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7 de julio de 2010

AKSELI GALLEN-KALLELA (1865-1931) / NOS CUENTAN HISTORIAS

  • Una parte de la obra de este pintor y muralista finlandés, GALLEN-KALLELA, no nos es nada extraña porque podemos considerarla en nuestra contemporaneidad, tal si fuese un cómic de ahora que narrase historias de sangre y fuego, de combate y muerte.

    • Otra parte es la plasmación de una búsqueda de realidad entre el erotismo y la dimensión inmarcesible que es el sueño de lo imposible, que es dejar que la muerte no tenga tiempo, se quede sin él, caduque, se haga ciega y sorda y no pueda realizarse.
      • No es una pintura que podamos olvidar, se mece en nuestra mirada con la verosimilitud de lo conciliado visualmente, de lo acordado entre presencias y ausencias, entre evocaciones y confluencias imaginadas.



        • Te admira el poder de una ilusión figurativa o la sensación de tomar lo táctil como un nuevo encuentro que has recuperado. No es vana la visión que te procura una fantasía que no elucubra, sino que toma base sobre un fondo de percepción tan íntimo, tan intemporalmente existencial. Quizás sea un adiós que se repite pero sin reniego.









6 de julio de 2010

ÁCIDO SULFÚRICO

  • ¿Por qué un tribunal de Hamburgo todavía le permite a Hans-Joachim Bohlman entrar en un museo, sala de exposiciones o galería si tiene autorización previa y va con vigilancia?
  • Se calcula que los daños ocasionados por este individuo al patrimonio artístico mundial se elevan a mil trescientos millones de euros. Se habló de que era un hombre depresivo, que había sufrido siempre de falta de cariño, lo que le había provocado un miedo irracional y un permanente sentimiento de culpa. En 1.974 una intervención quirúrgica estereotáctica le destruyó el tejido nervioso. Y en el año 1.977 tiró a su mujer por la ventana.
  • Su arma preferida era el ácido sulfúrico, con el que arrasó cerca de sesenta cuadros, entre ellos, obras de Cranach, Durero, Rubens y Rembrandt.
  • ¿Por qué hacer al arte culpable de su propio infortunio o delirio? No creo que ni él mismo lo sepa, lo que lo hace aún más terrible. Está claro que no ha sido tocado ni por el ángel de la guarda (¿o es un ángel caído?) ni por el sueño de Orfeo del cubano Humberto Viñas.


  • Hoy El Malecón tiene una fuerte pesadilla. Una manada de burros le cocean por todo el cuerpo. No hay forma de calmarles, ni siquiera con esas arengas tan pulidas de la que es capaz y que incitan a luchar quietos, no se vaya a mover la isla. Cuando despierta ya estamos lejos mi amigo Humberto y yo, no queríamos ser víctimas propiciatoras de su ira teocrática, sobre todo cuando estábamos todavía a mitad de una botella de ron.


5 de julio de 2010

LEON SPILLIAERT (1882-1946) / CON LA SOMBRA A CUESTAS

  • Novelaba Miguel Ángel Asturias que en un instante de ausencia puede comenzar la eternidad. Para el belga SPILLIAERT ese instante es eternidad y es eternidad pictórica de sombras que cabalgan a cuestas de hombres y confines. Y aparecen caníbales de oscuridades y visiones, de noches infinitas de soledades y misterios.
    • El conjunto de la obra se encierra en sí misma como si tuviera temor o repugnancia de lo que hay afuera, en el exterior, de que hay un peligro o una atracción letal, ante lo cual debe ennegrecerse y enmascararse. Una búsqueda de introspección en la forma, en la organización plástica desde la cual se evoca e invoca para que el eco retroceda y no amenace más que con la resonancia del fin que aguarda entre tinieblas.


      • Eran tiempos de plasmar umbrales de desesperación, de desesperanza, de no confiar en rumbos manipulados, de que había que adentrarse a través de huellas ignotas y ocultas en el sentido iconográfico, en su naturaleza reveladora, apareadora de fuerzas incontenibles que se expresan desde esa vertiente que conecta existencia y arte en su elocuente tragedia.

        • El Malecón bostezó. Dentro, en la mudez nocturna, susurraban roces de carnes, vientres insatisfechos, rostros irresolutos. Mi amigo Humberto y yo palpamos el pecho aún en rebelión de una mulata parda que se comía la prisa por vivir. Esta vez sí que al amanecer bebimos leche y ron.












2 de julio de 2010

JOSÉ MIJARES (1921-2004) / LABRANDO AIRES

  • Para Gauguin, el color que, como la música, es una vibración, ahora es capaz de alcanzar el aspecto más universal, y al mismo tiempo más enigmático, de la naturaleza: su fuerza interior. Para el cubano MIJARES es un paso más allá en esa transmutación, en ese conjunto de cambios de formas y funciones que inciden en el sistema plasmado para que la interdependencia de signos y atributos, líneas y caracteres, levanten un homenaje a un modo de crear plástico.
    • No hay límites ni detenciones, tampoco desaires, es una formulación que se analiza desde lo oculto y secreto hasta lo que culmina en su manifestación, desde lo recóndito de la raíz mitológica, racial y visionaria hasta su conversión en un altar de la emoción visual.


      • El artista se ha imbuido de esa calidad de la vibración y lo enigmático con el fin de significar el poder y la potencia de percepciones acordes con un origen y una historia, incluso con un continente encerrado en una isla.


      • Podemos, en esa selección subjetiva que desde siempre ha caracterizado la crítica retórica (Valeriano Bozal), conferirle la definición de un estilo personal acentuado por la aprehensión de rasgos condensados entre la geometría que fija el esquema y lo versátil y mudable. Un acopio de sabios significados otorgarán a nuestra mirada de mayor penetración, inmersa como quedará de tanto misterio como el que le ha sido concedido.

      • Una nueva hazaña nos aguarda, amigo Humberto. A partir de ahora deberemos borrar las huellas que dejamos con nuestros gestos. El Malecón ha dictado tal disposición con miras a que no le borremos sus rastros, que también serán los nuestros desde que sea efectiva, porque merced a ellos la historia le absolverá.


30 de junio de 2010

FELICIEN ROPS (1833-1898) / SACRILEGIOS

  • No sé si estamos caminando hacia atrás o nos hemos quedado muy adelante. Puede tratarse de una cuestión de derivas en nuestras percepciones temporales y espaciales. Lo cierto es que en arte las identificaciones, en todas las épocas, nos reflejan a nosotros, espectadores y actores, aunque parezca que nunca estemos viendo lo que nos infiltra la duda, el desvarío, el humor ciego, incluso el delirio.
    • El belga ROPS sabía lo que hacía cuando se le acusaba de impío, depravado, decadente y satánico, siendo todo eso y más como representante de un simbolismo que amanecía. Y lo sabía muy bien porque escupía su obra como la transgresión de un tiempo que no merece otra oda más que ésa.

      • Vulneración de supuestos códigos, signos y reglas, precursora -¿comprendida la posmodernidad?- de sintonías configuradas más tarde en contenidos que se hacen formas, en temáticas que se componen a base de suburbios vitales, de derrotas alabadas pues ya no hay victorias. Simplemente es así.


        • Que se conculcan preceptos, sea; que se infringen normas, pase; que se contravienen patrones, aceptable; que se violan creencias, tolerable; que se quebrantan sistemas, para eso están. Pero inadmisible que no haya escándalo, provocación, alboroto, desenfreno. Ya habrá después espacio y ocasión para la reflexión, la calma y el sosiego.



          • No dejemos, por tanto, de mirarla con ojos en los que ha de reverberar ese vendaval íntimo que desgarra y despedaza sin mesura y piedad. No hay sueño sin pesadilla en nuestras visiones plásticas.




28 de junio de 2010

RAOUL UBAC (1910-1985) / IMPETRAR EL MALEFICIO DE LA FORMA

  • Podríamos desvirtuar lo que siempre ha sido canonizado y no por ello el hallazgo tendría que carecer de la forma revelada. En la alucinación descuartizada, fragmentada, soldada de estas placas, percibimos la fisonomía angustiada de semblanzas que reconocemos vivas con el lenguaje de la mirada.

    • Si el belga UBAC las inserta como búsqueda inapelable, nuestra contemplación las penetra con un hálito visionario que nos proporciona aliento para perseguir azares sensoriales destinados a conformar una visión que resista y perviva.

      • Son obras que pujan por rematarse a sí mismas en aras de una salvación plástica que anula y suprime otras perturbaciones, pues no permite que las haya para no pervertir lo que sus imágenes enuncian.

        • Y en tanto, nuestro sentido emite señales sobre lo que aparece y ya no desaparece, sobre lo que es un idioma cifrado que en su manifestación se descifra y que acaba a nuestro lado como espectros de reverso modificado y rehecho, tal como lo seríamos todos.




24 de junio de 2010

GLENN BROWN (1966) / MASAS VISCERALES

  • Pegajosas masas viscerales envuelven y cubren bustos inseminados, queriendo así gritar y proclamar su presencia y personalidad tangibles. Dicen que el inglés BROWN se ha apropiado de ellas y de otras con nocturnidad y alevosía, aunque nunca con intención de cometer plagio, del que se le ha acusado con nulos resultados.
    • Ahora estos intestinos multicolores han dejado de ser insignias de camuflaje, son órganos en siluetas renacentistas, fuertemente empastados, que esgrimen señas de identidad de una biología plástica que se representa bajo la batuta turbia de un continente surcado de filamentos sanguíneos, de orografías venosas, de fibras tuberosas. Por eso la mirada, ante ellos cargada de injertos afortunados o desacertados, deambula, ya no se asienta ni toca ni invierte su destino, mientras unos gestos conforman rasgos y otros convierten espejos en los que adornarse y acicalarse en pesadillas.

      • Este artista es un artífice de un arte que no desea el olvido -¿quién lo desea?-, y de eso es lo que hay que culparle, pues esos trazos armados de aversiones son tan visibles como las náuseas tan apetecibles a que nos inducen.








UMBRALES INCIERTOS