- La pintura del malacitano FERNÁNDEZ BÉJAR obtiene de los magisterios renacentistas y barrocos las maneras de concebir adecuándolas a una idea actual y propia, cuya revisión cromática y esquema figurativo estático y a modo de posado alcanza unas cotas de extraordinario impacto.
- Esa pausa configurativa, muy meditada, arranca destellos de una superficie que hace más aguda la visión, más sugerente la definición plástica, más imaginativa y enigmática su concreción.
- En definitiva, un imaginario que se depura en un estilo armonioso y expresa un universo que se mide con otras medidas ópticas, con otros términos sensitivos y libres de entrar y pasear entre sus intemporales seres.
Mi amor por los inviernos mesetarios
es una consecuencia
de que hubiera en España casi un millón de muertos.
(Jaime Gil de Biedma)