16 de febrero de 2015

AGUSTÍN ROJAS BACA (1965) / NO QUIERO VER MI ROSTRO


  •  ¿Santos u hombres, o simplemente la imagen del infortunio? Dicen que el arte no debe ser conciliador, pero sí ha de mantener la autenticidad de la realidad humana, expresarla siendo irreductible a la política y reflejando un humanismo no encerrado en la fatalidad.   


  •  Los cuerpos desnudos o desharrapados del peruano ROJAS, a los que no se les ve el rostro, parece que no escapan a esa fatalidad, la llevan perpetuada como una cicatriz y no por ese azar del que hablaba Francis Bacon cuando aclaraba que así era como conseguía en el lienzo sus mejores obras.


  •  Sin embargo, lo que sí es cierto es que al darles vida con ese sentido formal de corte renacentista, el resultado ha sido el obtener que esa función de liberación propia del arte sirva para lograr su supervivencia y permanencia como un valor nuevo.      

Las redes que enmarañan mi conciencia
me dejarán hacer menos que hoy.
Hasta que con la muerte
-la no acción terminante-
ya no me canse más lo que no hice,
ya no me canse más lo que no haré.
(Lorenzo Oliván)  

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