- Las Escrituras nos ofrecen lecturas catatónicas, las imágenes, como las del polaco BEKSINSKI, en cambio, constituyen la ocasión pintiparada para el suicidio y así verlas desde el cielo antes de que se produzcan -una estrategia formal definitiva y rotunda-.
- Pintar tal como lo hacía él es esconderse en el infierno y espiar la monstruosidad de la que es capaz la humanidad sin anuncios divinos y y maldiciones similares. Eso sí, después hay que procurar una visión sombría que nos haga meternos en la taza del retrete y de la cual no salir nunca.
- Indudablemente su magia radica en operar esta ficción concentrándose en una magia creativa que está al borde de un virtuosismo plástico diabólico, que incite a la angustia al mismo tiempo que a la atracción de estar dentro como un observador que se extasía pero no participa.
(Fernando Pessoa)
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