2 de julio de 2010

JOSÉ MIJARES (1921-2004) / LABRANDO AIRES

  • Para Gauguin, el color que, como la música, es una vibración, ahora es capaz de alcanzar el aspecto más universal, y al mismo tiempo más enigmático, de la naturaleza: su fuerza interior. Para el cubano MIJARES es un paso más allá en esa transmutación, en ese conjunto de cambios de formas y funciones que inciden en el sistema plasmado para que la interdependencia de signos y atributos, líneas y caracteres, levanten un homenaje a un modo de crear plástico.
    • No hay límites ni detenciones, tampoco desaires, es una formulación que se analiza desde lo oculto y secreto hasta lo que culmina en su manifestación, desde lo recóndito de la raíz mitológica, racial y visionaria hasta su conversión en un altar de la emoción visual.


      • El artista se ha imbuido de esa calidad de la vibración y lo enigmático con el fin de significar el poder y la potencia de percepciones acordes con un origen y una historia, incluso con un continente encerrado en una isla.


      • Podemos, en esa selección subjetiva que desde siempre ha caracterizado la crítica retórica (Valeriano Bozal), conferirle la definición de un estilo personal acentuado por la aprehensión de rasgos condensados entre la geometría que fija el esquema y lo versátil y mudable. Un acopio de sabios significados otorgarán a nuestra mirada de mayor penetración, inmersa como quedará de tanto misterio como el que le ha sido concedido.

      • Una nueva hazaña nos aguarda, amigo Humberto. A partir de ahora deberemos borrar las huellas que dejamos con nuestros gestos. El Malecón ha dictado tal disposición con miras a que no le borremos sus rastros, que también serán los nuestros desde que sea efectiva, porque merced a ellos la historia le absolverá.


No hay comentarios:

Publicar un comentario