- Rostros que hablan y repiten la palabras de Martin Heidegger: "Un mundo es lo que nunca aparece como objeto y a lo que estamos sometidos mientras las vías del nacimiento y la muerte, la bendición y la maldición nos mantengan arrobados en el ser".
- Estos rostros-máscaras miran fijamente sin esperanza, sus rasgos están materializados por el creador para que su taxidermia pictórica no nos haga olvidar que han concentrado un fuego interior ya apagado y extinto.
- En este acopio de visceralidad pétrea, el americano STOEHR conforma su propio ideario de la naturaleza humana bajo una fuerza centrípeta y una expresión configuradora de todo lo que somos y vivimos, y de todo lo que no nos han dejado ser y sufrimos.
El amanecer se tiñe de sangre
a la hora de despertar
deja que te bese y me empape
tan sólo quiero soñar.
(Tomás Martínez)
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