Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
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21 de abril de 2012
19 de abril de 2012
CÁNDIDO MONGE / GENERAR UN SILENCIO DE HIERRO
- CÁNDIDO ha salido de su cueva, en la que mantiene unas relaciones con sus criaturas que no son manifestas, ni siquiera suficientemente perceptibles, sino casi siempre interiores, recónditas, encubiertas. Se desarrollan en la clandestinidad, mediante un juego de claves secretas. Aunque se confiese antes y después, la fragua sigue con la mente despierta.
- Esta nueva exposición, que es poco menos que una retrospectiva, en Paracuellos del Jarama, su lugar de residencia, es la ocasión, su ocasión, de brindar por una manera de encarar la forma de la materia, el hierro, su ocupación en el espacio, su fuente inagotable de experiencias e itinerancias. Las aportaciones lingüístico-formales son propias de todo artista que se precie como tal, y él es uno de ellos, porque sabe de silencios, escalas y medidas.
- Y la ocasión, repito, de dar contornos, nitidez, plasticidad y estructuras al hierro, del que es al mismo tiempo legítimo acreedor y deudor. Sus construcciones tienen un evidente carácter experimental mas sin desmentir la conciencia de estilo, basado en una rúbrica inequívoca de economía de formas, integración, factura y acabado; constructivismo, pues, desde una raíz figurativa, que no llega a apagarse del todo, desde una comprensión arquitéctónica que vehicula planos y elevaciones, y un simbolismo que nace más allá de la materia.
- Bajo calidades y cualidades intrínsecas late lo volátil, lo aéreo, la filigrana alada, las direcciones del horizonte en el viento, o el espesor, lo compacto, el volumen de lo recio de connotaciones norteñas, que está radicado en capas de significaciones geológicas. No hay ambiguedades ni indefiniciones, ni fragmentariedad, ni siquiera arbitrariedad y contradicción. Únicamente se constata la profundidad de lo pensado, de la idea de campo y realización, del juego conforme a la dimensión deseada del objeto y su proceso, porque el signo deviene en un encuentro.
- Ya he hablado de MONGE en este blog y he señalado que tiene la fe del hombre que mastica el hierro, de su fértil imaginario, del llamamiento que hace a la mirada para que se de bruces con la plataforma de señales que constituye cada pieza, el conjunto de ellas, el armazón de su destino, dándonos así la oportunidad de permitirnos concurrir a la percepción de raciocinios téctonicos forjados por la pasión visionaria de un quehacer que se anuda al tiempo, a la época, a la realidad férrea de lo moldeado según su misma mutación.
- Una obra que requiere mayor atención dada su modernidad y la constancia de unos valores estéticos que no necesitan escupir vómitos posmodernistas que rayan con la estupidez. Aunque también se me puede achacar el no respetar, como dice Miguel Fernández-Cid refiriéndose a la pintura, que hablar de escultura es traicionar un principio elemental, el silencio, que es lo que mejor acompaña.
17 de abril de 2012
EGILL JACOBSEN (1910-1998) / ¿QUÉ PUEDO HACER?
- Decía Schopenhauer que las cabezas de la gente son un escenario demasiado miserable como para que la verdadera felicidad pudiera tener allí su sitio. COBRA tomó nota de ello aun sin saberlo.
- Y JACOBSEN, uno de sus más conspicuos representantes, operó con esta emoción, trazando con ese caótico y cruel cromatismo su contribución en la amalgama de los encierros en una sola jaula.
- No renuncia a la falsa geometría de sus predecesores, un tanto porque la usa como cebo, y otro porque le sirve para destrozar arpegios y formas que salgan de un vómito desaprendido y vuelto a aprehender. Alguien dijo que todo artista es, en mayor o menor medida, autobiográfico. Este parece serlo de él y de los que lo miramos su obra sin pretender reconocernos.
- Y queda en ese último cuadro, colaboración con ASGER-JORN, la manifiesta contraposición entre dos posiciones que no se soportan, puesto que lo que hay de idílico en una, en la otra es el fruto de un cuerpo que tiene la ferocidad necesaria para devorar e infundir una plástica que se postula como liberación única del hombre castrado por el pecado original del vacío interior y el hastío.
- Navega el ídolo y no se cierra,
- flor especial en noche eterna crece,
- cerca al rocío, ángel de la tierra.
- (José Lezaman Lima).
16 de abril de 2012
KENNY SCHARF (1958) / CAMINO ENTRE LIMBOS
- Nos volvemos a encontrar las tesis -o antítesis si jugamos a las paradojas de lo que cada cosa es o significa- dadaístas o neodadaístas -repertorio de etiquetas que siempre llevamos puestas como prendas de vestir a la última- de que la vida es arte o de que para buscar la vida hay que tropezarse con el arte.
- ¿Qué es lo que hace el norteamericano SCHARF? Tratar de que el transeunte no transite sin las oportunas vivencias estéticas acompañantes, de que haya una percepción en su entorno urbano de unas sensaciones visuales determinadas, de que lo que cuente y se cuente sea algo más que la derrota gris y sucia de lo que le rodea y no le abandona.
- Esta integración de elementos del cómic, del tebeo, tratados pictóricamente -y con más señuelos que las banalidades más cargantes del pop- añaden una nueva dimensión a la rutina cotidiana del ir, venir, andar, deambular y pararse. Y no ver, ni siquiera mirar.
- Aunque son duendes que se regodean de su carencia humana (¡ni falta que les hace!), también son personajes capaces de lanzarnos mensajes que nos ayudan a tener más que una visión plástica, a no despreciar su configuración, tan bien trenzada y constituida, a dar fuerza y regocijo a la mirada, que queda fijada en el interior de sus fauces.
- La cita diaria de Felipe, Humberto y mía en El Malecón se ve hoy sorprendida -¡cómo no!- por la aparición de "Xuan de la Borrina" con su mujer barbuda y su perra. Inmediatamente la niebla ha desaparecido gracias a él y con el ron que le dimos le agradecimos el don.
14 de abril de 2012
ROBERT COLESCOTT (1925-2009) / VEREMOS QUIENES SE QUEDAN EN EL INFIERNO
- Dramaturgia, comedia y farsa de personajes en brillantes coloridos, pues el cromatismo holgado es la expresión de un sueño que pinta y que quiere abarcarlo todo. Pensando en el color aprendes a imaginarlo.
- El afroamericano estadounidense COLESCOTT estuvo en el cielo y no le gustó por ser demasiado blanco -muchas trampas que encubren una aparente neutralidad-. Bajó al paraíso y ahí ensayó con gradaciones dulces y gamas rubicundas y verdosas. Tampoco le convenció, por lo que, entonces, descendió al infierno. Ya pudo, por fin, utilizar la pigmentación negra, los complementarios, los fríos, los cálidos, y con ellos la figuración se extrema tanto como se aposenta. Ya es un sitio para estar en la eternidad y no aburrirse.
- Todo es impuro, el juego de la historia cambiado porque los ases de siempre no valen, los cráneos sí, el baile también, y las manos cortadas. Y se acabaron las liturgias, los falsos credos, que únicamente queden los castigos lúdicos y bien recibidos, el mestizaje por las buenas o por las malas y la música para despedir a los muertos.
- Se trata de arbitrar, y arbitrado está, un caleidoscopio blasfemos, insolente, pletórico de ironía y vida, que rastrea las huellas de unos destinos urdidos en la verdad pero magníficamente retratados en la impostura de la mentira más verídica. Confiar en que esta conga seriada sea además cronista no está de más ni de menos. Ni tampoco el que el mensaje se haya quitado la cofia y sirva el almuerzo en clave gráfica.
- El Malecón nos reprende de malos modos siempre que puede. Hartos ya de estas regañinas, Felipe, Humberto y yo, en la siguiente ocasión de tener que aguantar la bronca, le contestamos como la madre a su hijo "Xinxinos":
- ¡Vete ya y déjala en los cuernos de la luna!
11 de abril de 2012
AGUSTÍN BEJARANO (1964) / ESTOY ENCERRADO
- Cada día que pasa encerrado no deja de hacerse preguntas. El qué de la inteligencia, el cuándo de la angustia, el cómo de la incertidumbre, el quién del conocimiento. Hay hechos que un artista de gran sensibilidad como el cubano BEJARANO no es posible que cometa, es un desatino el solo pensarlo y concebirlo.
- Ya desde el budismo se decía que el arte es una vía propiciadora de la trascendencia y transformación espirituales. Por eso, no podemos mirar, sin tenerlo presente, sus obras, evocar sus barcas y pescadores, sus personajes, en esa niebla de soledad, que es también la suya y su verdadera conciencia del acto pictórico.
- Jinete y caballo se sostienen al hilo de un numen que transfiere al espectador toda la idea de ínsula en este momento crucial, y cuya inimitable autenticidad le penetra hasta el fondo. El simulacro ya no es considerado una mera invención sino una remisión al original, que si está falseado se autentifica y se le saca de la pila del bautismo.
- Cuando contemplamos estas escenas tenemos cerca lo que señalaba André Maulraux respecto a que "toda civilización está signada, visible o invisiblemente, por lo que piensa de la muerte. La verdad de la muerte, dominio inverificable, no puede ser más que el objeto de una revelación". Por eso, la plástica de este artista es premonitoria, la muerte está en la reflexión última que la contiene, esa que se refleja en lo extático en ese mar que hace de tumba y reposo.
- Llega un "Malino" (habla alemán o eslavo o sabe Dios qué) de las huestes del Malecón, de inspección. El primero al que le pregunta el nombre es a mí. Se lo digo. Tú, me contesta airado, "terro-rissta". Humberto, insensato él, da un paso al frente y alza un dedo admonitorio: no se dice "terro-rissta", sino "tu-ris-ta". Nos mira a los tres indignado y antes de irse exclama con desprecio: "todos vosotros turistas, todos". Ni siquiera con el ron se nos pasó el susto.
9 de abril de 2012
STEPHEN CONROY (1964) / NO ATISBO MI SOMBRA
- El escocés CONROY está en Madrid, en la galería Marlborogh, para rasgar los engaños de la rutina y conversar sobre la introspección perdida, la que deberíamos sostener con nuestros monólogos de esquinas en crisis, de aceras en ruina y mala vida.
- André Maulraux reseñaba que conocer a un hombre significa, hoy, conocer sobre todo a lo que hay en él de irracional, lo que él mismo no domina, lo que suprimiría de la imagen que se hace de sí mismo. Pero yo no lo haría pues ahí radica el fondo del arte, el que revela y hace visible, el que manifiesta y descubre, el que evidencia y declara, el que, en definitiva, confiesa y desvela.
- Esos hombres, solamente hombres, son nuestros alter en virtud de la ley de interdependencia: todo umbral -casi inexistente en su fría geometría- y todo objeto o sujeto se interpenetran, juntos y separados a la vez. Su armonía es soledad, completa soledad. Eso es lo que se esconde detrás de cada rostro, en cada una de sus manchas, que expresa la larga lengua de la duda metafísica.
- Hasta su ropaje semeja la realidad de una eterna mortaja, al vestirla cree poder liberar a la conciencia de sus atavismos y de sus contracciones traumáticas. Craso error, pues el artista lo deja colgando de un sino que no se despejará hasta la muerte. Y así esta obra se carga de tonos fríos, negros, sombríos, sin ayudas y sin encantos. El hombre, marcadamente hombre, ante sí mismo, ante su propia condición frágil, desamparada, retraída y meditabunda.
- La resistencia de ese cuerpo se escolta
- de un silencio opulento como un manto olvidado.
- Comprendiendo su fin se abandona al ocaso,
- y cuando cae lava en el agua confusa,
- la pesadez de sus fragmentos que se hunden gimiendo.
- (José Lezama Lima).
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