30 de marzo de 2017

LOUIS LE BROCQUY (1916-2012) / NO CONFIESAN

  •  Estos rostros salen de las paredes, de los muros, de los techos, de cualquier espacio. Es además un tinte blanco premonitorio abrasado por unas tonalidades broncas, no es neutro sino la sustancia que engendra la rabia de la ausencia que aparece para maldecir al que le mira porque no hay otro.  
  •  El irlandés Le Brocquy tiene la sabiduría del artífice plástico para dar oportunidad a que los retratos sean más que simples retratos. Él espera, según va cuajando el proceso, en una furiosa tensión, que lo que había concebido, su secreto, se desvanezca. Prefiere, como Max Beckmann, ese final desconocido que lo revela todo.    
  • Pero es que además, muy bien señalado por Richard P. Lohse, el color ha recuperado el papel de la forma, la crea incluso. Y aquí queda una vez más puesto de manifiesto con una precisión y eficacia como en pocas ocasiones puede ser contemplado.  
Y cuanto más medita más se extraña
de que pueda existir con lo que piensa.
(Manolo Romero)

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