Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
24 de junio de 2009
GEORGE SEGAL
23 de junio de 2009
ALBERTO SAVINIO
22 de junio de 2009
NOÉ SERRANO
Estos híbridos no dejan de ser una alegoría, un simbolismo, pero también una simple provocación sobre una condición humana que cuando se mira en el espejo nunca ve su propio horror y el que le rodea, y de ahí viene ese retrato que rebaja la belleza del cuerpo supuestamente perfecto como depósito de la conciencia segura de su supuesta dignidad, racionalidad, moralidad y estética.
Lo que ocurre es que el choque que nos deparan estas obras está falsificado, no sé si a sabiendas o no (¿hablamos de venganzas?), por buscar más lo escenográfico que una aprehensión profunda, más el quedarse en un mero acto de impresionar y escandalizar a pesar de una factura impecable y una dimensión teatral atrayente, sin olvidar la pátina irónica con la que juega con el espectador, que duda entre apreciar su revelación o rechazar rotundamente una propuesta que no encaja en sus parámetros estéticos y visuales.
Hoy, en su taller, Humberto y yo ideamos como encajar un cuerpo dentro de otro y como el espacio ha de perder su geometría. La penumbra que nos aprisiona agudiza los sentidos de la profundidad y por eso escarbamos hasta hallar restos omitidos, lenguajes no pronunciados, mitos helados. Removimos hasta encontrar la venganza mas no nos satisfizo, pues de esa ofensa no rescataríamos el ethos de un hacer pictórico hogaño desaparecido. Que moldee el ron la pasta, nos dijimos, y rasgue con ella las entrañas de la vida. Así sea.
18 de junio de 2009
GEORGES MATHIEU
Esa explosión dramática, fruto de una acción física no significada pero sí apasionada, se convierte en un reflejo del ego del artista, que se fustiga en ese intento pugnaz por verse objetualizado, tal si fuese un signo palpable de una idiosincrasia del dolor o de la rabia.
Georges Mathieu, informalista francés, ha sido el faro de innumerables seguidores, que consideran su poesía plástica la desembocadura o el final de una forma de hacer que no ha de obedecer más que al yo del color como materia con vida propia que al materializarse vertiginosamente llora, muerde o besa. Tal vértigo es impensable previamente, adquiere su conciencia sólo en el objeto resultante, en que se hace carne y sangre.
Al anochecer el Malecón obsequia unos vasos de frucanga con ritmo de tumbas que nos hacen bailar hasta desbocarnos. Humberto y yo estamos atentos a que el amanecer no nos cogiese allí porque entonces, tirados y soñolientos, nos llevarían a excavar catacumbas donde acumular hambres insepultas.17 de junio de 2009
MANUEL MATA GIL
Sabe obtener de los innumerables materiales que selecciona y utiliza la ductilidad de un verso, la rima sutil que no desprecia al objeto, la composición cuyas formas manejan la fuerza del símbolo y la energía de una cosmovisión plástica.
Tanto su escultura como su pintura, mediante el procedimiento del collage, formulan el manifiesto de un ideario estético que emplea lo irracional como vía de aproximación a la conciencia de lo verdadero, de lo esencial.
De los útiles, artefactos, adminículos, de la materia múltiple en definitiva, consigue una visualización impredecible a través de un juego de asociaciones ilógicas y en un espacio que sigue estructurándose en lo pintado o en lo tallado como si estuviese siempre inacabado, necesitase una continuación, de tal forma que el espíritu que le ha infundido estuviese constantemente alerta para dar vida a lo dormido, lo ajeno, lo arrinconado o perdido, hasta alcanzar una obra que hace viable el conocimiento del significado lírico inmanente a partir de su construcción en imágenes que incitan a la mirada a nunca dejar de ver.
Humberto y yo pusimos en nuestra esquina del malecón un muro de espuelas de gallo, cuernos, collares de semillas y caracoles. Estábamos temerosos de los presagios de las lechuzas anunciando apagones y hambre, aunque una prieta bien renegrida nos auguró un destino de muslos utópicos y de ron añejo. Esta noche las sombras aullaron para detener el viento.16 de junio de 2009
EL LISSITZKY
Se quería construir un lenguaje que tuviese en la técnica la configuración de un nuevo modelo de vida para una población pobre, atrasada y oprimida. Y ese orden, totalmente geométrico, habría de ser fruto de una síntesis entre función, arte y vida, además de que tendría que expresarse en esquemas rectilíneos, en módulos ortogonales, en líneas rectas y curvas, esferas y elipses, en construcciones que se alargan y pueblan un cosmos hasta ahora ignoto. El color serviría como un signo de fondo que señalizaría la unión.
Era una utopía plástica que adoleció de un formalismo y racionalismo excesivos ("amo la regla que corrige la emoción") pero que planteó una visualización de lo que podría haber sido posible y no lo fue, si bien su proyección todavía se encuentra en un futuro que no ha cumplido con ninguna de esas expectativas, lo cual hace que nuestras concepciones sobre el arte y la vida sigan renovándose constantemente.
Celebramos esta noche una fiesta en nuestra esquina del Malecón y llegado el amanecer Humberto y yo cantamos:Corta la caña
y anda ligero,
mira que viene el mayoral
sonando el cuero.
Yo no tumbo caña,
que la tumbe el viento,
que la tumbe Lola
con su movimiento.
15 de junio de 2009
HELEN FRANKENTHALER
Humberto choca las palmas de las manos y recita:
12 de junio de 2009
OTTO DIX
El arte exterioriza lo introspectivo de la cosa, del objeto, del ente, pero duda de las incógnitas que la naturaleza le plantea y ha de clarificarlas bajo la misma premisa de ambigüedad con que son captadas.
Este autorretrato de Otto Dix, una de las grandes figuras de la Nueva Objetividad alemana, delata lo que el pintor quiso y no quiso ocultar: que hay un lado oscuro que aparentemente no importa, mas en la realidad pictórica que se refleja condiciona el planteamiento plástico con el que se da a conocer.
La mitad de las facciones tan marcadas, las otras en sombra, igual que los ojos (¿por qué ha impedido que se le viesen?), un rostro pétreo, duro, inquisitivo, despiadado consigo mismo aunque también en angustiosa duda, contrastan con el resplandor del blanco del mandil y de parte del lienzo que se dispone a pintar. Una pureza no contaminada que se enfrenta a la tarea de plasmar una imagen y su sombra, las que emanan del artista que necesita desentrañarse a sí mismo, a sus valores y su conciencia en este acto de autocreación.
Al final nos ha dicho que él es un hombre en lucha en un entorno aciago (recordemos los trágicos acontecimientos de aquellos años), que trata de sobrevivir y resistir, y que seguirá pintando según sus propios límites y condiciones, y también con sus carencias, conflictos y dificultades. Y así lo hizo.
Sin embargo, la verosimilitud no es la verdad, por lo que en el autorretrato queda la sobresaliente huella de la confusión propia de no haberlo vaciado todo, de que todavía hay un enigma en proceso, de que el dinamismo psíquico requiere proyección y tiempo.
El Malecón dictó una Real Cédula para que los habitantes de su territorio no fuesen castrados en caso de rebelión: "mandamos que en ningún caso se ejecute en los rebeldes cimarrones maleconeros la pena de cortarles las partes que honestamente no se pueden nombrar". Humberto y yo pensamos que era un alivio que nos dejen ser hombres a pesar de que el sufrimiento no tiene piedad y ya no importa el perdón del hambre.
10 de junio de 2009
JORGE PÉREZ CASTAÑO
Los colores planos que construía y trazaba con minuciosidad eran como células u órganos unicelulares que, a modo de elementos de una geometría orgánica, se situaban en un espacio intrínseco como versos de un mundo hecho de signos luminosos, generadores de su propia autonomía morfológica, con una luz acariciadora que evita su encierro en un vacío irredento. Es como si el espacio fuese abstracto y él lo hiciese concreto.
Un pintor antillano que fuera de allí quería evocar la síntesis de lo vivido y lo recordado, de lo físico y lo telúrico. Así deseó que su pintura fuese, un camino que al igual que no tienes fronteras visibles, sí las tiene invisibles, y éstas son las que le han permitido tomarle las huellas.
Humberto y yo callamos y escuchamos. Rafael Esténger recita:
Huye en la hirsuta manigua
el cimarrón tumefacto:
le sangran los pies, que aplastan
las espuelas de los cardos
y lleva las carnes lívidas
por la cólera del látigo.
¡Huye en la tarde que huye!
Sin que le brinden amparo
yareyes de mano abierta
y ceibas de pelo cano.
El vuelo de las lechuzas
chilla terribles presagios.
Después brindamos por ellos y por su aciaga suerte.
8 de junio de 2009
MEDARDO ROSSO
La mirada quiere, necesita tocar esa dimensión que parece encuadrarse ante los ojos, especialmente cuando se trata de cabezas infantiles en trance de transformación.
Medardo Rosso, escultor italiano, ha intuido, presentido que la escultura es un proceso que debe continuar lo acabado desde el principio, que el inicio en cierta manera ya es un fin, que la condición de la materia es la condición de lo esculpido o tallado. Y por eso sus semblantes con facciones en desarrollo incitan a contemplarlos sin recelos, con el misterio de lo indefinido en el tránsito de hacerlo nosotros, espectadores, definido en su encarnación visual.
La larva consigue la vida de esa materia (cera, escayola) que la ha alimentado. Y el artista le ha proporcionado el espacio y la sangre que la consagra como una realidad que se hace presente en el tiempo.
Esta noche el Malecón ha ordenado a los rancheadores que salgan con los perros en busca de fugitivos. Fieras especializadas en morder, en hincar el diente en las orejas. Allí estaban Ramón Cordero, los Riverones y Francisco Estévez, los más famosos, a los que les pagaba cuatro pesos duros y el alimento por cada evadido capturado. Humberto y yo nos quedamos bebiendo y atisbando la cacería, sabíamos que hoy no era jornada de devotos, por lo que no teníamos temor de fingir lo que no éramos. A Acaró lo pintaríamos otro día.
5 de junio de 2009
ALEXANDER CALDER
4 de junio de 2009
MANUEL MILLARES
Él, a través de su obra, se piensa a sí mismo y su condición en su medio artístico, social, cultural e histórico, y a partir de ahí establece un constante diálogo y una permanente reflexión sobre una realidad con la que debe romper, ya que es el tiempo de conducir un cambio, de rehacer sobre lo andado.
Este artista canario llega así a una poética de la desolación y la soledad por esa línea que desde atrás, muy atrás, lleva hacia adelante, plasmando sus propias y últimas consecuencias y necesidades en el marco de una superficie agotada por la explotación y la penuria.
Ya no hay nada virgen, la violación se consuma hasta provocar sangre y la arpillera es el ataúd enterrado en la tierra negra. Y tampoco existe resurrección, el ciclo no la incluye pues eso sería una huida y tal opción ha quedado enterrada desde el principio.
Pero su obra sigue estando con nosotros, y mientras continúe será una prueba imperecedera de que hay muros que se pueden derribar.
El Malecón ha nombrado un encargado para poner orden en el espacio que domina. Es un tipo satisfecho de sí mismo, arrogante, doctrinario, prepotente, y además innecesario. Viste un traje de lino, camisa blanca y corbata. Hace todo tipo de tareas aunque sean minúsculas: control de la gente, recopilación de información, imposición de normas de coexistencia, etc. Grita y amenaza, consulta el reglamento constantemente y rellena formularios. Los habitantes ya ni hablamos ni protestamos, sólo escuchamos y bebemos. Que los vientos de la historia se hagan cargo de él y que sea pronto.
3 de junio de 2009
ÁLVAREZ VÉLEZ
Mi amigo, el artista alavés Álvarez Vélez, de cuya pintura ya he tenido oportunidad de hablar, trabaja calladamente en una esquina abierta al cielo, viendo pasar los engranajes que luego atrapará para que se queden con nosotros. Tal es el prodigio de conseguir concebir la réplica de una sustancia aérea que está viva, que germina y se hace presente cuando ocupa lo que volátilmente le pertenece.
El aire se convierte en un taumaturgo aliado con el escultor con el fin de que haga posible su sueño de ver lo que alberga dentro de sí, sus formas, sus materias y sus espíritus. Siempre ha querido contemplarse porque así obtenía un conocimiento mayor de sí mismo y de aquello que podía ofrecer.
Nosotros, observadores de esa revelación, participamos con la sensación de intuir una sabiduría que nos brinda los momentos alados de la captación y la percepción según se plasma y se hace realidad.
En definitiva, Álvarez Vélez sólo tiene que continuar con ese presentimiento que amasa, configura, procrea y transita y estar con sus sentidos siempre alerta y dispuestos a desentrañar aquello que surge del manantial del aire.2 de junio de 2009
SEAN SCULLY
Sean Scully, artista irlandés, es el artífice de esta pintura, que no conculca valores sino que los amalgama, los sintetiza, para que nuestra mirada se explaye en esos alfombrados paneles y ejercite sus más íntimos deseos dentro de una abstracción vestida con la intención depositada de metamorfosear paredones o murallas con sus estructuras policromadas.
Estos retablos guardan y atesoran lenguajes transparentes, espejos que reflejan sensaciones, estímulos que describen destellos estables de cubos hechos visión, de habitaciones en las que se vive entre contemplaciones vibrantes. Al fin y al cabo son las otras las que no nos sirven, siempre ciegas y calladas.
Bozales y culíes bajo el mando de José Antonio Aponte Ulabarra toman el Malecón. Pero no hubo desbandada general ya que sabíamos que sólo querían ron y mar. Sin embargo, fueron apresados por orden de la deidad y sus cabecillas decapitados. La cabeza de Aponte, encerrada en una jaula de hierro, fue colocada al lado de su casa. Humberto y yo nos acercamos a donde estaba y compartimos con ella el último trago que nos quedaba. Desde allí nos cegó el resplandor de una libertad que no existía.
1 de junio de 2009
ANISH KAPOOR
Y dentro de las tendencias actuales hay factores clave, casi decisivos, como lo es su integración bajo presupuestos arquitectónicos para que el objeto obtenga contornos muy magnificados y una mayor visualización, pues en muchos casos esta base funcional y estratégica es lo que propicia el fundamento de su gran tamaño, que es el que permite un ser trascendente a su propia realidad.
Otros también han influido de forma determinante, como lo es la interrelación simbiótica con la tecnología, utilizando a ésta como fuente y aprovisionamiento de no sólo sus proprios avances e innovaciones sino también de una concepción que señala la exploración como el fin de ambos ámbitos, el científico y el artístico.
De esta manera, la escultura se va desprendiendo así de su aura artesanal y primigenia para adentrarse en soluciones en que lo aéreo, lo arquitectónico, lo volumétrico, lo inventivo y lo tecnológico se fusionan en orden a establecer nuevos cauces y horizontes, no sin que se advierta cierto fetichismo y adulteramiento estéril en algunas obras de sus ejecutores.
Al amanecer aparecen por el Malecón, Congos, Lucumíes, Gangás, Carabalíes, Macuás, Mandingas, Minas, Ararás e Ibos. Iban en preregrinación por la ruta de la caña y el ron. Humberto y yo les saludamos y deseamos la mejor de la suerte y que este año, gracias a sus rezos e invocaciones, se diese la mejor cosecha pues estábamos sedientos de olvido.
Reproducciones de obras del artista indio Anish Kapoor.
29 de mayo de 2009
TURNER
Giulio Carlo Argan nos dice que para este pintor el espacio es una extensión infinita, de manera que las cosas queden envueltas en torbellinos de agua y torrentes de luz y acaben por ser reabsorbidas y destruidas en el ritmo del movimiento universal.
En estos dos cuadros la mirada queda sedimentada en esas superficies, extrae el olor y el sosiego de esa atmósfera y hasta escucha el canto de unos amaneceres que nunca hasta ahora habían sido así pintados.
De la contemplación de su obra podemos hacer incluso teofanías estéticas sobre su naturaleza o pura ciencia visual o ambas, tanto cabe en ella y tanto ha significado en el arte moderno, mas lo primordial es que nos enseñó a ver de otra manera y ha agrandado nuestro imaginario óptico hasta conferirle marchamo de futuro, el que ya fue y todavía sigue estando ahí.
Esta noche se aplica una pena de muerte a garrote en el Malecón. La víctima es un brujo de las costa oriental. Se le apoyó al reo en el tablón de madera clavado en el suelo y en cuyo taburete se sienta. Después se le rodea el cuello con una soga que atraviesa por dos agujeros el tablón. Una vez sujetada se la hace girar con un garrote hasta que el convicto muere por asfixia. Que descanse en paz y desde el infierno nos cubra de bendiciones a Humberto y a mí, que fuimos los únicos que le cerramos los ojos y la boca, pues todavía se seguía riendo.
28 de mayo de 2009
JOHN MARTIN
Y entonces evocamos la figura del pintor inglés John Martin para que esa ensoñación tenga una ficción de realidad y nos persuada con ella de que mirar y sentir, contemplar y conmover adquieren carta de naturaleza ante lo apocalíptico.
En ese sentido, la grandiosidad y colosalismo de estos paisajes contienen un ánima aterradora por lo que son y ocultan bajo ellos, tal que ciénagas indescifrables que alientan tiempos de devastación y muerte. No dan tregua ni refugio, sólo parecen querer sus propias víctimas.
Worringuer decía que lo romántico es el mundo nórdico, en el que la naturaleza es una fuerza misteriosa, con frecuencia hostil, a diferencia del área mediterránea, clásica, en donde la relación de los hombres con la naturaleza es clara y positiva.
Ahora bien, en la actualidad estas fantasías de notable factura dibujística y cromática son momentos del arte de una época, así como del celo y la pasión que desprendían unos hombres castigados por la angustia y sed de vivir, y que nos han legado para que de alguna forma ese espíritu no se pierda, se conserve bajo otros moldes.
Los proscritos del Malecón acuden a la llamada de los sueños, Humberto y yo a los de la razón aunque fuésemos derrotados. Ellos aman la victoria, nosotros, la derrota y el fracaso. Y sobrevivimos.
27 de mayo de 2009
JASON RHOADES
Y nos muestra y coloca todo ese abigarramiento de objetos delante de nuestra mirada para que nuestras sensaciones tomen un protagonismo activo y se expresen.
Pues para conseguirlo sólo tiene que tratar de abrumarnos, de asfixiarnos con una escenificación y una atmósfera que no nos deja impávidos sino que sugiere respuestas, dudas, cavilaciones, confirmaciones, para llegar inevitablemente a planteamientos finalistas acerca de este tipo de manifestaciones.
El arte no prejuzga, está abierto a experiencias que renueven su ser para seguir estando vivo y constituir una señal de futuro para la humanidad. Pero las líneas entre lo que es y no es se hacen cada día más delgadas y permeables y nos costará, por lo menos a algunos, poder continuarlas, aunque ninguna circunstancia nos hará renunciar.
El Malecón, al crepúsculo, ordenó el azote de varios de sus habitantes, teniendo la suerte de que entre ellos no estuviésemos nosotros. Pero nos obligó a Humberto y a mí a presenciar el acto y después a verter sobre las heridas de los apaleados, orines, aguardiente, sal, tabaco y pimienta. Esta cura en España, de donde fue traída, la llamaban pringar y servía para evitar que el golpeado contrajese el tétano. No faltaría mucho, nos dijimos sin palabras, para que a nosotros nos tocase ser unos solemnes "pringados". Menos mal que la penumbra nos convidó a ron.