15 de agosto de 2010

BRAM BOGART (1921) / ESCRUTINIOS EPIDÉRMICOS

  • Sintonizar con las sensaciones grabadas en cada una de las pieles del mundo o prensar el extracto con el fin de que conforme una impresión luminosa sobre los que nos rodea. Quitar motivo a la noción, hacer desaparecer el pretexto, dar volumen al efecto y objetivo a la percepción.

    • Se trata de que la mirada lo haga todo y deposite en lo que ve el impacto de las señales emulsionadas. Para el holandés BOGART, su obra hay que contemplarla bajo la impronta de una visión húmeda, cargando la acción de observar sin otorgar crédito a lo que sólo es evidente por la creencia.
      • Él, consumado ceramista, formula su propuesta conforme al hecho de que superficie y color son fuentes y frutos, órganos, recipientes y jugos. También orígenes y manantiales, un hondo venero que no cesa de resurgir y latir ante nuestros ojos.



        • Entraña valores plásticos que no renuncian, que ni finalizan ni cejan, que difunden, emanan y emiten. Es una pintura que absorbe, compacta y delata una presencia que se viste con ropajes de estructura disciplinada y retadora. El que sea tan visible concede a su misterio una mínima e indescifrable clave.



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