9 de mayo de 2019

ELEANOR ADAIR / FIRMEZA EN LA MANIPULACIÓN


  •  Señalaba el filósofo Martin Heidegger que el carácter de la obra de arte reside en el hecho de haber  sido creada por un artista en su condición de ser creado. Parece a simple vista toda una redundancia y círculo vicioso, aunque bien es sabido que dicho personaje siempre se guardaba un as en la manga.  


  •  En lo que concierne a obra de la escocesa ADAIR, me aventuro a especular con que afronta una lucha contra el tiempo destructor de la creación -porque negar la creación es negar el ser-, concibiendo unos seres a los que no podría hacer caer en su abismo.  


  •  Por eso sus facciones presentan todos los rasgos cuya dureza, brutalidad y deformación serían un muro infranqueable contra la caducidad y la angustia del fin. Además se presentan como esbozos, bocetos, dúctiles, flexibles, que se pueden modificar en función de la forma del empuje de su adversario, del que pretenden sobrevivir.       

Sólo quise tragar el amor de tu silencio.

(Tomás Martínez)

5 de mayo de 2019

CHRISTIAN ZUCCONI (1978) / NO HAY CUENTA ATRÁS


  •  Cualquier creación artística vive desgarrada entre la unidad de la idea y la multiplicidad de las tareas técnicas, es decir, entre el efecto que hay que producir y los medios apropiados. Y toda contemplación, por su parte, vive desgarrada entre la unidad del efecto que hay que captar y la dispersión de las percepciones. 


  •  En el caso de la obra del italiano ZUCCONI, la idea, técnicas y sus connotaciones son fieles a unas premisas conceptuales previas que penetran en una confrontación sádica, que hace a la naturaleza humana una víctima propiciatoria y al mismo tiempo un símbolo estético y romántico del encarnizamiento.   


  • Se muestran figuras mutiladas fruto de la depravación de un espíritu amante del desenfreno, así como de la culminación de una nueva idolatría que nos sirva de una visión de futuro que se distinga por la plástica de sus vestigios mortales, los mismos que antes fueron entes regidores y vigorosos.    

Pasearé otras tantas por los prados
que pintaron mi piel.
Dejará hacerme un nudo entre los brazos,
trazos en tierra y pincel.

(Tomás Martínez)

2 de mayo de 2019

AMANCIO GÓNZALEZ (1965) / ME LLEVAN SI NO ME OPONGO


  •  Según Olivier Revault, impera la idea de que la creación artística, hecho individual, raro, singular, fechado, sorprendente e imprevisible, apenas se deja captar por si solo en su sabor y en toda su desconcertante realidad.  


  •  Por eso, este contraste de formas y figuras, de titanes en lucha con la geometría pesada del hierro o la piedra, impone la percepción de un misterio que nunca llegará a revelarse, dados los rasgos que, entre lo material y la espiritualización generada, van a depositarse  en nuestra mirada. 


  •  Por tanto, la obra del leonés AMANCIO atrae, en su convergencia de fuerza y energía, el logro, con base en la elementalidad de un espacio intemporal, de un significado plástico profundo, inquisitivo, que es tanto un tributo a la materia como el eje de un pensamiento fundamentado en una perpetua interrogación sobre la creación.

Eres nube de velo,
elegante,
único trazo
que sí se deja ver.

(Tomás Martínez)

29 de abril de 2019

WILLIAM STOEHR (1948) / SIEMPRE ME SALEN VÍCTIMAS


  •  Rostros que hablan y repiten la palabras de Martin Heidegger: "Un mundo es lo que nunca aparece como objeto y a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser".  


  •  Estos rostros-máscaras miran fijamente sin esperanza, sus rasgos están materializados por el creador para que su taxidermia pictórica no nos haga olvidar que han concentrado un fuego interior ya apagado y extinto. 


  •  En este acopio de visceralidad pétrea, el americano STOEHR conforma su propio ideario de la naturaleza humana bajo una fuerza centrípeta y una expresión configuradora de todo lo que somos y vivimos, y de todo lo que no nos han dejado ser y sufrimos.   

El amanecer se tiñe de sangre
a la hora de despertar
deja que te bese y me empape
tan sólo quiero soñar.

(Tomás Martínez)

24 de abril de 2019

JOSÉ GARCÍA CORDERO (1951) / EL SILENCIO DE DIOS


  • Palabras de Martin Haidegger que afirman que la realidad efectiva se torna objetividad, la cual, a su vez, pasa a ser vivencia. Así es la pintura del dominicano CORDERO, que va más allá de una realidad concebible y objetiva.  


  •  Sus obras son la alegoría plástica de una existencia maldita en un territorio sumido en un mar que oculta monstruos. Él los desoculta como seres reflejos del hombre, aunque éste al verlos se oculte en ese caso mediante artificios y simulaciones. 


  •  No hay templanzas ni meditaciones, el pathos es expresar la inmensa voluntad de una supervivencia en espacios geográficos que son incapaces de contener el suave discurrir de unas vidas en paz. 

Y sonrío
por jugar con las bajadas
que me convierten en el mismo río
con las muñecas sangradas.

(Tomás Martínez)

21 de abril de 2019

THIERRY AGNONE (1964) / SE ME VA EL SANTO AL CIELO O AL INFIERNO


  •  Roger Fry enumera los cinco elementos figurativos -ritmo lineal, masa, espacio, sombra y color- que estimulan nuestra constitución fisiológica suscitando emociones plásticas.  Pero, evidentemente, tiene que haber algo más.  


  •  El francés AGNONE, en sus obras, se somete descompasada y libremente a esas reglas, pues lo que ejecuta es una coreografía espacial con la que bailar con la mirada al mismo tiempo que temiendo que esa realidad sea más que un delirio. 


  •  La figuración es compacta, inarmónica, desesperada, y como formando un escenario en el que todos quieren estar y aparecer, pervertirnos con su monstruosidad e infligirnos una supuesta visión que es la premonición de tormentos o bacanales, o las dos cosas al mismo tiempo. 

Las partes suicidadas secan en la noche
para volver a estar empapadas en la mañana.

(Tomás Martínez)  

17 de abril de 2019

ALEJANDRO AGUILAR SORIA (1962) / LOS AÑORO


  •  Si nos atenemos a estos autorretratos o retratos -él nos da una pista, pero no me la llego a creer del todo- del madrileño AGUILAR, las referencias históricas a nuestra pintura y a los que la protagonizaron están claras.  


  •  Lo que sí es cierto es que en sus obras aparecen los perfiles grotescos de una monstruosidad genial, cerebros y poses que enlazan un pensamiento plástico con la angustia transformadora de una creatividad pendiente de sí misma. 


  •  Por eso los resultados constituyen un sueño sobre los sueños que palpitan dentro de ellos mismos, una imaginación que acaba confesando una emoción que les impelía a hacer de la belleza la más entrañable fealdad. 

Me quedo adormecido,
en el único rincón donde las horas quedan muertas,
y los recuerdos son tan sólo una ilusión
de lo que nunca jamás ha sucedido.

(Tomás Martínez)

JUAN PITA (1947) / SIEMPRE CAVILANDO