parche del tambor. Y me invita a poner mi lengua en el centro del circulo. Aterrado, lo hago. Ya nunca podrás decir mentiras, me dice. ¡Y entonces cómo voy a poder sobrevivir sin engañarme! Mi amigo Humberto y yo tomamos camino de la penumbra con la esperanza de que bajo ésta y con unos buenos tragos de ron no fuese exigible esa condena.

3 de noviembre de 2008

JUAN GRIS


Postrado en mi sillón, bajo de ánimo por desafecciones tan ciertas como imaginadas pues nunca sabes lo que hay de verdad en esos monólogos infernales que te asaltan, leo la biografía de D.H. Kahnweiler, el gran marchante de París, escrita por Pierre Assouline.


En sus páginas se evocan los últimos momentos de la vida del artista español Juan Gris, al que estaba muy unido y al que consideraba el hombre más puro, y el amigo más fiel y tierno que ha conocido. Sin duda, el más noble de lo artistas.


Y es que Gris, el que nunca llegó a ser reconocido en su época, insoportable para Picasso (aunque después no se despegó de su lecho de muerte), le dio al cubismo el aura de luminosidad que le faltaba, la que hacía que su pintura tuviese una realidad leve, etérea, un hálito fresco, al mismo tiempo que revelaba tanto su lado intangible como su fisonomía corpórea, paradoja que pone en evidencia el secreto de un sentido del orden que establece jerarquías visuales en la superficie, prodigio de su propia simbiosis.


Nunca dejó de ser el pintor del que se habla para convertirse en el pintor cuya pintura se compra.


Mi amigo Humberto me dice en uno de sus mensajes que la isla se está desplazando muy lentamente porque por debajo de ella son muchos los que la empujan hacia tierras más fértiles y paradisiacas. Y puede ser cierto, tan cierto como que el agobio es un verdugo de destinos que apenas creen que lo son.

31 de octubre de 2008

HOWARD HODGKIN / ALMA DE UN HOMBRE


Si según la creencia mágica partiésemos de la idea de que en el retrato se hallase el alma de un hombre, el poseerlo significa el tenerlo a tu merced. Cuando le infliges un daño a la persona, también se lo estás causando a su imagen.


En este retrato del pintor británico, Howard Hodgkin, es como si los sufrimientos, el dolor, y la angustia ante ellos, hubiesen borrado el semblante dejando únicamente unos mínimos ojos como huella y testimonio de ese padecimiento, de una tortura que ha humedecido el rostro de sangre.


En él no queda desvirtuado todavía ese trasfondo religioso de la identidad entre retrato y retratado, ese abismo que se hace más profundo a partir de los comienzos del arte,cuando nos comenta Plinio, se trazaron líneas en derredor de la sombra de las personas. O como en las leyendas tibetanas y mongólicas, que se concibe la sombra como un retrato en potencia que sólo espera que alguien lo plasme.


Mi amigo Humberto está desolado por lo que ocurrió con uno de sus cuadros. Era un encargo de un cliente que le pidió un paisaje tropical con un loro. Cuando fue a recogerlo, se quejó de la ausencia del loro en la tela, lo que mi amigo explicó diciéndole que éste había volado porque, sin darse cuenta, había dejado abierta la ventana. Y al final no hubo forma de que se lo pagara. ¡Qué caros cuestan esos errores!

30 de octubre de 2008

MI AMIGO HUMBERTO EN LA ENCRUCIJADA


Al traspasar el umbral del taller de mi amigo Humberto, me encontré un gallo con sus patas empapadas en naranja encima de un lienzo. Me aseguró que lo había hecho Hakusai en Japón. Después imitó a Protógenes arrojando una esponja impregnada en rojo sobre la tela. El efecto obtenido era ininteligible y confuso, hasta el punto de que el ave galliforme no se reprimió en mear encima para imprimirle más nitidez.


Inconsolables y meditabundos, nos fuimos a dar un paseo y al llegar ante una pared mugrienta se puso a mear, diciéndome que Piero di Cosimo al fijar la vista en un muro lleno de vómitos, imaginaba batallas entre jinetes, extrañas ciudades y los paisajes más extensos nunca vistos. Y el pintor chino del siglo XI Sung-ti aconsejó a Ch'en Yung-chih que pintase un paisaje de acuerdo con las ideas sugeridas por un muro derruido, porque entonces el pincel seguirá el juego de la imaginación y el resultado será divino y no humano.


Pero los meandros dejados por el orín no resolvieron nada. Sería, supusimos, por su nula consistencia o demasiado aguados por la carencia de ron.


En esas aparece un agente de la autoridad y nos lleva, temiéndonos lo peor, ante el juez por considerarnos autores de un delito contra el patrimonio inmobiliario, pero el magistrado, ante nuestro asombro, se remitió a una célebre sentencia del rey inglés cuando Hans Holbein fue acusado: "Sabed, Señor, que, si quisiera, podría convertir a siete campesinos en siete condes pero nunca siete condes en un Hans Holbein".


Y fue así como quedamos libres y con más empeño que nunca en trazar la silueta de las sombras en ese escaso amanecer en el malecón.


EL ARTISTA


La antigüedad clásica no atribuía un talento especial o singular a pintores o escultores. Según Schweitzer, "la posición social del artista en la ciudad-estado griega era aún muy limitada, caracterizada por la falta de independencia, la mitad de los derechos ante la ley y una estimación de su rango extraordinariamente baja".


Los motivos estribaban en la condición manual de su labor y en la concepción platónica del arte como mimesis, o imitación de la naturaleza, un reflejo lejano del verdadero ser, que el arte intenta copiar como una segunda mano. Platón los consideró artesanos porque les faltaba por completo la inspiración divina con que contaba el poeta.


Es Plotino, ya después del siglo IV a.d.Cristo, el que ante una imagen de Zeus explicó que lo que tenía Fidias en su interior no era la representación del dios sino su propia esencia.


Tal afirmación facilitó el camino a una revisión del concepto de artista, llegando a equipararle a los poetas y pasando, igual que éstos, a ser protagonistas de sus propias biografías.


Finalmente, hemos de señalar que esta imagen del artista no se perdió del todo en la Edad Media y reapareció triunfante con el Renacimiento.

29 de octubre de 2008

CARLOS CASARIEGO / SEGUIR DONDE LO HE DEJADO

Entre estas dos obras del artista asturiano Carlos Casariego media un tiempo de cuarenta años. Y sin embargo, las nociones subyacentes son similares que no idénticas.

En la primera muestra anida un concepto plástico por el cual la imagen, la representación, no vale por sí misma, porque no es completa, porque le faltan los rasgos vibrantes que él introduce, de tal forma que esa esquematización a partir de una gama cromática simbólica pueda transformarla hasta llegar a ser como la que propone, como en realidad debería ser bajo otros patrones más estéticos. El objeto pasa a ser trasfondo y el emblema (rojo, blanco y negro) el objeto, y la construcción una alegoría del poder.



Pero ya han pasado cuarenta años y la rabia contenida se postula ya sin referencias externas, sólo la emoción virulenta expresada a través de la fuerza del pigmento. El cuadrado negro intenta contener esa marea roja en un mar contaminado de azul mas es imposible. El pintor descubre que su evolución pictórica se llena de los mismo signos pero con otras texturas, otros significantes, que condensan casi una vida en formas que se desdicen para adquirir más significado.

Esta noche los murmullos del malecón están cohibidos. Han ahorcado a un esqueleto en una de las puntas. Mi amigo Humberto me dice que habrá más, que alguien sin culpa los sacará de sus tumbas para que ahí colgados no pasen hambre. Y nos fuimos, pues no nos atrevemos ni con el hambre ni con la justicia, sólo con la penumbra por cicatearnos el cobijo.

28 de octubre de 2008

ISABEL COSIN / NATURALEZA LIBRE


Para Isabel Cosin, artista valenciana, la naturaleza no debe pintarse como lo que es sino como lo que parece. Y esta obra es todo un ejemplo de ello.


La conciencia teórica y estética está presentes en la plasmación de unas formas que a través del color dilucidan el perfil y la fisonomía de un paisaje que se inventa a sí mismo dentro de una superficie acuífera transparente.


Y este paisaje divaga por medio de la armonía de leves acordes, de acústicas en que se refleja una plástica lírica, de poemas arbóreos en busca de significados latentes en la nomenclatura cromática.


La mirada nada a través de esta sinfonía cuyo propósito se percibe a través de una danza que sea el origen voluptuoso de otras.


Entre el sol y la sombra mi amigo Humberto pinta incansable. No sigue ningún rumbo pero cuando se acerca al abismo retrocede. Y yo le digo que es necesario cruzarlo, de lo contrario el malecón ya no serviría para solventar las dudas, para acallar la rabia de los tiempos y el furor de los impíos.

PAULA FIGOLI / DESGARRÓN


Un velo queda rasgado por la tensión de fuerzas centrífugas (quizás son las propias manos del que usurpa un espacio ajeno), aunque la ligazón persiste a través de una atadura que quiere volver a reunir ambas partes, a restaurar lo desgarrado para que el enigma, lo que está oculto, siga estándolo.


Paula Figoli, joven e inquieta artista argentina, juega con la plasticidad de lo que se descorre para enseñarnos a ver más allá. Y en este caso, la cicatriz negra, quemada, con su costra mordida, queda al aire para mostrar un misterio que no ya no pretende serlo aunque siga sin ser desentrañado.


El himen se ha desflorado, la vertiente genuina del símbolo adquiere toda su dimensión y grandeza, y la catarsis es una piel machacada cuya sangre seca petrifica una geografía en la que la carne perpetra la traición involuntaria a la materia de la que está hecha.


Obra que concita visiones encontradas, mirada agudas ante un lenguaje de expresión dolida y en presencia de un elocuente sentido del sufrimiento en lo táctil y epidérmico.


Las fronteras del malecón no entienden de vida. Impiden la entrada cuando la exaltación es auténtica y no fugaz. Hoy, junto a la penumbra y debajo de ella, arribamos a sus límites y los traspasamos gracias a que no pudieron descubrirnos. Celebramos la gesta mi amigo Humberto y yo con una botella de ron salvada del naufragio. Y apoyados en el muro contemplamos en silencio los fantasmas de la desolación.

27 de octubre de 2008

FRANCIS BACON


Tomándome la libertad de remitirme a una frase dicha por Schopenhauer sobre la raíz de la filosofía, que le dirigió a un interlocutor al final de su vida, diría que un "arte entre cuyas obras no se escuche las lágrimas, el aullido y el rechinar de dientes, así como el espantoso estruendo del crimen universal de todos contra todos, no es arte".


Francis Bacon así lo entendió y así lo llevó al límite. Todo lo que hay que decir sobre él y su obra ya lo ha pronunciado él con harto dolor. A nosotros nos toca contemplarlo y hacernos eco de ello. Si el Bosco nos deslumbró con lo incógnito, Bacon nos asombró con la capacidad de crueldad, furia, ensañamiento y destrucción que guardamos en nuestro interior. No hay mejor testimonio que el suyo.

MARCOS LORENZO / LA ANGUSTIA


Cuando se enfrenta el artista a la superficie sin rostro, le acomete una sensación inicial de impotencia, de duda, de indecisión. Marcos Lorenzo, pintor español, adivina que lo genuino en su sentido pictórico es agarrar la esencia de lo español -ese negro que se remonta a Zurbarán- y a partir de ahí ir consolidando un trabajo en que la mancha escribe por sí misma una historia plástica. Él tiene la suficiente seguridad e incontables recursos para encararlo.


No cabe duda de que es un continuador que arriba al informalismo como una vía de síntesis pero también de sinopsis, y de transgresión concebida desde dentro para que lo que salga afuera tenga la impronta de una sustancia interminable por su deseo de ser, de existir. Si en un momento determinado se experimenta una inclinación nihilista, ésta queda anulada por su carencia de tensión y de deseo.


En esta obra, empieza a considerar que unos confines han de incorporar otros, por eso la huella de una imagen blanca con fondo amarillo sucio queda atrapada por el tronco negro de la angustia, del temor a ser arrojado al exterior, a lo desconocido. Quizás sea una forma múltiple que emprende un nuevo rumbo desde premisas ya muy afianzadas, o quizás el final de un principio que todavía no ha germinado. Probablemente ésa sea la tensión que necesita para proseguir. Ojalá sea así.


Me encuentro a mi amigo Humberto bailando en el malecón en honor a Yemayá. Mientras lo hace canta:

  • "Orún oké orún salé ebá mi kachocho" (Dios en el cielo y en la tierra, no me dejes solo, ampárame).
Sigue bailando y dando vueltas con los ojos cerrados. Y a medida que lo sigue haciendo lo voy perdiendo de vista hasta que pasados unos instantes no lo diviso. Se ha ido pero sé que volverá.

23 de octubre de 2008

LIA KAUFMAN / LO TRANSLÚCIDO


Lo lineal, lo geométrico, lo que se somete a un escenario de líneas y volúmenes, acredita la transparencia poderosa de la idea. Y esta luminosidad, nitidez y diafanidad son la puerta que abre la aparición de los cuerpos en su doble condición de realidad encarnada en su ropaje y reflexión metafísica envuelta en un halo translúcido.


Lia Kaufman, artista nacida en Argentina y radicada en nuestro país, marcó su rumbo plástico bajo esa premisa, que podemos también conceptuarla como el trazo de emociones en espacios que se entreabren como cuadrículas intemporales para que la figura adquiera la luz del símbolo, la meditación estática de lo que es y representa.


Y lo consigue plenamente, de tal modo que un paisaje sin sombra -yo que soy tan amigo de ellas-, casi desnudo, otorga vida a seres que se quedaron un instante detenidos en su eterno deambular.


Aunque la que no se detiene es ella, que, a partir de un acervo pictórico que le sirve de guía, prosigue una trayectoria que arriba a nuevas desembocaduras estéticas, con el propósito de ensancharlas hasta convertirlas en deltas.


Los babalaos apostrofan al malecón por culparle de la pérdida de su magia. También mi amigo Humberto le hace causante de sus desdichas, de su incapacidad para retener su incontinencia plástica, su cólico iconográfico. Son tiempos malditos, le digo, en que la creación no puede escapar de la sombra que destruye.

JUAN GOMILA / CEREBRO


Juan Gomila, artista enraizado en Asturias, es un pionero de una concepción plástica basada en que el espacio adquiere el narcisismo del "yo" y los distintos componentes que lo integran son el "ello", considerado éste como el factor catalizador de las distintas formas en que se despliega aunque sin pérdida de la igual naturaleza con la que opera el "yo".


Al darle la vuelta al objeto, que ya no estima necesario contemplado en su origen, y ver su reverso, retoma la caligrafía de las relaciones que entre ellas se desatan, la encrucijada de formas, señalando su identificación cromática en función de la piel con que se visten y taladran la superficie.


Hay mecanismos y engranajes, y planos que sirven de mapas a circuitos y filamentos conductores, tal si fuese, en definitiva, un plasma cerebral que postulase un sentido pictórico desde la formación de lo que vertebra una condición estética dada. Y con la que no se oculta nada.


Mi amigo Humberto sopesa y tasa los síntomas y el desarrollo de la angustia en la masa pigmentada. Se ve sin energía psíquica, y enfermo de agorafobia no sale del taller, no pasea por el malecón, ni camina en busca de esa pócima mental que haga del vacío un icono con el que seguir aburriendo a la vida.

21 de octubre de 2008

ALEJANDRO MIERES / UTOPÍAS


Se ha dicho que la concepción marxista de la sociedad humana bajo el comunismo es una colectividad de artistas dedicados a la producción creadora. Si eso fuese así, Alejandro Mieres, artista afincado en Asturias, sería el artífice de la superficie utópica donde se asentaría.


Explorador de proyecciones plásticas en las que caben ficciones, invenciones y quimeras, estructura esquemas arquitectónicos de civilizaciones posibles en las que la síntesis de espacio, color -monocromo-, relieve y tiempo, conforman una visión que irrumpe como una plataforma estética fascinante.


Jesús Villa Pastur sostiene que este pintor consigue dos cosas inéditas en la historia de la pintura: que un cuadro pueda exhibir numerosas apariencias -múltiples realidades plásticas sin menoscabo de su concreta y nuclear realidad formal- y que ese amplio repertorio de apariencias se dé fundamentalmente en los ámbitos del espectador, convirtiéndolo casi subrepticiamente en colaborador.


Mi amigo Humberto trata de que un destello postrero difumine la colonia de criaturas que navegan por las aguas antillanas. Han sido condenadas por un delito de insomnio. Iluminado por sólo un miserable cirio, acerca sus ojos al lienzo para estudiar el modo en que nunca aparezca en la pintura la tierra prometida, pues de haberla, se la apropiaría tal como un fantasma requisa la sombra de un vivo para darse luz.

NICOLÁS DE STAËL / LEVEDAD


Esta obra de Nicolás de Staël se guarece en la poesía de la levedad para encerrar el misterio de una construcción blanca en un negro recinto de soledad.


Este pintor ruso que se quitó la vida en Antibes confiaba en que lo abstracto fuese el poema gráfico de una vivencia exhausta de tanta angustia no acabada. O la evolución de una pintura que estaba en los márgenes extremos de un verso puro, incontaminado de lo ya vivido y en camino de lo degenerado.


Levedad que no se sostiene, que gravita, que es un aroma entrevisto, un perfume del sino de pintar tenuemente los dos polos de un mismo destino. No hay crueldad en ello, sino la exacta melancolía de una existencia que termina.


Los mudos convergen en el malecón porque quieren hablar, pero nada más verse y reconocerse saben que el aprendizaje del lenguaje está por llegar. Y también saben que esa nueva lengua tendrá otro alfabeto y designará los conceptos según la forma de los labios. Mi amigo Humberto y yo, enmudecidos, comenzamos a pensar que no hay historias que no quisieran escribirse sino amanuenses que han quedado mancos por relatarlas en silencio.

19 de octubre de 2008

JOAQUÍN VAQUERO PALACIOS / LO GEOLÓGICO


Pocos pintores han sabido calar tan hondo en lo tectónico como el asturiano Joaquín Vaquero Palacios. Él sabe como organizar esas masas pétreas, adivinar su textura y su vivencia geológica.


La morfología de ese paisaje prehistórico vierte todo su enigma en el espacio finito que trata de contenerlo, trasladando a nuestra mirada una noche insondable en un paraje de colosales túmulos que como criaturas gigantescas tapizan una superficie de sombras.


Grandiosidad afirmada en una gama cromática que hace más penetrante la sensación táctil de encontrarnos en una dimensión que nos enseña a ver la naturaleza de lo telúrico, ese espíritu que nos mantiene vivos e inmersos en lo que somos y seremos dentro de su interior.


Me abruma lo desconocido que está emergiendo en el malecón, que no se sabe si proviene de las aguas, del oriente o del norte. No tengo a mi lado a mi amigo Humberto para preguntarle, él sigue recluido en su taller tratando de desvelar las formas dantescas y caprichosas de un infortunio que no amaina.


16 de octubre de 2008

LYONEL FEININGER / CONSTRUCCIÓN


Lyonel Feininger, artista norteamericano de largo recorrido estético, cree en la consistencia de la geometría, en la versatilidad del ángulo, de la línea y del prisma, para construir una realidad plástica a partir de la objetividad existente.


Y esa construcción aspira a que la historia del arte tenga otra base y múltiples coordenadas sobre las que seguir desarrollándose. Para ello lo finito se hace infinito, el vértigo de la ascensión se convierte en fe y lo humano en un minúsculo signo que se ampara y protege en el armazón que prolonga rectas, ejes, planos y volúmenes en una secuencia inacabable.


Obra en la que nunca vemos el final ni presentimos que lo haya, ni siquiera, incluso, ponderamos su necesidad.


Mi amigo Humberto, paseando sobre este acorde isleño para un solo instrumento, busca con fervor lo ilimitado en lo concreto más vital. Al no encontrarlo, desdibuja lo pintado y enmascara el antifaz para contemplar desde él lo único que se conserva puro en la penumbra.

15 de octubre de 2008

OSKAR KOKOSCHKA


Para Oskar Kokoschka, artista austriaco, el espejo era un recurso insuficiente en donde él reflejarse y percibir todos sus demonios. Además no podía dejar sin vestigio ese juego que ya había iniciado consigo mismo a través de sus otros autorretratos, cuya proyección plástica absorbía completamente lo emocional hasta configurarse como la expresión pictórica de un hombre que, desconcertado y enajenado, pide un latido más de aliento para continuar.


Y si además el fondo cromático que sirve de muro o tapia amalgama intensamente conmociones, inquietudes, alteraciones o temores, es por el entorno que lo aprisiona y le confunde. Afuera hay demasiada sangre.


Como consecuencia de su participación en la I Guerra Mundial tomó aversión a la realidad que le circundaba, y ese sentimiento impregnó su huella en el rostro y en las manos, y sumergió en la oscuridad una parte de sus facciones, transmitiéndole vislumbres de enloquecido.


Mi amigo Humberto ha vuelto a internarse en el vacío comunicativo. La isla naufraga aunque se mantiene a flote, y el malecón distribuye encomiendas a los desaparecidos deseándoles buen viaje.

14 de octubre de 2008

NICANOR PIÑOLE / RETRATO


Nicanor Piñole, este gran artista asturiano, compendia, en este retrato de su madre al final de su vida, un atlas de las vicisitudes de toda una existencia.


Su enorme talento pictórico le permite compaginar magistralmente la fuerza expresiva con la firmeza sosegada del dibujo, que ahonda en el volumen, en los múltiples rasgos, en la manera reclinada de la posición, señales inequívocas que nos hacen ver el paso del tiempo, su inexorabilidad, su condena. Piñole ha retratado la vejez sin un subterfugio por el que evadirse, por el que seguir respirando sin contaminar esta atmósfera de descomposición.


La plasticidad de este retrato, terroso, ocre y negro, colores afligidos, yermos, devastados, señala no sólo la materia mortal de que estamos hechos sino también la crudeza de nuestro destino, que se lee en cada mano, en el rostro, en la cabeza.


Hoy es día de silencio en el malecón. Mi amigo Humberto y yo acallamos lo evidente y enmudecimos ante lo oscuro.

13 de octubre de 2008

ADOLPH GOTTLIEB / ABDICACIÓN


Pintores como el norteamericano Adolph Gottlieb han abdicado de enfrentarse al lienzo desde el espíritu del pasado. Como expresionista abstracto toma como referencia el estallido de lo ensimismado, de la forma que no acaba cohesionándose más que cuando se derrama en una geografía cuyos planos son su elemental esencia.


Lo accidental y lo existente dejan de aparecer, ya no juegan ningún papel en esta obra ni determinan representaciones que buscan al hombre para eternizarse.


Se desea la plasmación de un mancha que se manifiesta como un pensamiento policromo en estado de ser en sí, de ser en la nada. No hay nada más ni tampoco es necesario, ni siquiera legítimo. La mirada debe posarse y anudar su duda imposible en la abstracción y después vagar y cavilar en lo que ya será posible.


Mi amigo Humberto, me grita desde la lejanía, está juntando las cenizas del pasado para formar un presente. Pero están ya frías y su dibujo se deshace, y en el malecón, esta noche, no hay nadie que conozca la leyenda, también está olvidada en estos tiempos de ciclones y hambre.

10 de octubre de 2008

EVARISTO VALLE / CARNAVALADA DE LOS OSOS


Jesús Villa Pastur, el inolvidable crítico asturiano, decía que las "Carnavaladas" del también asturiano y artista Evaristo Valle son únicas en la pintura española de todos los tiempos. Y quizás sea cierto.


Él habla del sortilegio del color, del misterio que las envuelve, del hálito poético que de ellas brota. Y también del silencio, del rito extraño y arcaico, de un dolor sobrehumano, de la vergonzante reverencia del hombre a su propia animalidad.


Evaristo Valle nos infunde un fuerte y penetrante extrañamiento ante esta obra, "Carnavalada de los osos", que revive arquetipos olvidados y marginados por la modernidad. Ella nos recuerda lo que fuimos, nuestros temores ancestrales, el oscuro enigma de nuestros orígenes. Y a través suya tocamos la tierra y volvemos a vernos en nuestra historia y acongojados ante nuestro destino.


Recibo un mensaje de mi amigo Humberto como si fuese de ultratumbra, me confiesa que el malecón, por más que le pregunta, no revela lo que piensa, cree que anda ciego, cojo y sordo. O se hace el loco. Y las mulatas, excoriadas de no se sabe si de hambre o de hombre, tampoco dicen nada.


7 de octubre de 2008

ISMOS


Conocí la historia de un entusiasta artista, siempre muy inquieto e insatisfecho, que empezando como simbolista, se pasó después al abstractismo y acabó en el absurdismo en esa primera etapa.


En una segunda fase, se adhirió al acmeísmo, transitó luego por el anagogismo para posteriormente militar en el antirrealismo y sumarse finalmente al apariencialismo.


Descontento con los resultados, se embarcó enseguida con el atematismo, flirteó con el bidimensionalismo, lo intentó con el caligramismo y fracasó con el construccionismo.


Indesmayable y tenaz, se fue al creacionismo y al momento siguiente ya estaba en el cromoluminarismo, al que le siguió el cubismo, el dadaísmo y el divisionismo.


Ya algo fatigado aunque aún entero, se inició en el elemantilismo, ulteriormente en el esquematismo, el exacerbismo, el expresionismo y el fauvismo.


Con las esperanzas perdidas caminó hacia el futurismo, lo dejó y continuó con el geometrismo, hermetismo e ideoplasticismo.


Y desesperado ya, puso su último aliento en el imagismo, a continuación el irrealismo y sucesivamente, el linealismo, el litocromatismo, el naivismo, el negrismo, el objetismo, el onirismo y el perspectivismo.


Agotadas sus fuerzas y sus certidumbres, dedicó las últimas que le quedaban al postismo, el primitivismo, el puntillismo, el semiabstractismo, el sintetismo, el suprematismo y el surrealismo.


Y finalmente, ya agonizante, lo probó con el ultraísmo, el vibrismo y el vorticismo.


Descanse en paz.


Sigo aguardando noticias de mi amigo Humberto y de un malecón que cuando esta malherido mortifica a sus habitantes con una frase apocalíptica, robada a Jean Cocteau: "Yo soy una mentira que dice la verdad".