MARIANO VIEJO (1948) / SUEÑOS PLÁSTICOS
Ante las obras del oscense VIEJO hay que esperar el momento en que la visualización de las mismas cobre forma y sentido, y advirtamos como invaden con su propio cuerpo el espacio para seguir desarrollándose.
Las manchas cromáticas animan la superficie y son como una escritura muy sensible que persigue a la mirada hasta hacerla captar sus diferentes y penetrantes conjugaciones y rasgos.
Y es que el artista no cesa de indagar, probar, ensayar, con unos recursos muy determinados una formulación que sea como un cielo inagotable e infinito.
Perfumada de Armani
la nada es altamente soportable.
(Aurora Luque)
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