- La luz antillana se ha metido dentro para que sea enriquecida por el color, para que el creador se deje llevar por la pintura hacia la pintura. No hay nada como la huella de esa luz color, de ese dibujo que la hace suya para que su plasmación tenga la visión de un descubrimiento.
- Así es como podemos afirmar que el dominicano BERROA da pie a la expresión de todo un universo particular, íntimo, imaginativo, con el que comunica una manifestación plástica que no se derrama sobre el lienzo como un desgarramiento casual e inopinado, sino que formula una figuración en base a la estético del contenido, por una parte, y la estética de la forma, por la otra.
- Un visualizar como una procreación de seres que se encuentran, que se reconocen, que se aman o se odian, pero con una luminiscencia que encarna la realidad de su naturaleza, de su danza escenográfica y múltiple, que irradia ese candor simulado que en su culminación es su reverso, que es esa otra ceremonia de lo pagano.
Esta mañana el mundo está esforzándose
en borrarse del mapa. Y en borrarnos.
(Lorenzo Oliván)
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