- El argentino SEGUÍ acaba de irse y nos deja este tiempo de desbarajuste para que seamos comprensivos con esos seres que él dejado sueltos, moviéndose en todas las direcciones, en los múltiples espacios, en una cadena de acontecimientos que no existen.
- Son humanos y son al mismo tiempo ficción, ni ellos lo saben en su patética pequeñez y caótico destino. Los hay de todos los colores pero de los mismos tamaños; los hay conformistas, autómatas, confusos, hostiles, indecisos, remotos, acreedores, deudores, pero confiesan no sentirse vivos.
- El dibujo y las tintas se ajustan a la crueldad de una condición que solamente tiene un minuto de espera para tener conciencia de su desesperación, la que alimenta el autor con la lucidez del que ya lo experimentó y después concibió.
- Seguimos trabajando este nihilismo
- con aquel romántico existencialismo
- del que nos separaba la nómina,
- el poliamor y el bar a puerta cerrada.
(Andrés Sudón)
Antonio Seguí seguramente disfrutaría de ésta nota. Gracias Gregorio Vigil Escalera
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