24 de septiembre de 2010

VINCENT BIOULES (1938) / PAISAJES IMPACIENTES

  • Los paisajes siempre están impacientes por descubrirnos más que ese algo imprevisible. Aguardan ese instante y al hombre o mujer que lo hace posible. Nunca han tratado de esconderse, todo lo contrario, perseveran y confían en hacerse visibles, inconmensurables, tangibles.

    • Para el francés BIOULES no existen las indefiniciones ni los espacios carentes de significaciones plásticas, lo que hay es una fuente de creatividad que intemporaliza la sustancia física, la hace ser, crecer, caminar, fecundar, en un entorno que nos capacita para creer y existir, para que nuestra mirada y nuestro cuerpo se añadan dentro de él y queden asimilados en su espíritu de color, en su textura humedecida de alquimia y densidad.

      • El paisaje no acaba de terminarse porque se sucede a través del autor que lo representa desde que lo siente, incubándolo perpetuamente en el tiempo y la memoria, sin desoír su angustia o su aflicción con el fin de no dejarlo morir.


        Cundo llegamos al Malecón mi amigo Humberto ya no me escuchaba después de oír a todas esas fuerzas vivas que son casi siempre fuerzas muertas. Le escurrí ron por entre el yunque, el martillo y el estribo. Aguzó inmediatamente la oreja y me dijo que hoy que las huellas de los desesperados estaban detenidas. Se les acusaba de pisar y manchar dogmas internacionalistas de quita y pon. ¿Qué harán con ellas?, nos preguntamos.




22 de septiembre de 2010

NOËL DOLLA (1945) / ATAVÍOS DE LO POSIBLE

  • Baudelaire hablaba de misterio, energía y color. Odilon Redon se refería a la fuerza emitida por los objetos en y durante un sueño. Y el francés DOLLA revierte esa fantasía a modo de colages en lo que caben fragmentos, secciones de realidad disfrazadas de visiones inesperadas.

    • Lo maravilloso es el encuentro con la imagen, su transmutación y síntesis, los derroteros de su proyecto visual, las formas ayuntando color y línea, estructurando la recapitulación que empieza a vivir en la superficie. Un juego de planos y signos, de contextos enlazados, de intrigas locuaces entre símbolos.
      • El autor no mide la revelación ni la determina, permite que la definición se conforme a cada mirada, el propósito es que no se establezcan apriorismos sino desarrollos inquisitivos. Aprovecha encuadres antecesores sin caer en decantaciones ya vistas, y no deja que una aparente frialdad imposibilite la articulación insondable de lo que estamos mirando.


        • Quizás hay una vocación estilística muy concreta pero no sirve de nada andar inquiriendo de escuela en escuela, de movimiento en movimiento, de tendencia en tendencia. El resultado está ahí y no se casa con nadie.




GUSTAV KLUGE (1947) / ADENTRARSE SIN TREGUA

  • El alemán KLUGE arranca, entre victorias y derrotas, de lo que nos legaron sus antecesores vinculados a corrientes expresionistas; el secreto que se gestó dentro de ellos todavía no se ha descifrado.
    • Con texturas o sin ellas, con fuertes empastes o sin ellos, esos rostros configuran actos primordiales que alcanzan el fin que les aguarda, aunque seguirán sin saber la naturaleza del mismo.

      • Lo impenetrable está a la vista y sin embargo se oculta; y si es misterioso y enigmático, también es evidente. La carne, la piel y los huesos son más que un reflejo con punto de mira, son una revelación de una encarnadura en la que la vida presiente la muerte, su oscuridad incalculable e inmensurable.



        • Los alientos que desprenden estas pinturas dejan huérfana a nuestra capacidad de espectadores, nos hace ir al encuentro en silencio de otros sustentos que conjuguen lo genuino de esta contemplación con otras realidades plásticas que son y serán su constitución en un todo visionario, quimérico y desesperanzador.









21 de septiembre de 2010

CORINNE WASMUTH (1964) / UNA SONATA IRISADA

  • Duchamp negaba la significación de la pintura, la repudiaba por su falta de modernidad, decía que llevaba muerta sus buenos cincuenta o cien años, y que lo que importa es la idea, no la forma sensible que se le confiere.

    • ¿Pero entonces no son arte estos despliegues y extensiones corales y cromáticos que la alemana WASMUTH vuelca antes nuestros ojos? Sí lo son, y rotundamente, porque la sensualidad y la sensibilidad, el sentido y la razón no amalgaman ninguna contradicción, son las raíces de esta visión que proyecta, ilumina y vive bajo una división de múltiples capas.

      • Una manifestación pictórica que fragua un universo inacabable que refuta lo que sostienen Duchamp y Newman cuando alegan que no hay nada en la experiencia sensible, por más pura e intensa que sea.


      • ¿Cómo negar, por lo tanto, la transformación imaginativa de una realidad dada, cómo no sentir el sueño de esta sinfonía visual que recrea unas formas telúricas que poetizan la dilatación de nuestras miradas, las luces palpitantes de nuestros ojos y los fulgurantes sentimientos de nuestras abstracciones e introspecciones?


        Mi amigo Humberto lleva callado varios días. El Malecón le ha dicho que no hable para no tener que encerrar sus silencios. Pero el ron que nos acompaña siempre ha tomado la palabra y no quiere dejarla. Así molesta al que manda y emborracha al que encubre la voz.





20 de septiembre de 2010

JOSÉ IRANZO ALMONACID (1931-2006) / AISLAMIENTOS

  • Los aislamientos -título que daba a todas sus obras- del valenciano IRANZO, más conocido por ANZO, son, tal como leí en una ocasión, el reconocimiento del aislamiento humano, existencial, en un universo inhumano. Un grito plástico que a través del entorno no halla ningún eco de comunicación.
    • El uso por parte de este antiguo miembro de Estampa Popular de las perspectivas, de los encuadres fotográficos, de los planos investidos de un cromatismo seco, oscuro, melancólico, nos señala que el fin y los medios están integrados y son perfectamente inherentes a la infiltración cognitiva y emocional.

      • El autor rompe y desgarra lo que Winnicott llama el núcleo incomunicado del yo para ofrecernos precisamente esa realidad estética, porque plasmando esa experiencia no sólo invoca la necesidad de transmitir sino que su trabajo plantea la configuración pictórica de lo que sería el no hacerlo.


        • Quedaríamos tan diminutos e ínfimos, tan insignificantes, que nunca nos avistaríamos y encontraríamos, anularíamos la mirada -ya está sucediendo- y estaríamos condenados a la soledad ciega y precursora de la deshumanización.




17 de septiembre de 2010

ÁNGEL MATEO CHARRIS (1962) / LOS VIENTOS CRUZADOS

  • ¿De qué está impregnada esta pintura llamada neometafísica? No es una parodia visual, ni una figuración de orquestas y violines, ni una ronda de versos cantarines. Tampoco impone que se mastique apuradamente o que se quede con la improvisación de lo ocurrente. Es más, algo más.
    • El español CHARRIS detiene su pintura en un momento determinante y cautivo, que detalla y configura como si fuese la evocación de un tiempo insalvable e inapelable, y por más que abrimos y cerramos los ojos cautamente antes sus obras seguimos sin hallarlo, quizás porque esa es la clave implícita que no vemos pero sí contemplamos.


      • Son escenas en las que su realidad aparente está escamoteada y sin embargo está ahí para que podamos verla y nos inciten a la simultaneidad de mirarla y aprehenderla. Al final, ella es tan visible que nosotros, espectadores, nos convertimos en invisibles.


        • Tal plástica, que vislumbra equilibrios en suspensión, no duda en responder a planteamientos seguros que tienen como propósito el hacernos dudar, no dormir sin continuar contemplando como el tren nunca se va ni la ola podrá desplomarse.



16 de septiembre de 2010

JOSÉ LUIS ÁLVAREZ VÉLEZ / NUNCA TENGO SUFICIENTE

  • ¿Por qué ese empeño en proclamar la extinción de la abstracción? Si no ha capitulado todavía, a pesar de estos malos augurios, es que sigue teniendo algo que decir, núcleos que enseñar, tonalidades que interrogar y exhibir, límites que saltar.
    • La obra de mi amigo, el vitoriano ÁLVAREZ VÉLEZ, es, reconozcámoslo así, lo más alejado de lo posmoderno o moda postestética que pueda haber, y que, según manifiesta Donald Kuspit, repite de una forma trillada, astuta, los experimentos alquímicos del arte moderno y lo convierte en una caricatura de sí mismo al hacerlo parecer cotidiano (lo cual no me permite llevarle la contraria si no es ateniéndome a cada caso concreto).

      • Porque él, VÉLEZ, no incurre, como ya he dicho en distintas ocasiones aquí mismo, en soluciones deformadoras sino en toques de magia, en nuevas perspectivas, en visiones que no renuncian a la soledad interior, ya que su lenguaje propio se inicia y acaba en ella.



        • La riqueza y variación cromáticas, incluso potenciadas por sus entrañas geométricas, son tan poderosas como indelebles, tan magnéticas como luminosas, tan dinámicas como silenciosas, y es que en la pausa del olvido, en la que él se inscribe por definición, es cuando mejor evoca esas sensaciones de lo siempre renovado, que no causa fatiga sino resurgimiento y renacimiento de un color cuya existencia señala tantos significados como ecos, tantas razones como sueños.

        • Kuspit sostiene que para los artistas el arte se transformó en la manera de reconocer el trauma existencial y de recobrar el sentido de sí mismos en ese proceso. Este artista es un claro exponente de ello, y en tal sentido no me duelen prendas al afirmar que es unos de los grandes cultivadores del abstracto en Europa.