12 de abril de 2018

BÁRBARA G. F. MURIEL (1981) / NUNCA ESTUVIERON VACÍOS


  •  Harold Rosenberg llegó a caracterizar a los artistas como anti-intelectuales, ingenuos, emocionalmente torturados, pero honestos y nobles salvajes. La madrileña MURIEL, a la vista de su obra, no presenta tal idiosincrasia.     


  •  Pero es indagatoria y cerebral, tanto como la imaginería tan elocuente que pone de manifiesto su preocupación plástica, su quehacer cirujano, la formulación y representación de una idea que busca su origen en su matriz física.     


  •  Quizás tales piezas nos asombren porque tal arquitectura física, tal como ella la estructura, ofrece la incertidumbre entre lo que es un ente ya apagado y lo que fue cuando estaba vivo y era un motor que generaba y creaba. ¿Tendrá la respuesta el colibrí? 

Todos los ideales y todas las ambiciones son un desvarío de verduleras hombres.
(Fernando Pessoa) 

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