- Los colores retornan a las sombras, porque sombras son las que desprenden los seres que están en el interior de ellas. Vuelve el escenario oscuro con su tragedia de desamparos y soledades, cautivos y marginados.
- En esta obra del rumano MATHE la unidad y coherencia de la configuración nos ofrece la huella de la tradición con signos plásticos del presente, dado que la determinación alegórica es una maldición permanente.
- Estos reencuentros con una hechuras pictóricas que creíamos superadas, no constituyen carencias sincrónicas si su penetración nos conmociona y entraña una visión que todavía tiene su razón de ser si es una invocación de autenticidad.
No hay embrujo tan grande como el placer
de revolcarnos en el lodo:
tú la hechicera, yo el cerdo.
(José Emilio Pacheco)
- No son ilustraciones para cuentos infantiles ni jeroglíficos inocentes ni relatos pueriles, estas obras son fruto de una cosmovisión que tiene en esos espacios y en los que viven en ellos las sagradas formas y razones de una existencia asimétrica.
- Para la francesa LARUS su tipología figurativa va desarrollándose como la reconstrucción de un imaginario que estuviese largo tiempo buscándose y encontrándose a través de la aparición de unos personajes que viniesen desde un cosmos distinto incubado para el arte.
- La autora los acoge y les da vida y realidad, al fin y al cabo son tan efímeros e ilusorios como nosotros mismos, además de que nos aportan otros empeños, otras luces y percepciones que nos faltaban por adquirir.
¿Qué clase de arcilla pesa sobre mi lengua como una historia
muerta en el umbral de su propio veredicto?
(José Carlos Becerra)
- Siri Hustvedt asegura que nuestros pensamientos están continuamente habitados por objetos imaginarios, imposibles, inexistentes, pero en el arte esos objetos se trasladan del interior al exterior, las palabras y las imágenes cruzan la frontera.
- Y así hemos de entenderlo y percibirlo en el caso de la obra de la madrileña SOTO, pues ha cruzado esa frontera trasladando un imaginario plástico ante la presencia de nuestras miradas, que se quedan absortas en unas cosmovisiones en las que el color y sus múltiples manifestaciones, las formas fecundadas y el conjunto asimétrico, alcanzan el recitado perfecto.
- Su trabajo radica en el proceso de consumación de un código que tiene ocultas sus claves, las que visualiza y encarna en una alucinación que nos deja una sensación única de experimentar su advenimiento como poética de una imagen viva y conspiradora.
En el delirio del tic tac binario,
el universo se expande con la lentitud
de la hierba: todo pasa reducido a silencio.
(Gabriel Zaid)
- La obra de la india MUKHERJEE es la prueba más palpable de que la globalización ha quebrado la hegemonía indiscutible hasta ahora de Occidente y ha aportado nuevas voces y perspectivas en el arte actual.
- Estamos en este caso ante una muestra de lo que esa cultura de la religiosidad india puede erigir en este tiempo y para esta época, probablemente con una autenticidad genuina, renovadora, única y magnífica de lo que con un genio colosal se puede construir desde el mito y la creencia.
- Con unos materiales propios de su geología y geografía -cáñamo, yute, tejido- realizó unas deidades postulantes de un delirio y frenesí tal que, al mismo tiempo que se levantan como artificio cósmico, devienen potencias de poder y dominio.
Quiero libertad, y la más alta
libertad del silencio en el olvido
¡y es el aire del mundo el que me falta!
(Gabriel Zaid)
- No parece que el autor, el norteamericano KOSTABI, buscase una representación real, más bien su contrario, transformar esa realidad en un juego plástico estridentista con unos muñecos que simple y esquemáticamente referenciasen otros hitos históricos de la pintura o de diferentes universos culturales.
- Maniquís o casi, relamidos, con sus correspondientes contrastes cromáticos, se erigen en un registro plano edulcorado, a modo de estampa de sombras y luces, cuya desnudez es el signo deconstructivo de un pop furtivo.
- En el fondo es un manierismo contemporáneo que a través de un ejercicio estilístico que el propio artista considera muy integrado dentro del entorno, muestra esa superficialidad que contamina toda la escena visiva, tratando de convencernos que es el mayor paradigma.
(Se ve tan frágil;
pero tan vivaz como siempre.
Qué memoria. Qué gracejo.)
Que se vaya a chingar a su madre.
(Gerardo Deniz)
- La calle exige un tipo determinado de arte, configurado bajo otras condiciones, ya no ese concepto de bello excluido del juicio sobre el arte y que, según L.Venturi, sólo tiene en cuenta la personalidad del artista. Lo cual hace que sea justo pensar que también haya decaído el concepto de fealdad.
- Se trataría de un modelo artístico hecho para la vista del transeúnte, no del espectador, el que según va caminando va mirando paredes, fachadas, frontis, y así hasta encontrar unos murales que ir recorriendo al mismo tiempo que preguntándose.
- Los brasileños y hermanos OSGEMEOS, graffiteros, ofrecen con arreglo a este enfoque la visualización urbana de lo que podríamos considerar un entorno ciudadano, pero con personajes propios que son tan habitantes como los viandantes, tan fantásticos como reales, tan revoltosos como los individuos.
Que mi polvo tuviera
accesos de luz
como tiene mi carne
accesos de penumbra.
(Ulalume González de León)
- La francesa GEDDA, con independencia de que su emotividad sea un acompañante necesario a la obra, enfoca su práctica como una investigación en que el material -vidrio, resina- sea trascendental para la culminación del proceso.
- Es verdad que su inspiración en lo acuático, en lo estelar, en lo geológico, en lo telúrico, es fundamental también para instrumentar y conformar unas soluciones plásticas que se adentran en una topografía cromática dispuesta a manifestarse de dentro a afuera.
- Pero con tal metodología, la materialización se acrecienta y gana un enorme poder visual y hasta táctil. Así es entonces como una poetización singular proyecta su definición e identidad en una abstracción orgánica secreta.
¡La vida es!
No hay más.
(Tomás Martínez)
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