Un breve paseo por obras y artistas que infunden otra forma de mirar. Es una aproximación cuyo deseo es provocar otras emociones más íntimas y cercanas si cabe.
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1 de marzo de 2022
KAI MONET (1995) / SON COMO ESPEJISMOS
Para Gadamer cualquier obra plástica tiene que poder experimentarse ella misma inmediatamente, esto es, sin necesidad de más mediaciones. Y en cuanto que son siempre condiciones subjetivas las que permiten el acceso a una obra plástica, hay que poder -y saber- abstraer si se quiere experimentar ésta en sí misma.
El americano MONET, sólo con su fina y translúcida intuición cromática, las hace soñar y volar con un relato a cuestas narrando sus vivencias, sus concordancias y fluctuaciones, sus susurros y poemas, su lentos y pausados movimientos, su metafísica espacial ofreciendo un aura que todavía existe.
Es una ejecutoria que se sale de lo físico, que busca lo sensual, la aspiración ilusa que nunca se posa a nuestros pies y hace descansar la vida sobre un horizonte que se gesta sobre la base de un tiempo infinito.
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