- Una humanidad agotada de haber generado tanto horror, de vivir para destruir en aras de un viaje de camino único hacia la muerte. Una Alemania que ha tenido una primera mitad de siglo XX espantosa, como fiel reflejo del espanto es su pintura, que es realidad sin concesiones de la tragedia de una naturaleza a la que ya no le vale ni metafísicas ni ontologías, ni teosofías ni imperativos categóricos, ni siquiera una materia que escasea y no alimenta.
- Desde la opción de la parodia que permite la libertad en ciernes, el propio ambiente se convierte en obra, y tal como se aprecia en todo arte, no se puede prescindir de una confrontación con el imaginario de masas enfermas, hambrientas y depauperadas.
- Si se habla de la importancia determinante de la relación directa con el espacio vivencial cotidiano y con la espacialidad urbana, la obra del alemán BIRKLE es una buena muestra de ello, porque incluye hasta lo que falta y aglutina hasta lo que fue historia del sufrimiento y del dolor.
- Al final, los espectadores, tal que exánimes, no visualizamos más de esta Nueva Objetividad, cuya plástica tan mortificante nos coloca en nuestro punto más crítico y falaz.
- Pero el fantasma masca sus designios
- y regala un cabello, se desniega por la nuca;
- abre en el matorral golpes de flautas
- y graba en la flauta signos de preso bajo el agua.
(José Lezama Lima).
- ¿Es el pariente pobre de Goya, de los muralistas, de Courbet y de un sinfín de referentes recreados, utilizados, convidados desde una óptica antropológica, indigenista, colonial, brutal, actualizada?
- Verdad es que el mexicano LEZAMA no le pone ascos a la configuración de un mundo que fue tanto como está siendo -¿por eso no deja de resultarnos tan familiar?-, y que es un mestizaje de erotismo, violencia, cultura, muerte, marginación, cultos, superstición. Todo eso es México en la actualidad y él sabe horadar en ese fenómeno.
- Con una configuración de destellos, claroscuros, planos, distintos personajes provenientes de distintos ambientes, bien identificados, con gradaciones cromáticas y tonalidades adaptadas a lo que es una trama casi carnavalesca, a la que se remiten una sucesión de procesos subliminales, atávicos y reales, la provocación iconoclasta tiene el riesgo para algunos de magnificarse, cuando de lo que se trata es de admirar la precisión representativa que busca la sublimación desde una perspectiva acogedora de sombras de locura, excitaciones y alucinaciones que han sentado bases legítimas y auténticas, tanto históricas como sociales.
- Lo bueno de este creador es que puede ser tachado de posmoderno o todo lo contrario, o simplemente de nada, por ser un "rara avis" que está presente para construir una obra con la que sodomiza la tradición, le reza a santa Teresa y le pone un cirio a san Juan de Patmos.
- Y metiéndonos de pleno ya en ello, podemos citar al onagro de enanos de quiebrahacha, eneldos que escuecen salmuera a pescuezos, el zurrón que cobra los turnos a timbres bajantes o Fátima, la caballista, que entra a por las carteras con tijeras barbadas y polvos cegatos para inducir al estornudo que rompe el éxtasis.
- La carta aquella del diablo,
- sin leer quedó en llamas,
- salvándose el llamado Pablo,
- buscón, bacinilla, perro de aguas.
(José Lezama Lima).
- ¿Por qué considero en este momento estas obras tan contemporáneas, tan cercanas a nuestros parámetros visuales de hoy? No resultan extrañas ni exóticas, ajenas al acontecer vivo del día a día, sino acordes con las pantallas, paneles y soportes en los que se exhiben los símbolos de una filosofía de viva actuante conforme a su plagiada estética.
- Cierto que los personajes del alemán MENSE pertenecen a otra realidad histórica y artística, pero también es inequívoca su proyección y desplazamiento por encima de su época. La Nueva Objetividad, de la que participa, es un eje sobre el que todavía giran imaginarios plásticos dispuestos a no abandonar sin una aportación que ahora estiman inédita y que incorporan con vistas a formar parte de una historicidad que no cesa.
- Que pueda señalarse que uno de los rasgos fundamentales del arte contemporáneo es precisamente la de hacer quebrar campos mediáticos ya codificados, no descarta que esa extensión a nuevos espacios retome lo ilimitado que ya se percibía en las realizaciones previas, cuya continuidad era posible por su carácter explorador y su mutabilidad asegurada.
- Además, la ruptura no es tanta como se asegura, nunca ha llegado a ser definitiva, tal y como puede apreciarse en alguno de estos retratos, que conservan la fuerza pictórica tanto del pasado como del presente.
- Deja que los opresores
- osen faccioso llamarte,
- que el odio de los perversos
- da a la virtud más realce.
(José María Heredia).
- El catalán LLOBERA tiene en la pintura tosca, ruda, desbordada, configurada a trallazos, el sentido de la hipérbole de nuestro tiempo, bajo la cual los personajes son factores visuales de locura, agitación y caos. Es como si una apuesta sobre el grado al que llevar su creatividad, le forzase a desencadenar estos parajes interiores de vida desmedida.
- Tal desastre, enmarcado en un cromatismo sucio, cargado, viscoso, sombrío, no quiere marcar distancias entre su visión y la del espectador. El apelotonamiento en los lugares donde discurre la acción gravita sobre el hecho de aquél al que no vemos por tenerlo tan cerca, al que no percibimos hasta estar dentro.
- Por lo tanto, configurar tales y supuestas imposturas retoma hoy una puesta a punto de lo que califica a la plástica a través de senderos adyacentes y peligrosos porque marcan con formas y organizaciones letales entendimientos doctrinarios, incluso los preceptos de misales que aunque ya no son letanías tienen todavía mucho de orientaciones conciliares.
- Y así, conforme vamos verificando el sello de esta representación que no cede espacios a una meditación que no sea de principios y panfletos, comprobamos que estamos dentro de la concepción posmoderna -si me la acabo de inventar tampoco pasa nada- de un realismo que se sostiene en firme pero frágil equilibrio de una puerta, dándonos la espalda para que no creamos que está rindiendo honores al estilo de lo que ya no tiene ni enmienda.
- El canon del mortero te mancha la nariz, la sección
- aúrea se presenta como el estofado de una Baviera
- de juguete. El ojo no tiene por qué parecerse al sol.
- ¡Jehová del sargazo un cometa para estas bravuconerías!
(José Lezama Lima).
- La condición de las imágenes, por una parte, desentraña una aspiración subliminal a la totalidad, un enfoque sobre tradición, historia, biografía, vida y cultura. Por otra parte, individualmente, es una marcada sombra de la concepción creadora del artista, el producto de una fuente que no deja de manar conforme a experiencias existenciales y ontológicas.
- Para la cubana ALBERTINA el nexo de su pintura es el conocimiento de sí misma insertada en un cruce de caminos en una isla en la que hay que desenterrar tantos enigmas pasados y presentes, como vivencias diarias que pueden ser metamorfosis de superficie y conjuras de futuro. Ella acomete tal empresa cargada de un pathos pictórico que concilia en secreto muerte, resurrección, mito, rito, alegoría y ficción.
- El color, tan caribeño, es la pulsación que expresa, consigna, transforma y formula, en definitiva, es el urdidor múltiple del significado, el que tienta la la línea y el contorno, el que sublima la forma, la lengua que se explaya en una ofrenda de diálogo perdsistente.
- La figuración y lo biomórfico pactan sus distintas fronteras, a la que los espacios les prestan el laberinto de su intrspección misteriosa. Y desde esa posición la categoría plástica de la obra asimila esa confusión con la que quiere esconder la duda de su revelación como una epifanía necesitada de espíritu y comunicación.
- La sangre lamida por un perro mudo
- sigue su historia como el humo.
(José Lezama Lima).
- Toda certeza está en los sueños, escribía Edgar Allan Poe, y el argetino NOÉ, miembro de la Nueva Figuración argentina, a través de su obra, lo refrenda, pues toda ella es de una perfecta coherencia estilística: una visible homogeneidad formal de la construcción de la imagen.
- Ciñéndonos a Konrad Fiedler nos haríamos la siguiente pregunta:
- ¿Cómo comprobar que cada nueva obra causa una impresión de mayor seguridad y mayor conciencia?
- Lo importante, añade, es el solo hecho de que no se pierda por completo la relación natural del mundo puesta de manifiesto en la genuina actividad artística.
- Por lo tanto, ha de haber una continua referencia a una contextualidad y unos modos de comunicación visual del tiempo y del área cultural y social dentro de la que actúa, es decir, del imaginario colectivo local.
- En conclusión, es un cojunto organizado y enfocado a la construcción de una pataforma plástica que engloba un marco de encuentros visionarios y simbólicos, geográficos y telúricos, de esencias y presencias, de mitos y quimeras. Una lección pictórica, en definitiva, que nos resume y vivifica.
- Mientras la lluvia contaba sus cabellos
- y la sombrilla como un marisco buscaba la resaca lunar,
- mirábamos el salón vacío, donde un polvo de cenefas
- rodaba con las mortecinas tazas en un fregadero
- hablador, que sumerge las interjecciones en la boca del diablo.
(José Lezama Lima).
- Nos reflejan y nos opacan, su frialdad refleja la nuestra y el estupor tiene una indomable resonancia. ¿Qué son las instalaciones del norteamericano WHEELER? ¿Un simple juego de luces o unas luminiscencias que buscan la pálida huella que causa nuestra presencia? No propugnan una óptica de concebir y mirar, sino una puesta en escena del sentir, experimentar, escuchar, cavilar.
- Del gris pasamos a la irradiación que nos provoca, nos excita, incluso incita a permanecer aunque sea con la duda y la sospecha. Al final nos detenemos y nos preguntamos acerca del sino de un mundo artificial, hecho para vivir ¿o desmentir los fuertes que somos?
- No sabemos si vamos a caber en esos templos de luz, pero anuncian cierta sinfonía de ultratumba maquillada, virgen y con ganas de ser violada.
- El placer comienza cuando el campo de la visión toca
- y se ciega y se extingue en la coincidencia del contorno y
- el éxtasis.
(José Lezama Lima).
- Se puede ser poeta y dejar que la libertad del trazo en la superficie sea la síntesis del poema. Se puede ser pintor y basarlo todo en la espontaneidad imprevisible, dolorosa o no, de la tachadura que se deja sentir.
- Caligrafías del que se desmembra en extremidades ciegas a causa de la noche negra o roja de sangre. Ante las líneas gruesas una mirada capta un grito, ante las blancas un mutismo. Y ante las gotas el frío, la desnudez del viento y la luna que ya está en el infierno, querido Lezama.
- En el expresionismo del gallego RAMOS está localizada la pasión de su poesía, a la que le ha dado la condición plástica sucinta, entintada, del gesto, con el quiere abarcar todo lo esencial aun si ello supusiese quedarse sin nada.
- Es una pintura que, aunque lo pueda parecer, no está ensimismada, no se contempla a si misma en una reflexión impenitente, sino que hace latir y exteriorizar su naturaleza con la semblanza dotada del signo, dado que es la suya propia, la que la legitima como ente capaz de significar y dialogar. Por tanto, sin silencios, que ya hemos dejado atrás los tópicos.
- Qué lenta viene la noche por detrás de las espadas.
(José Lezama Lima).
- Otro artista más de la Escuela de Nueva York, MARCA-RELLI, que exploró las texturas, la fisonomía de la luz y el color, los rasgos que conforman un orbe lingüístico e idiosincrásico que habla para abrir los espacios físicos y psíquicos y otorgarles la fuerza y la proyección que necesitaban. Estamos hablando de un pionero y de una labor plástica que ha continuado.
- Nuestro entorno nos ofrece como espectadores referencias ligadas a secretos aparentes que no son tales, únicamente hay que fijar la mirada, bien abierta, para desentrañarlas, buscar sus modos de expresión, sus fórmulas de diálogo, ese diapasón que está ubicado tanto dentro como fuera de nosotros.
- Para los artistas, convertidos en voceros de su tiempo y su sociedad, precursores y mediadores, comprometidos siempre, es el fenómeno hallado lo que cuenta; para el que contempla es el descubrimiento imprevisto, el que por fin se ajusta al ansia por ser parte de un relato desconocido que ahora toma forma a medida que la significación del hecho de observar se hacía patente.
- Estas obras revelan las posibilidades, aunque parciales porque van en una dirección concreta, del quehacer artístico en ser una entelequia factible, que es la propia de originar una plasmación como quimera real que nos alumbra y nos proporciona plenitud, la misma que es la señal a perseguir por el ser humano.
- ¿Si toco mi ser será más lenta mi metamorfosis?
- ¿Disfrazado de peluquero puedo penetrar en el exterior
- remolino?
- Si estoy frente al espejo, saco la lengua ¿oye alguien?
(José Lezama Lima).
- Soñaba con el mito y me quedé con la pesadilla. Pedí una imaginación macrosignificante y me reservaron una parodia que tiene su mayor virtud en la significación de lo insignificante. Pedí que como autor nadie me igualase en fuerza y potencia de proyección y me limitaron a recrear un cenobio de apátridas infelices.
- De acuerdo con el holandés DE WIT, la estética está destinada a ser actualmente un sabotaje que remeda, no sin antes haber aprendido las lecciones y las reglas que hay que anular desde dentro hasta llegar afuera.
- Si las obras son producto de una inspiración en experiencias, vivencias, sensaciones, memoria o pensamientos, emplacemos la transformación en su contrario, en la inversión de sus términos, en crearlas conforme a la aventura en un espacio inexplorado pero no desconocido. Los personajes tienen piernas y alguna otra extremidad que nos asemeja, luego son piezas de nuestra misma naturaleza.
- ¿O es que somos inexactamente nosotros? ¿O es fruto de un exterminio no conseguido del todo? ¿O nos lo inventamos todo para seguir confiando en nuestro orden, razón y destino? Sin embargo, no abandonemos la visión, por si estos huérfanos nos sobreviven y así nos recuerden como espectadores agradecidos, afectivos y estimulantes.
- En este mundo no existe ninguna emoción fuera de la sensualidad. No hay pensamiento ni idea que, si están desprovistos de sensualidad, sean capaces de emocionar (Yukio Mishima).