- ¿Qué es lo que pretende el italiano VEZZOLI? ¿Impugnar, transgredir, parodiar, demostrar, largar un discurso entre conceptual y subversivo? Lo cierto es que tiene bien asimilados los valores de los que reniega o se burla. Y que lo que no hace es explosionar sus formas, sino concebirlas desde una impiedad plástica e ideológica.
- Con ello marca su propia personalidad creadora, un principio que, como dice Tàpies, ha permanecido siempre vigente a pesar de las aparentes contradicciones en las doctrinas estéticas.
- ¡Claro que con ello rompe ciertos tabús¡ Si no fuese así ya no sería arte contemporáneo, sería otra cosa, póngale un precio y nombre. De lo que se trata es de que el hombre sea ese animal simbólico del que habla Castro Fernández, que sobre el fondo inatacable de la pared de la Nada comienza el trabajo del mito.
Es uno de los días más trágicos y crueles.
Triste como un desfile de Ejército y Armada.
(Hay también otro ejército con muchos coroneles,
y es el de salvación, que no ha salvado nada).
(Horacio Rega Molina)
- Sí, sí, en un primer momento parecen remakes que nos remiten, nos recuerdan y evocan, nos dirigen a otros ejes, porque la línea no se ha roto, es más, ha hecho del proceso su enjundia y su percepción más inusitada.
- Mas estas obras contienen unas esencias que, si bien están contextualizadas hasta históricamente, se han construido desde otros apartados conceptuales en los que tienen participación el arte tribal y la cultura popular.
- Quizás lo más importante, al margen de su resplandeciente sonoridad visual, es que no van simulando lo ajeno sino que ello es lo que lo hace propio, formando así una fusión en que las muescas de la creatividad están claras y son determinantes.
Como es día domingo, por la ciudad me pierdo.
Busco una calle muerte para mi poca fe.
La calle tiene un nombre que ahora no recuerdo
porque en un mismo sueño lo supe y lo olvidé.
(Horacio Rega Molina)
- ¿Por qué rechazar a la monstruosidad si en algún momento determinado o casi siempre lo somos y seremos todos? Estamos en un contexto ideológico moderno, que recusa cualquier sustrato metafísico y doctrinal y hasta moral en el discurso histórico y, en este sentido, han dejado de ser creíbles los llamados grandes relatos (Francisco Calvo Serraller).
- Las obras del francés MERCIER no son relatos son antirrelatos; no son entes sino antientes; no son amistosas sino el enemigo número uno. Condensan el frío y pavoroso desahogo de una visión tan delirante como propia. No solamente es ingeniosa y ocurrente, va más allá, nos clava estacas en la emoción que suscita, en la reflexión inmisericorde que propone.
- Tampoco se atiene a esquemas preestablecidos por muy transgresores que hayan sido, se trata de que la violación y el quebrantamiento sean concebidos de nuevo, de no detenerse, pues de hacerlo, como diría Miró, te pisarían los talones enseguida.
- Lo que es indudable es que este autor no carece de personalidad, que es la cualidad principal para ser artista según algunos. Ni carece de inframundos, subterráneos, cloacas, abismos, cielos e infiernos. Lo mórbido, lo truculento no dejan de estar en nuestra piel y deleitarse con ella.
Así la vida de mi pueblo quiso
darle a su devoción un ritmo alterno.
Con lo que gana el que entra al Paraíso
y lo que pierde el que se va al Infierno.
(Horacio Rega Molina
- El muy astuto Bertrand Russell decía que la capacidad de producir grandes obras de arte va unida, con mucha frecuencia, aunque no siempre, a una infelicidad temperamental tan grande que, de no ser por el placer que el artista obtiene de su obra, le empujaría al suicidio.
- Pues por mi parte veo lo siguiente, que la obra es al final la que muestra esa infelicidad, ese sufrimiento, esa imposibilidad de sentirse plenamente, pese a estar construida con el material más sólido. Observarse a sí misma es un proceso degenerativo del que nacen unos seres abatidos y desgarrados.
- Algunos rostros ni siquiera llegan a consumarse para no implicarse más en una senda de autodestrucción, de pérdida del sentido estético y físico. El japonés JNABA, de esta forma, prueba lo que es confrontación consigo mismo y con el mundo que le rodea, que para no traicionarse lo metamorfosea en sí mismo.
- No engendra, suscita; no da a conocer, ilumina; no exalta sino que atrae. Odia la perfección porque no es auténtica y además el llegar a ella es la culminación más enlodada de la imperfección. Su obra es una reflexión sobre el pasado conminando al presente, por eso hay que deconstruir y maldecir.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú,Aquellos, Otros.
(Jorge Luis Borges).
- Decía Antoni Tápies que el artista busca siempre los esquemas fundamentales, últimos, las justificaciones más generales de las cosas, los símbolos que les dan valor universal y duradero.
- El cubano ACOSTANEYRA parte de estas bases y de otras tan importantes como es el de no dar testimonio de ese vacío irremediable al que algunos están condenando a lo que hoy llamamos arte. Es más creo que, como afirma F.Pérez-Dolz, el autor construye círculos cromáticos para visualizar sus propias experiencias y con los mismos colores que luego empleará en sus estudios y en sus obras.
- Dentro de ese mundo tan personal en que todos los seres son continuación unos de otros, se reinventan, hacen de sí mismos toda una escenografía de fantasía y vida, de luz y signos, que no están quietos, que conciben un nuevo concepto de magia, en que la forma es una y mil, incluso casi es difícil de encontrarla porque ella misma se está autodefiniendo en un proceso permanente. Ahí dentro ocurren muchas cosas, muchas vicisitudes, muchos cantos de encuentros y hallazgos, de celebración a pesar del tiempo, a pesar de la historia, a pesar del cuento de nunca acabar.
Pintura cubana cuya plástica es, yo diría casi inconfundible, que deja un rastro que constituye al final todo una constelación, una plataforma única en la que contemplar lo que pasa en ese mundo, porque sus claves es imposible no detectarlas, salen espontáneamente, desde una visión que raya entre el delirio, la quimera y la locura. La fascinación que ejerce se guarda dentro de sí misma, es su propia naturaleza, una vez que la obra está acabada.
Soy un pueblero y ya no sé de estas cosas,
soy hombre de ciudad, de barrio, de calle:
los tranvías lejanos me ayudan la tristeza
con esa queja larga que sueltan en las tardes.
(Jorge Luis Borges).
- Son retratos que supuestamente responden a un contexto y época determinadas. Son creaciones de un momento, producto de una historia que culmina en ellos, que es cuando están maduros para su realización. Y embebidos de su propia mortalidad.
- Pero el iraní KAMI, al margen de estos precedentes, quiere volcar en ellos su marca, la huella de lo que entiende y concibe como una reflexión e introspección que cada uno debe llevar dentro de sí. Están pensando con los ojos cerrados o abiertos. Quizás en la incomprensión de lo que han llegado a ser, víctimas de uno u otro tipo. Él les añade eso, no puede impedirlo.
- La sabiduría de este artista está en saber comunicar, mediante su magia y formulación pictórica, el hecho del ser, la confirmación de su circunstancia, sea una u otra, la capacidad para transmitir una intimidad que dé lugar a la nuestra, que sea común, que no haya forma de escaparse al testimonio y a nuestra condición.
Yo solicito de mi verso que no me contradiga,
y es mucho.
Que no sea persistencia de hermosura, pero sí de
certeza espiritual.
Yo solicito de mi verso que los caminos y la
soledad lo atestigüen.
(Jorge Luis Borges)
- Hay pesadillas que nunca terminan, nos da por encajonarlas y encajarlas para ver si nos las quitamos de encima, pero es una tarea imposible, pues surgen, emergen desde lo más pulcro, hondo y enraizado.
- El inglés SAVILLE es un experto en la materia, con un instinto al que este tipo de experiencias plásticas le viene como anillo al dedo, haciéndole más osado, más tenebroso, más reactivo, como si fuese una práctica indispensable para reconocer la más intrépida de nuestras naturalezas.
- No se anda con rodeos ni simulaciones, como no sean las que revierten en una contemplación que es parodia, metáfora y signo. Busca una significación en estado puro, una función expresiva, sin rehenes ni condiciones ni exclamaciones de cementerios olvidados.
- Por consiguiente, es un creador de cura difícil, de resacas enfurecidas, de odios disimulados, de esqueletos caprichosos pero ya cansados de exposiciones públicas y grotescas, al fin y al cabo todavía conservan capacidades visuales y de interlocución con los abismos del que mira.
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado, enano.
(Oliverio Girondo)