Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
Wikipedia
26 de febrero de 2009
ADRIANA VAREJAO / CABEZAS
25 de febrero de 2009
ORLANDO BOFFILL HERNÁNDEZ
24 de febrero de 2009
GEORGIA O´KEEFFE
23 de febrero de 2009
GERMAINE RICHER
22 de febrero de 2009
LOUISE NEVELSON
19 de febrero de 2009
FROILÁN LEÓN OROZCO
JOSÉ MANUEL BROTO
Ya no hay signos de representación, el parecer se manifiesta como un ser que se ha deconstruido para aparecer más, ser todo lo que plásticamente no ha sido.
José Manuel Broto, artista aragonés de extensa y dilatada singladura, siempre ha cifrado su filosofía pictórica en la exploración de la masa cromática para extraerle el recóndito flujo que informa su naturaleza.
Nunca se ha detenido, simplemente ha contemplado y escuchado el murmullo del agua, la ferocidad del fuego, el silencio de la piedra, el monólogo del pigmento, la angustia de la luz.
Y ha tanteado, indagado y percibido, y a medida que lo iba hallando nos iba transmitiendo el misterio envuelto con una claridad que irradiará para siempre.
Mi amigo y pintor Humberto Viñas me envía la imagen abstracta de un malecón hospitalario en un día de luminosidad fuerte, de mar intensamente azul y de canto sublime. Ha querido engañarse a propósito con una belleza que no existe y con la magia del que ha perdido la mirada.
18 de febrero de 2009
JOSÉ HERNÁNDEZ
14 de febrero de 2009
ART MADRID
Visito otro año más Art Madrid en el Palacio de Cristal de la Casa de Campo de Madrid. La repetición de las mismas caras de otras temporadas no es óbice para el deleite y la emoción ante sus obras. Me volvieron a impresionar y subyugar Bengt Lindström, Feito con el fuego y la noche, Ciria con sus relámpagos sonoros, Stefan Hoenerloh con sus ciudades de almas muertas, Pedro Txillida, con sus cuerpos hallados y sus esculturas de fuerza que esperan otro tiempo, Millares y Antonio Saura, fantásticas coordenadas secretas, Genovés con su humanidad perdida, y muchos otros que me perdonarán que no cite.
Y alguna sorpresas, pocas, o a mí así me lo pareció, lo cual no es impedimento para mi error, del cual pido disculpas por anticipado. El portugués Cruzeiro Seixas tiene la virtud de continuar lo que parecía ya agotado, Lucio Muñoz siempre me ha asombrado por esa alquimia de la que era poseedor, Mariano Villalta, un auténtico descubrimiento, el paisaje de Juan Díaz, el diagrama de una inmensidad, Karen Appel, el resorte plástico imprecindible, y Broto y José Hernández, este último el pintor de una realidad sin opciones.
Y por último, los que contemplo por primera vez en este espacio, el asturiano Luis Fega, con sus nubes de paradojas imposibles, Martín Alén, una conciencia plástica en plena ebullición, Didier Lourenço, con sus rostros sacros y José Luis Alexanco, con esos signos en que lo oriental y lo occidental conforman una ornamentación febril.
Hasta aquí he llegado, le digo a mi amigo y pintor Humberto Viñas, marginado de estos circuitos de comercio artístico porque no es más que un cubano exhausto que sólo pinta cuando tiene un malecón recibiendo despojos de naufragios pasionales, cuyos vestigios de sombras rescatan alguna luz entre el crepúsculo tardío y el alba noctámbula.