19 de febrero de 2018

ENRIC SANT / NO HAY CAMINO DE RETORNO


  •  He leído hace unos días esta pregunta relativa a si una obra de arte, con sus logros formales y expresivos, debería predominar sobre las funciones y los placeres de la vida cotidiana.  El catalán y grafitero SANT no tiene ninguna duda en decantarse por el sí, pues en la calle y en los sueños nos impone pesadillas apocalípticas que nos hace presentir nuestro final.



  •  Hay en sus murales imaginarios románticos y misticismos terroríficos para hacer de custodios de nuestra mirada y nuestra memoria. Siembra distopías devastadoras y luego recoge una cosecha de ojos y visiones sumergidos en hecatombes.    


  • Y si dicen que la crítica de arte es el lugar por excelencia de los discursos estéticos, a esta producción no le hacen ninguna falta, pues ella misma es el mejor y más preclaro de todos ellos.  

Siento añoranza sólo por los cuadros.
(Fernando Pessoa)

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