- Un autor señaló que una obra de arte tiene una dimensión histórica, es una creación personal dotada de una significación temporal, manifiesta un estilo y constituye el resultado de un quehacer artístico.
- En el quehacer artístico del hispano cubano ALARCÓN esos rasgos mencionados actúan en su producción como núcleos de identidad plástica, cuyas propiedades perceptivas se organizan construyendo una forma diferente en cada caso.
- Y así, a partir de ese dibujo fraguado con la poderosa intuición de lo que la culminación le está demandando, estructura un continente geométrico dentro y fuera, sin dejar que la figuración se aleje de la idea inicial, aunque siempre un trazo da pie a otro o a otras relaciones espaciales e internas.
- Son esos micromundos, que él estima como los más aptos e idóneos para la creación de sus fantasías, los que le permiten alcanzar su mayor grado de expresividad y la liberación de un pensamiento en permanente ebullición. Con lo que hacen posible un ajuste visual a la hora de enfocar la mirada, a la hora de aprehender una palpitante cosmovisión contemporánea que bucea en la historia y en la realidad total.
Nos servimos de la mentira y la ficción para entendernos los unos con los otros, lo que con la verdad, propia e intransferible, no se podría conseguir nunca.
(Fernando Pessoa)
- En la obra del cubanoamericano CRUZ lo grotesco es estilo y radicación en un contexto socio-artístico que pone de manifiesto un entorno global en el que la humanidad es víctima y verdugo. Unos maquinan, crucifican y hasta devoran. Los otros, que son los más, aparecen como unos inmolados que hacen de alegación irreconciliable.
- El autor maneja referentes estéticos emocionales y conceptuales, agudiza los nexos temáticos y los cimientos plásticos en los que se soportan, creando un armazón dentro de la cual tiene lugar la catarsis expresiva.
- Por lo tanto, es una producción que apela tanto al entendimiento como a la reflexión y a la motivación. No es muda ni queda absorta, taladra bajo un rictus de rabia y quizás de un miedo teñido de impotencia.
La desnudez es un fenómeno del alma y no de quitarse el traje.
(Fernando Pessoa)
- ARCO se percibe de una forma, ART MADRID de otra distinta, pero así y todo gran parte de esta última podría estar en la primera, incluso podría sustituirla, sin que ocurriese otra cosa más que una ampliación positiva de la coreografía visual, tan necesaria en estos tiempos tan romos.
- Bien es cierto que en ART MADRID los históricos están muy presentes, que sus códigos todavía iluminan la escena contemporánea y nutren en cierta medida los avatares artísticos actuales. Pero es que toman como eje el que toda obra de arte, según Gerard Vilar, en tanto que medio de comunicación simbólica, ha de plantear una pretensión de reconocimiento a un público sin el cual estaría muerta o congelada.
- Y también es patente que el relativismo impera por doquier y, en el mejor de los casos, el dinero y el poder controlan y deciden en última instancia. No obstante, un acontecimiento de este tenor todavía deja espacios para que los espectadores puedan vivir un mundo del arte que hace posible una transfiguración en la órbita de la mirada y del pensamiento, un diálogo fundamental entre cada obra y sus receptores.
El capricho libre de un estilo por destino.
(Fernando Pessoa)
- He leído hace unos días esta pregunta relativa a si una obra de arte, con sus logros formales y expresivos, debería predominar sobre las funciones y los placeres de la vida cotidiana. El catalán y grafitero SANT no tiene ninguna duda en decantarse por el sí, pues en la calle y en los sueños nos impone pesadillas apocalípticas que nos hace presentir nuestro final.
- Hay en sus murales imaginarios románticos y misticismos terroríficos para hacer de custodios de nuestra mirada y nuestra memoria. Siembra distopías devastadoras y luego recoge una cosecha de ojos y visiones sumergidos en hecatombes.
- Y si dicen que la crítica de arte es el lugar por excelencia de los discursos estéticos, a esta producción no le hacen ninguna falta, pues ella misma es el mejor y más preclaro de todos ellos.
Siento añoranza sólo por los cuadros.
(Fernando Pessoa)
- Estas esculturas, con mucha sorna ellas, están ubicadas en una calle o paseo de Barcelona y son seres a los que les repugnamos, pues con su cuerpo humanizado y expresivo, ofrecen una imagen de nosotros mismos que reconocemos y además nos cabrea.
- Porque además de ser obras que reúnen notablemente las propiedades estéticas exigidas, también implican alegoría, símbolo, significado, transustanciación, ironía, ajuste de cuentas, escepticismo y todo un compendio de que el arte, cuando es coña, es más sincero.
Y en verdad todo proviene de la sinrazón.
La ironía es el primer indicio de que la inconsciencia se ha vuelto consciente.
(Fernando Pessoa)
- Parecen estelas en cielos claros o sombríos. Portan luz, velocidad y fuego. Cometas que en calidad de presagios en su tiempo, ahora son veneros plásticos que nos incitan a un pensamiento óptico.
- Si bien es cierto que al americano GRAY podemos encajarlo hasta en el expresionismo abstracto, también es cierto que su obra comporta un tratamiento afiliado a lo cósmico y a lo etéreo.
- Su concepción se significa por un contorno espacial que además de su plasticidad, revela un arcano rayando en lo sublime, cuya percepción nos deja con la pregunta en los labios y la mirada está absorta.
Todo cuanto hacemos en el arte o en la vida es la copia imperfecta de lo que pensamos hacer.
(Fernando Pessoa)
- El acero inoxidable es alado y su articulación escultórica nos sitúa ante lo heterogéneo, diferente y no idéntico (Adorno). Y además se trata de obras fruto de una acción manual -lo que en arte contemporáneo se desprecia- concienzuda e irredenta.
- El catalán FERRAN SORIANO marca primero las propiedades plásticas y los límites en que configura sus creaciones, de tal modo que en todos sus polos la imagen esculpida sea una forma sensible y soporte material de sus significados.
- Y así llega a esos símbolos de una concepción vitalista, que pone de manifiesto la aseveración de Baudelaire respecto a que vivimos en un bosque de símbolos. Cierto es que toda obra plantea una pretensión de reconocimiento en tanto que forma de comunicación simbólica.
El santo llora y es humano. Dios permanece callado. Ésa es la razón por la que podemos amar al santo pero no podemos amar a Dios.
(Fernando Pessoa)