11 de abril de 2012

AGUSTÍN BEJARANO (1964) / ESTOY ENCERRADO

  •  Cada día que pasa encerrado no deja de hacerse preguntas. El qué de la inteligencia, el cuándo de la angustia, el cómo de la incertidumbre, el quién del conocimiento.  Hay hechos que un artista de gran sensibilidad como el cubano BEJARANO no es posible que cometa, es un desatino el solo pensarlo y concebirlo. 
  •  Ya desde el budismo se decía que el arte es una vía propiciadora de la trascendencia y transformación espirituales. Por eso, no podemos mirar, sin tenerlo presente, sus obras, evocar sus barcas y pescadores, sus personajes, en esa niebla de soledad, que es también la suya y su verdadera conciencia del acto pictórico.
  •  Jinete y caballo se sostienen al hilo de un numen que transfiere al espectador toda la idea de ínsula en este momento crucial, y cuya inimitable autenticidad le penetra hasta el fondo. El simulacro ya no es considerado una mera invención sino una remisión al original,  que si está falseado se autentifica  y se le saca de la pila del bautismo. 

  •  Cuando contemplamos estas escenas tenemos cerca lo que señalaba André Maulraux respecto a que "toda civilización está signada, visible o invisiblemente, por lo que piensa de la muerte. La verdad de la muerte, dominio inverificable, no puede ser más que el objeto de una revelación". Por eso, la plástica de este artista es premonitoria, la muerte está en la reflexión última que la contiene, esa que se refleja en lo extático en ese mar que hace de tumba y reposo.  
  •  Llega un "Malino" (habla alemán o eslavo o sabe Dios qué) de las huestes del Malecón, de inspección. El primero al que le pregunta el nombre es a mí. Se lo digo. Tú, me contesta airado, "terro-rissta". Humberto, insensato él, da un paso al frente y alza un dedo admonitorio: no se dice "terro-rissta", sino "tu-ris-ta". Nos mira a los tres indignado y antes de irse exclama con desprecio: "todos vosotros turistas, todos". Ni siquiera con el ron se nos pasó el susto.  

9 de abril de 2012

STEPHEN CONROY (1964) / NO ATISBO MI SOMBRA

  •  El escocés CONROY está en Madrid, en la galería Marlborogh, para rasgar los engaños de la rutina y conversar sobre la introspección perdida, la que deberíamos sostener con nuestros monólogos de esquinas en crisis, de aceras en ruina y mala vida.   
  •  André Maulraux reseñaba que conocer a un hombre significa, hoy, conocer sobre todo a lo que hay en él de irracional, lo que él mismo no domina, lo que suprimiría de la imagen que se hace de sí mismo. Pero yo no lo haría pues ahí radica el fondo del arte, el que revela y hace visible, el que manifiesta y descubre, el que evidencia y declara, el que, en definitiva, confiesa y desvela.  
  •  Esos hombres, solamente hombres, son nuestros alter en virtud de la ley de interdependencia: todo umbral -casi inexistente en su fría geometría- y todo objeto o sujeto se interpenetran, juntos y separados a la vez. Su armonía es soledad, completa soledad. Eso es lo que se esconde detrás de cada rostro, en cada una de sus manchas, que expresa la larga lengua de la duda metafísica.  
  •  Hasta su ropaje semeja la realidad de una eterna mortaja, al vestirla cree poder liberar a la conciencia de sus atavismos y de sus contracciones traumáticas. Craso error, pues el artista lo deja colgando de un sino que no se despejará hasta la muerte. Y así esta obra se carga de tonos fríos, negros, sombríos, sin ayudas y sin encantos. El hombre, marcadamente hombre, ante sí mismo, ante su propia condición frágil, desamparada, retraída y meditabunda. 
  • La resistencia de ese cuerpo se escolta
  • de un silencio opulento como un manto olvidado.
  • Comprendiendo su fin se abandona al ocaso,
  • y cuando cae lava en el agua confusa,
  • la pesadez de sus fragmentos que se hunden gimiendo.
  • (José Lezama Lima).

6 de abril de 2012

JESÚS RIVERA (1956) / ¿EN QUÉ ESPACIOS VIVO?

  •  Se vive la epifanía de los caminos individuales, y cuando estamos lejos del origen de nuestro ser hablamos de sombras secas en las que hay luz, luz que es mundo de las diferencias, pero en la oscuridad reina la identidad.   
  •  Y el cubano Rivera, magistral registrador de secretos y misterios en su ínsula de mixturas e imaginarios inverosímiles, va a lo que va, a lo que siempre es simbólico y hasta sustitutivo. Como dice Montoto, tiempo y espacio son ficciones del pensamiento, por eso los comprimimos, los detenemos o los aceleramos 
  •  Sus pinturas se adensan sobre su mismo enigma, no sabemos si su raíz está señalada en lejanos hitos históricos de la cultura y del arte, parece probable y posible y hasta insoslayable, además de producirse y ofrendarse en el territorio que le es propio, el que divisa desde su cercano fluir -mar por medio- que se le hace remoto y más remoto cuando se remonta más atrás en pos de una significación que conlleve un cruce entre plástica y remembranza.  


  • La configuración de este microcosmos denota el cómo, el cuándo, el para qué y el quién. La razón se cubre de un tapiz más amplio, hermoso en la figuración que se superpone, en los signos que en pequeños cubículos expresan la cosmovisión de un pensamiento regido desde lo ancestral o un paisaje que parece perenne porque lo representado es un simulacro de lo que se representa sin presentarlo. Hay una huella que no cesa de enriquecerse si el don genera el alumbramiento, que es la senda de lo poético.

  • Convengamos que en el caso de este artista le son de aplicación las palabras de Vargas Llosa:
  • "Sólo las ficciones fracasadas reproducen lo real; las logradas lo aniquilan y transfiguran".

  • Felipe Alarcón se acoda en su rincón del Malecón, Humberto Viñas y yo le acompañamos para beber ese ron de homenaje a este viejo fabulador.    

5 de abril de 2012

ROCÍO GARCÍA DE LA NUEZ (1955) / VOY A TIRAR DE LO OCULTO

  •  Rufo Caballero escribía que en la pintura de la cubana ROCÍO hay dos sujetos promordiales: la violencia sentimental del mundo femenino, y la salacidad homoerótica que la aurora observa en el universo falocéntrico.  
  •  Efectivamente, podemos conjugar un vocabulario lleno de ferocidad, crueldad, tormento, dolor, ensañamiento, hasta profanación y violación. Pero también podemos visualizar una mascarada narrativa, afín al cómic, a las viñetas o historietas, que entre todas suman unas semblanzas biográficas que ponen los roles en su lugar, previo descrédito.  
  •  La obra, en su conjunto, es un mundo de lo oculto que se coloca al revés, que se nos concede, aunque su fin es apelar a ello, mirar porque es la única forma de entrar dentro, lo cual no sabemos si es lo que más nos conviene, pues como espectadores tenemos una lucha interna entre lo que creemos que es y lo que realmente es. Preferimos enmascararnos como acto de hipocresía salvadora, así confluimos mejor y más en lo descarnado.     
  • Pero no salimos de un despiste que tiene mucho del momento concreto y sus circunstancias o de la interpretación que se quiere alegórica, social, política y psicológica. No es un tratado de ética, ni pienso que quiera serlo, es la vía plástica de acometimiento de una presión que se vive como coacción, que va de desquites, comprensiblemente los hay, mas támbién de vindicaciones visionarias que son como puertas abiertas en cuartos y celdas cerradas.

  • Hoy no salimos al Malecón Felipe, Humberto y yo. Andan sueltos "Los LLobos Meigos" que de tanta abstinencia como han pasado en los campos de oriente no disciernen entre géneros a la hora de atacar.       

3 de abril de 2012

NUNO RAMOS (1960) / ¿CÚALES SON MIS PROPÓSITOS?

  •  Si nos remontamos muy atrás en el tiempo, podríamos incurrir en el atrevimiento de tomar como la primera instalación/perfomance de la historia la que llevó a cabo Buda cuando se trasladó a las orillas del Ganges, al lugar donde se quemaban a los muertos. Tomó pedazos de un sudario, los lavó en el río, los tiñó de tierra y los juntó.   
  •  Con el tiempo se usaron hojas de árboles y se mezclaron sus colores de manera que los andrajos, una vez lavados y cosidos uno a otro, tuvieran una tonalidad rota, no viva. Así se probaba que el trapo más gastado puede convertirse en el más besado y sagrado. 
  •  Con la obra del brasileño RAMOS el desconcierto es un inicio de sorpresa si no fuese porque los valores estéticos priman en orden a la consecución de unos efectos, que son como pistas que va dejando sobre cada escenario para juntarlas en una síntesis de mezclas, de híbridos, de hallazgos visuales escondidos en la materia. 
  •  Utiliza procedimientos, materiales y desechos que no son nuevos, pero lo hace desde una óptica propia que al mismo tiempo, y siempre ocurre en estos casos, es una concepción del arte como un espacio de vindicación y expurgación de las zonas preteridas o estigmatizadas de la vida. 
  • Estos demonios, "Los Ingalius", aparecen en El Malecón cuando menos se les espera. Felipe, Humberto y yo comentamos la manía de éste de invitar a todo tipo de seres estrambóticos, estrafalarios, malignos y perversos. Pero lo peor de todo es que siempre nos toca a nosotros poner el ron, con lo que la mayoría de las veces nos quedamos sin él. Una gran paradoja si tenemos en cuenta que es a eso a lo que venimos a esta escollera, a tomar unas copas de este canonizado licor.     

2 de abril de 2012

EDWARD BURTYNSKY (1955) / MÁS QUE DUDAS

  •  La fotografía se mira en la pintura, se delata en ella, absorbe el poder que tiene esta última para transfigurar,  para hacer plástica la realidad sea la que sea. Succiona hasta quedarse ciega y ve.   
  •  Este es el caso del fotógrafo canadiense BURTYNSKY, que con su obra recrea espacios, reinventa superficies, configura paisajes de naturalezas inciertas y de savias tan sombrías como vivificadoras. Es una reavivación que no necesita puntos de referencia, los lleva en sí misma después de haber pactado luz en la piel, carcoma en los huesos, sangre en los surcos.  
  • A sus pies iremos a buscar el pan que se nos niega, pasando a través de los sonidos y los colores que se adormecen y que saben mucho de muerte y de tiempo de olvido. El blancor ya no ciñe, se extingue; las pisadas, lentas, no son redentoras; y las voces, aunque sean llamadas, corren aisladas por la tierra. Podemos mirar lo que está invadido y es ceniza, no volverá a renacer pese a que crezca amarrado a los amigos del cielo.    

29 de marzo de 2012

CHEFER (1970) / NO SON CUENTOS DE COLOR DE ROSA

  •  Se ha dicho que el elemento básico de la forma es la imagen y que la forma pura anula sentimientos y emociones. De ser así, el argentino CHEFER, que acaba de exponer en la galería Liebre de Madrid, es un adalid de lo segundo, pue su obra no anula sino que remite a un mundo de sentimientos y emociones.  
  •  Aunque hay que detenerse primero en la plasticidad de sus danzas visuales, consistentes en la fusión de distintos componentes que hacen de narcóticos confidentes como de ovillos fantasmagóricos ornamentales, hasta que la historia freudiana entre las reminiscencias de juegos infantiles y adultos cuaja con la elocuencia fulgurante -de una finura cromática que avala cualquier préstamo impagado- de todo su peso.         
  •  Se aprecian muchos elementos subyacentes, que nacen de distintos embriones, tanto del pop como del barroco inclusive, y si me apuran del rococó, pero las notas estilísticas definitivas son inconfundibles, tanto como las de una inocencia y una semántica lúdicas que traicionan al espectador si no aborda la representación con el ojo despierto y la virtud erótica desatada. 
  • Nada más llegar al Malecón al anochecer, Felipe, Humberto y yo nos encontramos al Pecau Sabadiegu, con una pinta de demonio y unos enorme cuernos. ¿Quién se los habrá puesto? Nos marchamos al ver que se acercaba, no fuese que nos contagiase su mal fario.  

26 de marzo de 2012

RAFAEL MACARRÓN (1981) / ¿QUIÉN DUDA DE MÍ?

  •  ¿Qué papel juega el universo pictórico del español MACARRÓN en una civilización tan anodina y carente de expectativas? Su propuesta trata de un futuro, mejor dicho, viene de un futuro que seguramente no veremos. Que no nos podamos encarnar en esos personajes imposibles y su facundia jocunda no deja de ser una frustración.   
  •  Nos asombra la facilidad espontánea del hallazgo, sus escenarios cotidianos, el mundo de relaciones que nos hace interrelacionar como espectadores, su riqueza expresiva y cromática, los distintos juegos de espacios y fondos, el entramado emocional y sintáctico. 
  •  Cierto es que podemos caer en todas las trampas que nos ponga, en todas las perspectivas que manipule, en toda la plasticidad que urda, la cohesión de su propuesta no tiene desperdicio alguno, llega a insertarse en nuestra mirada como una leyenda inacabada que siempre hay que volver a teatralizar.
  •  No es poco construir un lenguaje tan específico y lleno de acepciones, de imágenes para sentir, redoblar y señalar; no es poco y es un más allá, del que ya regresaremos con otros indicios y dudas. ¿Podría ser así la ultratumba? No lo creo, no es posible semejante suerte. Desde luego, hay estéticas por descubrir y terrenos que acotar. Éste es uno y jamás se perderá entre tanta codicia y tanto humo.      
  • Las de ébano vienen corriendo por todo El Malecón. Las persigue un barbudo vestido con pieles, un gorro picudo y avanza pegando saltos apoyándose en una pértiga, que quiere besuquearlas. Felipe le pone la zancadilla, Humberto le atiza con el ron y yo lo saludo pues es nada menos que "El Guirria". Después del abrazo siguió buscando lo que no había, se le habían escapado.   

22 de marzo de 2012

RAFAEL CORONEL (1931) / NO TENGO QUIEN ME ESCRIBA

  •  No sé si soy impermeable a la crítica, ni indiferente a la calidad y la imaginación, ni a depender de la habilidad de un asesor de imagen -¿existe tal espécimen?- que sepa convertirme en una atracción mediática. No utilizo fluidos, menstruaciones, vómitos ni secreciones. Lo monstruoso de mis imágenes ni es repelente ni morboso.  ¿Alguien da más?
  •  Y es que decubrí quién soy: un yo mago, alquimista, verdugo, profeta, "pitoniso", vidente, un Merlín, en definitiva, que aboga por una representación antinarcisista, provocadora, cruel, pero que no escapa a una belleza un tanto maléfica, un tanto virtuosa, y fiel a su propio código.  
  •  ¿Quienes son, nos preguntamos? ¿O qué es lo pictórico que se materializa en una realidad exaltada, que configura una estética conciliadora de lo mitológico y lo misterioso, lo soñado y lo cerebral? El mejicano CORONEL hace mutis por el foro. Gao Xingjian, el Premio Nobel, señala que la pintura permite realizar un viaje interior; todos los lugares que la imaginación está en disposición de explorar pueden ser expresados por la pintura, y esta expresión es ilimitada, pese a que es necesario volver una y otra vez a los procedimientos plásticos.     
  • Me enfado con Humberto y con Felipe, empeñados en invitar a ron al Basilisco, con esa figura de culebra venenosa capaz de matar con la mirada. Claro que cuando les explico que nace de un huevo que ponen los gallos a los siete años y que es incubado entre estiércol por un sapo, salen por pies y me dejan solo con él en este Malecón que sólo me trae tribulaciones.   

19 de marzo de 2012

PEPE FRANCO (1958) / ¿CÓMO VIVIR SIN PINTAR?

  •  No se deberían bañar tanto los pinceles. Ni dejar que sus cerdas acariaciasen la floresta hasta filtrarse en ella. Ni tampoco ubicarse en una tierra tan fértil y cargada de órganos ocultos y escondidos.  Sería un error doctrinal confeso.
  •  ¿Por qué, entonces,  ese entramado brillante, vivo, que exalta una naturaleza virgen, empeñada en crear sus formas, sus contexturas, sus existencias conforme a una desalienación completa, sin ataduras ni pesadas formulaciones sobre el debe y el haber?  
  •  Si hemos de sofocar este incendio hagásmolo más hondo y crudo, pero ya sin fe,  no tengamos miedo a lo que nos engulle, nos metamorfosea. El cubano FRANCO, de tanto volcarse en esos espacio y errores confesos, ya forma parte de ellos y nos invita a hacerlo a nosotros también.  
  •  Es una sabiduría pictórica que aglutina, que toma prestado el pasado, el acervo, la raíz vernácula, en aras de ofrecer una isla repleta de fuentes líricas, de vegetaciones insospechadas, de organismos emboscados, de un sistema que engloba toda una geografía del ser y su retorno.
  • Son las intuiciones de lo plástico que abren continentes, sentimientos, pensamientos y pasiones que se cobijan bajo la estructura, bajo códigos que momifican la enjundia fermentada en esos colores que traen el centelleo de lo vital desde la espesura.  

16 de marzo de 2012

ERNESTO BENÍTEZ (1971) / ME SOSTENGO SOBRE ESAS BASES

  • En esta isla tan fiel a sí misma no hay rincón donde esconderse. Las realidades plásticas asoman por doquier, y como soy artista las conjuro bajo la era de ángeles y demonios. No quiero que el contexto histórico y cutural las difumine, pero si hago una abstracción de ellas que sea con ritmo de son.  
  •  Chabaquenerías aparte, el cubano BENÍTEZ entremezcla acción bufa y hallazgos autóctonos, lo que es expresión de una identidad digna de reconocimiento si nos atenemos a los teóricos posmodernos, Foucault entre ellos, que no dan por válido ningún criterio con el cual juzgar lo que es valioso y lo que no lo es.
  •  Partiendo de esa base podemos embarcarnos en el féretro naútico y navegar como momias liadas hasta tocar el fondo que nos ilumine y nos convierta en la síntesis amarga de lo postrero: amaneceremos en un concha como una calavera de nácar flotando en una nube que hará nevar sobre La Habana. Y que a nadie se le ocurra cantar aleluyas. 

14 de marzo de 2012

MOISÉS FINALÉ (1957) / LO DOY POR CIERTO

  •  Cuba por antonomasia es un puro predicamento plástico. Y sus artistas auténticos cofres de fulgurantes universos entre la luz y el mito, entre las raíces autóctonas y el febril impulso exterior, dilatando revelaciones y descubrimientos que pasan a ser improntas culturales de todo un continente.  
  •  Por ello el cubano FINALÉ conforma su pintura como si estuviésemos en un paraninfo políglota y telúrico, en el que la hibridación con lo clásico hubiese adquirido la textura de una visión que se enreda en su misma génesis, que es ella en su naturaleza la que maridase la voluntad creadora, su código de entendimiento, con el tiempo de vida pasado y presente.    
  •  Si el significado de la representación juega con lo solemne, el espacio de lo significante cobra la dimensión rotunda que envuelve personajes, signos y símbolos.  Es una visita en que el color ayuda a que estemos con la reflexión en reposo, sacrifiquemos momentos a la contemplación y nos quedemos confrontado sin acritud las viejas contraseñas y los nuevos hábitos. De ser una superficie pintada que lo sea desde esas claves, las que cruzan toda América Latina bajo un santo y seña.