- Es legítimo que el aragonés BAYO acomode su mundo plástico a los acordes de un poderoso dibujo y de una estructura cromática que retoma el aura de otros tiempos, pues esa es cosmovisión a la que se ajustan las cualidades de su hacer pictórico.
- Quizás vea en ellos un arte que ha avanzado sin despojarse de unas soluciones que todavía, gracias a esfuerzos individuales y excepcionales, siguen vigentes y encuentran nuevas singladuras.
- Suscitan sus obras una veneración manifiesta por un sueño que mantiene latente y no ha dejado de pertenecer a un patrimonio visual al que ha apelado para su aportación individual, para ampliar una iconografía que está presente en todo tiempo.
Acaso fui yo quien te enseñó.
Quien te enseñó a vengarte de mis sueños,
por cobardía, corrompiéndolos.
(Jaime Gil de Biedma)
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