DIETRICH KLINGER (1954) / NUNCA LOS PERDÍ DE VISTA
Se ha definido al espacio escultórico como un espacio artificial sostenido sobre la trama de intersecciones que generan las formas.
Las que ha creado el alemán Klinge evocan un pasado remoto conjugado con un presente que no logrará nunca desembarazarse de ellas.
Estos retratos son los propios de una animalidad que no necesitaba ponerse una máscara para perpetuarse en su tragedia y nefasto destino.
Enmudecen detrás
de una cortina de sangre
regiones cada vez más extensas del pasado.
(Jorge Riechmann)
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