- Señalaba el filósofo Martin Heidegger que el carácter de la obra de arte reside en el hecho de haber sido creada por un artista en su condición de ser creado. Parece a simple vista toda una redundancia y círculo vicioso, aunque bien es sabido que dicho personaje siempre se guardaba un as en la manga.
- En lo que concierne a obra de la escocesa ADAIR, me aventuro a especular con que afronta una lucha contra el tiempo destructor de la creación -porque negar la creación es negar el ser-, concibiendo unos seres a los que no podría hacer caer en su abismo.
- Por eso sus facciones presentan todos los rasgos cuya dureza, brutalidad y deformación serían un muro infranqueable contra la caducidad y la angustia del fin. Además se presentan como esbozos, bocetos, dúctiles, flexibles, que se pueden modificar en función de la forma del empuje de su adversario, del que pretenden sobrevivir.
Sólo quise tragar el amor de tu silencio.
(Tomás Martínez)
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