Es imposible que la sensación cromática, sea intensa o sedosa, no acapare el espacio para significar su propósito de habitabilidad y de sentir su propia vivencia.

La americana BARIEAU, del movimiento de La Bahía, concibió ese fin como una sintaxis de su talante creativo, entre la fuerza y la poesía.

Los colores, si son jóvenes, expresan toda su potencia y arrebato, pero cuando van madurando se tornan más sutiles, más livianos y tenues, confesando sus silencios.

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