30 de enero de 2019

DIEGO BENÉITEZ (1986) / NO DEJO QUE ME ABSORBA


  •  Son paisajes que lo absorben todo, incluso la perspectiva, pues la horizontalidad solamente requiere la planitud, el eco de un confín que nos incita a querer ser aspirados y tragados. Las capas altas o bajas cromáticas, tan lisas y tan pulidas, son el signo de un minimalismo que a su vez es negado, porque la exploración supone un más allá.


  •  Que estas obras, con independencia de su aura plástica, impliquen una significación que connote un panteísmo de disolución final, pues ese es uno de sus efectos, manifiesta que un género conlleva más alcance de lo que convencionalmente es usual.   


  •  El zamorano BENÉITEZ, con su maestría, ha presentido que la carga visual a la que se somete es una visión espacial inagotable, gracias a una elaboración reposada y meditada, a una poética de líneas y extensiones que nos habla y nos invita a compartir..  

En ese ·instante vacío" los tiempos se entrecruzan
y nuestra relación con el paisaje se invierte:
más que recordar sentimos que el pasado nos recuerda.

(Héctor J. Freire)

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