- Dentro del arte actual hemos supuesto que hay cuestiones que tienen sus preguntas resueltas o por lo menos enunciadas y que sólo falta incrementar sobre ellas el acopio de lo que suponen y aportan. Y, sin embargo, las opciones que siguen apareciendo, sean o no posmodernistas o lo que sea, siempre han pertenecido a una realidad entre luces y sombras.
- Por eso, ante la obra del madrileño CHÁVARRI, no falta una dirección hacia esas opciones, pero la construcción de sus instalaciones no omite sus nociones de un espectáculo que bascula entre la magia y la metonimia. La estructura como eslabones de un perímetro muy calculado y reflexivo, aunque sin obviar la indagación plástica como la vía de acercamiento a ese objetivo que él tiene como su propio ideario creativo.
- No descarta ninguna alternativa, por lo que da soporte a todos aquellos fenómenos que entrañan una significación visual que engendren un proceso de interés para un espectador que con la contemplación adquiere una valoración de lo que se le ofrece, confiando en que en el momento de esa asunción del compromiso ya haya dado un paso decisivo en sus descubrimientos sobre esta propuesta.
- Tampoco rechaza urdir la magia de un juego en que la evidencia está de sobra, hay que relacionar y obtener los mecanismos espontáneos de esa relación con un diálogo abierto entre lo pequeño que puede ser grande y viceversa. De ahí vienen esos mapas que nos sitúan, no únicamente sobre el concepto puro y duro, sino sobre la iluminación que despiden, que son los hitos de una realidad que a través de ellos se va difundiendo y señalando. Si estamos en su interior jugamos, si no nos llegamos a adentrar en ella es que nos conformamos con un perfil que simplemente supura.
- ¿Cómo? ¿Cuándo?
- Estoy entre los toros de Guisando,
- estoy también entre los que preguntan
- cómo y cuándo.
- Creciendo y raspando,
- temblando.
(José Lezama Lima).
- Nunca he hablado con el segoviano REGUERA pero sí con sus obras. Y ahora he podido hacerlo de cerca gracias a su exposición actual en la galería Fernández-Braso de Madrid, en donde estará hasta el 3 de noviembre. De este artista ya he señalado en este blog el ámbito plástico que con su pintura va creando, estableciendo una epifanía sostenida que va inundando, rompiendo y colonizando todo aquel espacio que antes estaba vacío, que carecía de voz y lenguaje, era átono y proclive a no ser. Es contumaz con ello y a mí me obliga a admirarlo.
- Decía Worringer que contra el miedo existía la salida de la abstracción, la cual resurgía de las cenizas de las tragedias bélicas para ofrecernos una atmósfera, unos ambientes y paisajes, unos asentimientos en definitiva que buscaban la paz, la armonía, el sosiego, o desencadenaban la angustia y la introspección.
- ALBERTO es de los que con su trabajo se sumerge en lo primero, el que experimenta e indaga, explora y aventura en lo que se ofrece como una visión constructora de la esencia texturizada, del color filtrado, compositor de gamas y tonalidades cual símbolos de la mirada del hombre que penetran en su más inaccesible mundo de percepciones.
- Con cada una de sus creaciones identificamos una alusión, una cita con nuestras emociones, una pasión que resucita a través de nuestro sentido pictórico, del que siempre tenemos dudas, y del que, por rutina y cansancio, frecuentemente dejamos de depender. Él nos lo hace ver de nuevo, y lo más importante, compenetrarlo, hacernos conocedores de la sabiduría que imparte.
- No sé cual va a ser su próximo itinerario, pero no me cabe duda de que esta veta todavía no la considera agotada, que para él la abstracción lírica camina aún sin ser completamente vista ni tocada, que mantiene una sensibilidad y sensualidad entroncadas en lo inmaterial necesitado de expresión, que necesita ese mediador tan perspicaz como ALBERTO que le haga de intérprete, y le cante esa canción de cuna que posibilite su arraigo y aparición con la mayor transparencia.
- Dichoso voy entre tinieblas
- que así desatan el árbol,
- que preguntan entre anillos
- el lento sabor del agua.
(José Lezama Lima).
- Le debía este reencuentro al mexicano BELMONT, entre otras cosas, porque me sirve de refugio ante los desfiles de desconcierto, de indecisión, ante los umbrales que no se quieren atravesar por si destiñen. Su obra nos remite a un sueño muy personal que da luz a las sombras y, como buen azteca, a la razón de la muerte, que cada día nos acoge peor y con menos ganas. Élla quiere otro sustento y armonía, seguramente por haber sabido asimilar obras como la de este artista.
- En su nuevo quehacer los correlatos recurrentes y oníricos son un rompecabezas de zoo, fauna salvaje, desnudos, calaveras, vírgenes y pipas. Y todavía hay más, y son más los extraños vislumbres que se adivinan detrás de ellos y que cada espectador adaptará a su íntimo e intransferible bestiario.
- Lo que mejor se enmarca, dentro de esta fantástica visión, es la dimensión específica de cada uno de los elementos, como si establecieran una jerarquía de opciones de significantes en función de su desmedida visualidad, en línea con sus correspondientes metáforicos significados, que desnudos -cada uno que los vista como quiera- de la parsimonia conceptual se ven con más claridad.
- Pierde la serpiente con la tortuga,
- pero asusta al gamo.
- Pero sólo el gamo oye la noche de la ciudad,
- la sábana que se estira hasta llegar al trineo.
- Oye la muerte el gamo y corre alegre.
- El gamo, asustado y temblón,
- gusto de la noche placentera.
- Cállese.
(José Lezama Lima).
- A esta joven artista británica, como a sus colegas de generación y promoción, le va la provocación. Todas sus instalaciones y esculturas están destinadas a ese caldo de cultivo entre la incitación, excitación, desafío, irrisión, irritación, y así podemos seguir sin dar tregua a lo que ya no es desconcierto porque ha habido bastantes abusos al respecto.
- Lo podemos considerar como juegos alevosos porque nos toma por detrás. O como metáforas de una condición que se niega a ser clasificada así. O simplemente como eventos que se han quedado huérfanos de lo que podría infundirles un significado más preciso.
- Pero, de todas formas, habremos de convenir que la espontaneidad es la característica más señalada, aunque sea su modo de expresión calculado, al que le confía el instinto de toda su creatividad. La temática ya es otra cosa, es una vertiente sobre la cual sabe muy bien donde apretar.
- Y al final nos queda una propuesta embarazada y embarazosa, que peca y es perdonada, que maldice y es bendecida, que niega y es asentida, que impreca y es santiguada, que ríe y es compartida. Y más, mucho más.
- Tiene cara caída, tiene bolsillo húmedo,
- tiene viruela y tiene luciérnaga.
- A todo va con lento paso, embajador con cayado,
- a todo ciñe, friolera nocturna, colchas,
- las rizadas colchas del naufragio.
(José Lezama Lima).
- Entre tanto arte conceptual, minimal y posmoderno se nos había olvidado que todavía hay otro tipo de representaciones, que son más visceralmente nuestras, que no esquivan la experiencia de la sinrazón, que no esconden la conciencia de lo que es sangre y muerte en el lienzo.
- Llámese o no culto al feísmo -con ese título se despacha lo que tienen de sórdido o incluso de casquería-, que se inicia con Goya, la exarcebación extrema en el holandés OPHUIS de tales rasgos buscan y llevan consigo una expresión radicalmente emocional, de carácter abismático, reflejo de una concepción violenta, pesimista y caótica del mundo y de los que lo forman.
- No hace falta referirse a los románticos ni a lo grotesco, ni siquiera a la fealdad monstruosa, para subrayar que en esta obra todo es un manto de muerte sobre la vida, y que el artista ha pensado más que nunca en el espectador, para integrarlo en esa atmósfera fatídica pero numinosa de la creación.
- Bien es verdad que en este caso no cabe ningún esfuerzo imaginativo, porque nada queda al azar, porque no hay que completar ninguna insinuación ni indicio, y ninguna huella de la materia y ningún trozo quedan sin manchar.
- Es posible que otras interpretaciones estimen hoy que el arte no es esta agonía porque ofende al espectador, o le provoca extrañas actitudes o el asombro y una irritada contradicción. Claro que también puede ser lo contrario, que eso se produzca ante las propuestas absolutamente herméticas, incomprensibles o aquéllas que son un mero organismo de puras formas.
- La neblina impulsada por la sangre,
- borra los cabellos negros.
- La imagen llora la pregunta,
- con su pelambre de tortura
- trae la cifra de los Dioscuros por el muro.
(José Lezama Lima).
- Son cuerpos desnudos que en su contextura pictórica se encuentran a sí mismos cuando llega el momento del desfallecimiento, la hora de las dudas no resueltas, los días de las incertidumbres en una existencia sin camuflajes.
- El que el inglés UGLOW los haya tomado como una obsesión para recrear todo un sistema propio de la configuración plástica en torno a sí mismo no es de extrañar. Si se posee tal capacidad de concatenar la creación ensimismada y su soledad carnal en un espacio en el que se hace más temible esa aparición, la mirada queda prendida entre la vida y el sueño, entre el agotamiento, la angustia y el pensamiento.
- No ha necesitado más que hacerse con la proyección adecuada, con la imagen sin rasgos, solamente extremidades, torsos y asomo de cabezas. Toda una apropiación anatómica limpia de un ensayo para saldar una cuenta con un destino despojado.
- Imagina una isla o una canción,
- yo la convertiré en tu himno y te guiará
- por los caminos de la vida.
(Felipe Alarcón Echenique).
- ¿De dónde llegaba el acompañante en la madrugada de pintar a
- los muertos?
(José Lezama Lima).
- Son seres con la flor rota, apagada y muerta junto a ellos. Son seres a los que les tocó perder ya siendo deformes, y si siguen vivos es con un propósito alegórico.
- ¿Hay unos esquematismos, una terribilidad, un afán de reducir cada ser a su guión dramático, que tiene, a no dudarlo, un fondo simbólico? Y si así fuese, ¿qué es lo que baila en la duda?
- El que sí que no tiene dudas es el franco-británico DE FRANCIA al pintar sin códigos ni sumarios, ya que es la propia trascendencia de la revelación la que lo incitó a manejar su personal lenguaje, la declaración de que en lo plástico no hay más fines que la voluntad rebelde y testificadora del artista.
- Cuando su obra se hace presente, culmina su transformación y lo comunicado y significado ya ha alcanzado la metástasis imprevista pero también deseada. Para la muerte, el sufrimiento y la desesperación tiene que haber colores, unas veces sucios y otras lavados.
- El súbito abrazo inmortal de tu aliento,
- hace latir el profundo espacio de mi amor.
- Mejor ir despacio al susurro de esta melodía
- sensual como la misma diosa del deseo.
(Felipe Alarcón Echenique).
- Cuando la nieve varía no nos regala un rostro,
- se cierra y el dedo nos doblega, enmudeciendo.
(José Lezama Lima).