3 de abril de 2017

VASILIS AVRAMIDIS (1981) / NO HAY FARO QUE ALUMBRE

  •  ¿Son cuentos góticos, mitos, leyendas, un contraste plástico entre hoy y ayer, un lenguaje simbólico que enfrenta la naturaleza con la urbe? La significación de estas obras constituye una secuencia que es un virtuosismo en busca del terror, el blanco sin luz, la construcción amenazada por usurpación de espacios. 
  •  No cabe duda de que el griego Avramidis pone su maestría al servicio de un imaginario tan dramático como sensacional, con una pátinas cromáticas de una realidad extrema y aterradora, con una fuerza nacida de un talento escenográfico explosivo.
  • La mirada se agarra a la emoción porque esos planos están encima, nos vemos dentro de ellos y sentimos el pavor de una conciencia que se encuentra con el abismo en una ruta planificada para ir en otra dirección. Lo físico de esta magia no sabemos medirlo pero sí experimentarlo como una vivencia insustituible.  
A veces todo es oscuro,
parece que la borrasca
desarbolará la fe,
se llevará la esperanza.
(Manolo Romero)

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