- El mexicano MACIEL, cuando veía resplandores, se enfrascaba en la práctica de su astrología plástica, y también como una materialización de vestigios de un territorio que se convertía en una realidad mágica, de ahí su encasillamiento en el llamado realismo mágico.
- Pero además había otras realidades en sus obras que pugnaban por evocar y liberar los espectros de un vivir guardados para ser erigidos en sortilegios creativos y en referencias de una raza y de una historia que no deja de parir talismanes en su defensa.
- Así es como, finalmente, en ese entramado cromático descansa la arbitrariedad de la intimidad del artista, el cual espera que se haga tanto una necesidad como un don que sea un elemento singular y esencial para la cultura mexicana, que es más que una voluntad persistente del tiempo.