- La escultura estaba harta de que la describiesen, había llegado el momento de que eso fuese imposible, de convertirse en un animal totémico que protegería todas sus claves ante cualquier suceso o hipótesis.
- El norteamericano KENDRICK así lo entendió y asumió, reuniendo todos los materiales que pensó que eran adaptables a una cosmovisión como la precedente, con lo que su siguiente acto era cortar, encajar, pulir, construir, hasta que el ente, ya configurado, ocupase un espacio para considerarse residente.
- De lo que eran unos amasijos y confusiones, la dinámica del hacer los fue constituyendo con la aportación intangible que modelaba una significación viviente y un significado tan solvente como impactante.
Por todas partes gritos, desgarraduras, rincones
infectados.
(David Huerta)
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