- Los movimientos históricos de vanguardia no han podido destruir la institución arte, pero quizá hayan acabado con la posibilidad de que determinada tendencia artística pueda presentarse con la validez general.
- Tampoco podrán destruir a una artista como la alemana SCHMITTEN, que afronta una empresa plástica, en la cual la mirada queda prendida en esa reflexión y sentimiento de lo ondulante y transparente de la materia. Ya quisiéramos haber sido creados bajo esos parámetros gaseosos y celestiales.
- La tenue luminosidad, el movimiento, las capas cromáticas que se encuentran y se superponen declamando poéticamente unos sentimientos translúcidos y diáfanos, unos vertidos escondiendo un fuego secreto y un misterio alado, forman un canto sublime.
Pondré mi yeso, lo que soy, bajo el murmullo de estas
imágenes. Y apagado, en medio de los ruidos que así
se desmenuzan,
invocaré mis rostros, mi letra sucesiva, mis episodios
de partícula.
(David Huerta)
- La escultura estaba harta de que la describiesen, había llegado el momento de que eso fuese imposible, de convertirse en un animal totémico que protegería todas sus claves ante cualquier suceso o hipótesis.
- El norteamericano KENDRICK así lo entendió y asumió, reuniendo todos los materiales que pensó que eran adaptables a una cosmovisión como la precedente, con lo que su siguiente acto era cortar, encajar, pulir, construir, hasta que el ente, ya configurado, ocupase un espacio para considerarse residente.
- De lo que eran unos amasijos y confusiones, la dinámica del hacer los fue constituyendo con la aportación intangible que modelaba una significación viviente y un significado tan solvente como impactante.
Por todas partes gritos, desgarraduras, rincones
infectados.
(David Huerta)
- Un mundo apocalíptico que se engulle a sí mismo. Es la cosmovisión lúcida del chino AILI, que desde una sabiduría pictórica muy diestra, nos ofrece el fin de unos territorios que apenas estaban ya habitados.
- Símbolos de huida y destrucción expertamente enfocados y portadores de la nulidad de unos valores por los que creíamos regirnos sensatamente y que acaban convertidos en escombros de luz mortecina, en un paisaje que sulfura veneno y parodias de sí mismo.
- Obras que paradójicamente iluminan y claman, significan y conmueven, vertebran un hilo argumental visionario y derrotista, y poseen una concepción tan elocuente que es imposible apartarse de ellas sin seguir pensando en el advenimiento de un terror que nos llama.
También los jueves la gente se suicida, pero no es la
misma del lunes o sábado,
los suicidas del jueves son suicidas serenos, irrevocables,
que se hunden en las aguas del jueves para siempre.
(Antonio Deltoro)
- ¿Quién me impide ser irreverente e impío? ¿Quién me impide ofrecer la tabarra como una visión neurasténica? ¿Quién me impide mixturar y traer lo que vuelve después de vomitar? ¿Quién me impide ser un dios que pinta y no rezar?
- Es evidente que la obra del serbio OZBOLT hay que tomarla como un dechado de confluencias, de realidades imaginarias y provocadoras, parodiando una plástica que lleva con la cogorza toda su historia.
- Sus retratos ya amanecen borrachos y sin piel, hablando a solas y con mucho silencio frío, opaco y desnudo. Han hablado con la muerte y están satisfechos con la tumba, solamente les falta la hora del recreo.
Sobre la ciudad del cemento se alza el día,
abajo queda el asombro del tiempo.
(Homero Aridjis)
- Toda su experiencia vital y artística la depositaba en la mala leche de sus obras, que se consideraban verdaderas piezas de genialidad y urdimbre sarcástica y mordaz. No entendía el francés UNGERER otra vía de uso de sus dotes plásticas.
- Su ingenio y capacidad, además de su perspicacia y amplios conceptos respecto a los medios, le permitía esos desafueros de fondo y forma, de inteligencia y transgresión. No iba por las buenas, pero no se conformaba tampoco con citar las malas, las hacía evidentes como si fuesen un muestrario de recuerdos de familia.
- El estar a bordo de la realidad de su época le facilitó la tarea, aunque le supusiese el dejar un vómito al pie de cada obra, el que el perro creyese en la luna sin cielo y en su casa siempre fuese de noche.
Encerrado entre muros
él duerme a la intemperie
dondequiera que anda
crea espacios de la muerte
(Homero Aridjis)
- Los colores retornan a las sombras, porque sombras son las que desprenden los seres que están en el interior de ellas. Vuelve el escenario oscuro con su tragedia de desamparos y soledades, cautivos y marginados.
- En esta obra del rumano MATHE la unidad y coherencia de la configuración nos ofrece la huella de la tradición con signos plásticos del presente, dado que la determinación alegórica es una maldición permanente.
- Estos reencuentros con una hechuras pictóricas que creíamos superadas, no constituyen carencias sincrónicas si su penetración nos conmociona y entraña una visión que todavía tiene su razón de ser si es una invocación de autenticidad.
No hay embrujo tan grande como el placer
de revolcarnos en el lodo:
tú la hechicera, yo el cerdo.
(José Emilio Pacheco)
- No son ilustraciones para cuentos infantiles ni jeroglíficos inocentes ni relatos pueriles, estas obras son fruto de una cosmovisión que tiene en esos espacios y en los que viven en ellos las sagradas formas y razones de una existencia asimétrica.
- Para la francesa LARUS su tipología figurativa va desarrollándose como la reconstrucción de un imaginario que estuviese largo tiempo buscándose y encontrándose a través de la aparición de unos personajes que viniesen desde un cosmos distinto incubado para el arte.
- La autora los acoge y les da vida y realidad, al fin y al cabo son tan efímeros e ilusorios como nosotros mismos, además de que nos aportan otros empeños, otras luces y percepciones que nos faltaban por adquirir.
¿Qué clase de arcilla pesa sobre mi lengua como una historia
muerta en el umbral de su propio veredicto?
(José Carlos Becerra)