En este fin de año conservan el son, la magia enterrada o despierta sopesando la búsqueda de otro ron y distinto rumbo. Viven para ello, por lo que al extender su lenguaje estiran el mundo, el suyo, el nuestro y de cada ser fantástico que les toca con su rumba.
Viven para ser obra que después se poseerá a sí misma, sin olvidar al que le dio sed de nacer y crecer. No hay otro amanecer que abrirse a ese quehacer, que pisar su territorio, calibrar el espacio y el tiempo de aparecer. No hay otro y si muere no hay ningún deber.
VLADIMIR, FELIPE y HUMBERTO, la isla se agranda, percibe neto vuestro arte, lo aprecia, lo deja posar y sedimentar, confiada en que un día, otro año, una nueva década lo sitúe como una sensualidad cuya inmanencia todo lo explica, lo siente y lo propicia.
Mientras tanto, feliz 2012, en el que si se esconden los márgenes de un futuro, sean para el discurrir vuestro, con las luces y las sombras preparadas para dar la epifanía entre charangas, criaturas y alegría.
Las tres de la madrugada y El Malecón silba con una devoción que sugestiona.
Viven para ser obra que después se poseerá a sí misma, sin olvidar al que le dio sed de nacer y crecer. No hay otro amanecer que abrirse a ese quehacer, que pisar su territorio, calibrar el espacio y el tiempo de aparecer. No hay otro y si muere no hay ningún deber.
VLADIMIR, FELIPE y HUMBERTO, la isla se agranda, percibe neto vuestro arte, lo aprecia, lo deja posar y sedimentar, confiada en que un día, otro año, una nueva década lo sitúe como una sensualidad cuya inmanencia todo lo explica, lo siente y lo propicia.
Mientras tanto, feliz 2012, en el que si se esconden los márgenes de un futuro, sean para el discurrir vuestro, con las luces y las sombras preparadas para dar la epifanía entre charangas, criaturas y alegría.
Las tres de la madrugada y El Malecón silba con una devoción que sugestiona.