Ante las obras del oscense VIEJO hay que esperar el momento en que la visualización de las mismas cobre forma y sentido, y advirtamos como invaden con su propio cuerpo el espacio para seguir desarrollándose.
Las manchas cromáticas animan la superficie y son como una escritura muy sensible que persigue a la mirada hasta hacerla captar sus diferentes y penetrantes conjugaciones y rasgos.
Y es que el artista no cesa de indagar, probar, ensayar, con unos recursos muy determinados una formulación que sea como un cielo inagotable e infinito.
Perfumada de Armani
la nada es altamente soportable.
(Aurora Luque)
Se ha definido al espacio escultórico como un espacio artificial sostenido sobre la trama de intersecciones que generan las formas.
Las que ha creado el alemán Klinge evocan un pasado remoto conjugado con un presente que no logrará nunca desembarazarse de ellas.
Estos retratos son los propios de una animalidad que no necesitaba ponerse una máscara para perpetuarse en su tragedia y nefasto destino.
Enmudecen detrás
de una cortina de sangre
regiones cada vez más extensas del pasado.
(Jorge Riechmann)
El belga DUBOSCQ entiende la abstracción como un vocabulario plástico de superficie que a través del color desnuda y desnuda sus propias pasiones.
La gama cromática y las texturas le sirven para montar, a la par que sus sensaciones, unas arquitecturas deshilachadas que tienen una lógica para mostrarse como son.
Es una pintura en la que el autor trata de buscar alimentar sus obsesiones sin dejar que haya otros elementos que puedan interferir o desviar el desenvolvimiento de la misma, su génesis y evolución poética.
La intimidad del viento es inmisericorde.
Descarna una casa como desnuda un cuerpo.
(Jorge Riechmann)
El suizo RABUS se cree, igual que Tzara, que este mundo no está especificado ni definido en la obra, sino que pertenece en sus innumerables variaciones al espectador.
Y así, en sus planteamientos pictóricos, nos infunde la sospecha cierta o incierta de que lo que claramente vemos es un orbe plástico que nos desnuda una trama, cuya clave está en contemplarlo de cerca o dejar que siga su camino iluminándonos el caos.
Su imaginario es el reverso de una falacia vestida de gallina o de pájaro. O también una pesadilla colmada de una realidad que no soporta su propio contenido.
Y aun que lo puse fácil, lo normal es el hecho
de que jamás los críticos embistan por derecho.
(Carlos Marzal)
En estos días en que los cielos se han cambiado por los que crea el americano ROSENBERG, es cuando el arte contemporáneo justamente se define, decía Kandinsky, por su anarquía, además de que no refleja sólo el punto de vista alcanzado actualmente.
A este artista le preocupa únicamente que su punto de vista sea esa riqueza plástica con la que plantea sus obras hasta penetrar en los rincones más profundos de la mirada y la sensación.
Los vuelos cromáticos son la simiente que se dispersa en las superficies espaciales, convirtiéndose en los cromosomas de un sentido cósmico que lamentablemente no nos persigue para acunarnos.
No se llega a la belleza por el conocimiento
sino por la manera de hurgar
en extravíos paralelos a reencuentros.
(Concha García)
Al americano BERTONCINO no le satisface una materia aburrida que exprese sin creatividad todo lo que concierne a sí misma. Él tiene que ayudarla a explorarse y embellecerse.
Así es como sus obras reflejan un asomo ambiguo de lo que potencialmente es su cuerpo, lo que es su constitución en una radical plasmación de sus rasgos plásticos.
Su cromatismo y texturas tienen resonancias místicas y milenarias, plantean significados más allá de su condición matérica y son reveladoras de una concepción apegada a lo informe.
Uno sale a la calle para probar sus dados
sobre la vieja manta de la noche.
(Juan Carlos Suñén)
Estas realidades del chino YONGJIE son tejidos de innumerables estratos, dimensiones, densidades y porosidades de toda índole.
Él ha querido culminar esa historia oriental del arte reciclando y recuperando sus formas, actualizándolas técnica y visualmente, para que sigan siendo el punto de referencia estético de un continente.
Sus estallidos cromáticos son luces de una amanecer visionario y febril que gozan de una poderosa seducción para proyectarse y fraguarse en la contemplación.
Hay como que hacerse morir,
es un empeño invernal.
(Luisa Castro)
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