- Son retratos que supuestamente responden a un contexto y época determinadas. Son creaciones de un momento, producto de una historia que culmina en ellos, que es cuando están maduros para su realización. Y embebidos de su propia mortalidad.
- Pero el iraní KAMI, al margen de estos precedentes, quiere volcar en ellos su marca, la huella de lo que entiende y concibe como una reflexión e introspección que cada uno debe llevar dentro de sí. Están pensando con los ojos cerrados o abiertos. Quizás en la incomprensión de lo que han llegado a ser, víctimas de uno u otro tipo. Él les añade eso, no puede impedirlo.
- La sabiduría de este artista está en saber comunicar, mediante su magia y formulación pictórica, el hecho del ser, la confirmación de su circunstancia, sea una u otra, la capacidad para transmitir una intimidad que dé lugar a la nuestra, que sea común, que no haya forma de escaparse al testimonio y a nuestra condición.
Yo solicito de mi verso que no me contradiga,
y es mucho.
Que no sea persistencia de hermosura, pero sí de
certeza espiritual.
Yo solicito de mi verso que los caminos y la
soledad lo atestigüen.
(Jorge Luis Borges)
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