- Ya queda muy poco tiempo para que la obra del hispano-cubano ALARCÓN se exponga de nuevo en Berlín (9 de enero), en la galería Richter, ciudad en la que se aprecian y emocionan estos microcosmos de existencias captadas en pasadizos secretos, en silencios remotos, en ambiciones, en odios y temores, en encuentros y azares, en sufrimientos y despedidas, en mestizajes y concepciones, en mitos y leyendas, sin olvidar las consiguientes transformaciones y carnavales.
- De Felipe he hablado y comentado largamente y como él dice, su trabajo es el alma de un pueblo que nunca ha dejado, que siempre está en su sueño hasta que el destino le lleve con mucha misericordia al sepulcro. Pero su legado quedará y esclarecerá perspectivas, nociones, visiones y ese magma caribeño que subsiste gracias a él y a otros.
- Puede estar pintando todo un día sobre confesiones, creencias, secretos y sonidos dentro de un territorio poético que todos conocemos y en el que encontramos la expresión concebida, y, sin embargo, la imagen final nos lleva a parajes desconocidos, a cuya sombra viviremos y caminaremos por todos los que antes se fueron. Pasado, presente y futuro, en una plenitud aparentemente caótica y arracimada, pasan por unas miradas que van de extravío en extravío hasta que alcanzan las profundidades de una sensación única y un pensamiento inesperado.
Tener ideología es tener ojos
y ver el cielo, compartir las nubes.
Entregarse al milagro, ser él mismo.
El avaro, el cruel, el justo, el débil
van hoy contigo.
(José Luis Rey)
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