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Resultados de la búsqueda

2 de julio de 2010

JOSÉ MIJARES (1921-2004) / LABRANDO AIRES

  • Para Gauguin, el color que, como la música, es una vibración, ahora es capaz de alcanzar el aspecto más universal, y al mismo tiempo más enigmático, de la naturaleza: su fuerza interior. Para el cubano MIJARES es un paso más allá en esa transmutación, en ese conjunto de cambios de formas y funciones que inciden en el sistema plasmado para que la interdependencia de signos y atributos, líneas y caracteres, levanten un homenaje a un modo de crear plástico.
    • No hay límites ni detenciones, tampoco desaires, es una formulación que se analiza desde lo oculto y secreto hasta lo que culmina en su manifestación, desde lo recóndito de la raíz mitológica, racial y visionaria hasta su conversión en un altar de la emoción visual.


      • El artista se ha imbuido de esa calidad de la vibración y lo enigmático con el fin de significar el poder y la potencia de percepciones acordes con un origen y una historia, incluso con un continente encerrado en una isla.


      • Podemos, en esa selección subjetiva que desde siempre ha caracterizado la crítica retórica (Valeriano Bozal), conferirle la definición de un estilo personal acentuado por la aprehensión de rasgos condensados entre la geometría que fija el esquema y lo versátil y mudable. Un acopio de sabios significados otorgarán a nuestra mirada de mayor penetración, inmersa como quedará de tanto misterio como el que le ha sido concedido.

      • Una nueva hazaña nos aguarda, amigo Humberto. A partir de ahora deberemos borrar las huellas que dejamos con nuestros gestos. El Malecón ha dictado tal disposición con miras a que no le borremos sus rastros, que también serán los nuestros desde que sea efectiva, porque merced a ellos la historia le absolverá.


30 de junio de 2010

FELICIEN ROPS (1833-1898) / SACRILEGIOS

  • No sé si estamos caminando hacia atrás o nos hemos quedado muy adelante. Puede tratarse de una cuestión de derivas en nuestras percepciones temporales y espaciales. Lo cierto es que en arte las identificaciones, en todas las épocas, nos reflejan a nosotros, espectadores y actores, aunque parezca que nunca estemos viendo lo que nos infiltra la duda, el desvarío, el humor ciego, incluso el delirio.
    • El belga ROPS sabía lo que hacía cuando se le acusaba de impío, depravado, decadente y satánico, siendo todo eso y más como representante de un simbolismo que amanecía. Y lo sabía muy bien porque escupía su obra como la transgresión de un tiempo que no merece otra oda más que ésa.

      • Vulneración de supuestos códigos, signos y reglas, precursora -¿comprendida la posmodernidad?- de sintonías configuradas más tarde en contenidos que se hacen formas, en temáticas que se componen a base de suburbios vitales, de derrotas alabadas pues ya no hay victorias. Simplemente es así.


        • Que se conculcan preceptos, sea; que se infringen normas, pase; que se contravienen patrones, aceptable; que se violan creencias, tolerable; que se quebrantan sistemas, para eso están. Pero inadmisible que no haya escándalo, provocación, alboroto, desenfreno. Ya habrá después espacio y ocasión para la reflexión, la calma y el sosiego.



          • No dejemos, por tanto, de mirarla con ojos en los que ha de reverberar ese vendaval íntimo que desgarra y despedaza sin mesura y piedad. No hay sueño sin pesadilla en nuestras visiones plásticas.




28 de junio de 2010

RAOUL UBAC (1910-1985) / IMPETRAR EL MALEFICIO DE LA FORMA

  • Podríamos desvirtuar lo que siempre ha sido canonizado y no por ello el hallazgo tendría que carecer de la forma revelada. En la alucinación descuartizada, fragmentada, soldada de estas placas, percibimos la fisonomía angustiada de semblanzas que reconocemos vivas con el lenguaje de la mirada.

    • Si el belga UBAC las inserta como búsqueda inapelable, nuestra contemplación las penetra con un hálito visionario que nos proporciona aliento para perseguir azares sensoriales destinados a conformar una visión que resista y perviva.

      • Son obras que pujan por rematarse a sí mismas en aras de una salvación plástica que anula y suprime otras perturbaciones, pues no permite que las haya para no pervertir lo que sus imágenes enuncian.

        • Y en tanto, nuestro sentido emite señales sobre lo que aparece y ya no desaparece, sobre lo que es un idioma cifrado que en su manifestación se descifra y que acaba a nuestro lado como espectros de reverso modificado y rehecho, tal como lo seríamos todos.




24 de junio de 2010

GLENN BROWN (1966) / MASAS VISCERALES

  • Pegajosas masas viscerales envuelven y cubren bustos inseminados, queriendo así gritar y proclamar su presencia y personalidad tangibles. Dicen que el inglés BROWN se ha apropiado de ellas y de otras con nocturnidad y alevosía, aunque nunca con intención de cometer plagio, del que se le ha acusado con nulos resultados.
    • Ahora estos intestinos multicolores han dejado de ser insignias de camuflaje, son órganos en siluetas renacentistas, fuertemente empastados, que esgrimen señas de identidad de una biología plástica que se representa bajo la batuta turbia de un continente surcado de filamentos sanguíneos, de orografías venosas, de fibras tuberosas. Por eso la mirada, ante ellos cargada de injertos afortunados o desacertados, deambula, ya no se asienta ni toca ni invierte su destino, mientras unos gestos conforman rasgos y otros convierten espejos en los que adornarse y acicalarse en pesadillas.

      • Este artista es un artífice de un arte que no desea el olvido -¿quién lo desea?-, y de eso es lo que hay que culparle, pues esos trazos armados de aversiones son tan visibles como las náuseas tan apetecibles a que nos inducen.








22 de junio de 2010

GÉRARD GAROUSTE (1946) / LAS DIMENSIONES DEL YO

  • El francés GAROUSTE se ha quitado la máscara en su manifiesto plástico del yo. No es exploración ni búsqueda, ni tampoco se trata de simples correlatos externos, sino de una íntima confesión de lo que cree que son las dimensiones del yo en espacios colgados de doseles incautos.
    • La liberación tiene lugar en procesos que se gestan a medida que se configuran, hasta culminar en autorretratos crueles y alegóricos que se conjuran para evidenciar lo ridículo de unos destinos encarnados para celebrar la derrota.

      • Obra que se significa como un puente entre maneras de mirar, entre modos de ejercer la función que la visión nos ha interiorizado. Incluso ponemos en cuestión la observación que construye y organiza la vivencia ante ese mensaje que se comunica bajo las formas figurativas de señales tan próximas, quizás excesivamente cercanas. Son efluvios icónicos que dejan la quietud para otro día y que nos persiguen sin licencia para matar.



        El Malecón aguarda nuestra llegada. Está ávido de chupar nuestra anémica sangre a cambio de un trago de ron inidentificable. Pero para nosotros, mi amigo Humberto y yo, es otro día en que sopla la vida y emerge la tierra, castigada de tanto parir sin recibir y beber una gota de bien.








21 de junio de 2010

UBALDO BARTOLINI (1944) / RETOMAR SENDEROS

Patinir nos enseñó que la aprehensión del paisaje es una entidad de nuestra conciencia plástica. Y Amiel añadió además que era un estado de ánimo.

El italiano BARTOLINI retoma ese sendero con la consiguiente duda de la desmaterialización de su condición física para poder plasmarlo en un continuo infinito.




Por tanto ésa es su capacidad, la de penetrar y habitar la topografía como una experiencia sensorial. Es lo que le define como un anacronista, el que investido de su sentido panteísta interpreta una idealización telúrica cuando es un todo con la memoria armónica, o resultado de una fuerza dionisíaca cuando los recursos emocionales se sobreponen a los formales.



  • Nuestra mirada no se centra tanto en la configuración tectónica como en la introspección de un universo al que siempre le viene bien más visualizaciones, sin que con ello recabe trascendencias indebidas o sean susceptibles de fajarse con entes numinosos que caminan por un borde a tientas y con la voluntad de significarse a ciegas.

    Este autor nos proporciona una visión que fluye y nos adentra, y después nos deja solos en rumbos ya trazados con el firme propósito de que los sigamos.



19 de junio de 2010

MARKUS LÜPERTZ (1941) / BAILEMOS SIN PARAÍSO

El expresionismo no cerró cuerpos, el neoexpresionismo sigue sin hacerlo. Incluso degollados continuamos siendo en la conciencia estética la parte que ya no somos. En lo humano la metástasis es la naturaleza agraviada de su imagen, porque cuando el acto plástico toma posesión de ese segmento, establece las dimensiones de lo efímero y define las formas de su conservación entre pigmentos y colorantes.

  • Pero lo iniciado es lo grotesco y deforme, tanto lo que se limita al reflejo de escenas en que los estigmas afloran, como lo que destella unas huellas del vivir fichadas por indecorosas.

  • Para el alemán LÜPERTZ la mirada ha de ser un cuchillo que delate y señale signos contrahechos de paraísos sedientos y ávidos de ser el hilo que conduzca a destinos visuales que nunca cesen de autoinfligirse una práctica de reverencia por la figura inviolada e inviolable. Lo que ni siquiera es conforme al rito, no puede terminarse ni agotarse. Cultos y ceremonias en la pintura de este artista no se encuentran, se hallan más bien idilios imposibles, rezos de emociones corporales que se impregnan del estar evitando ver. Y eso es todo.

  • Cuando llego al Malecón, diviso a mi amigo Humberto, rodeado de habitantes, dibujando, sentado en cuclillas, algo en el suelo. Murmullos y silencios se alternaban. En el momento en que los rayos del sol iluminaron el dibujo, una mujer profirió unos gritos incomprensibles, y, luego, un cuchillo se clavó en un sexo. Cerré los ojos, saqué de allí al infausto dibujante y naufragamos en ron.










UMBRALES INCIERTOS