Cabe o no que la obra de arte sea sustituida por un elemento desencadenante de un proceso artístico dinámico, suprimiendo con ello el carácter estático que era su eje de gravedad.
Pero esa no es la preocupación plástica del bahameño RAHMING, sino abordar su obra con un trasiego híbrido que despierte la agitación de unos espacios con sus pesadillas.
Lo que aparenta ser un caos ininterrumpido es un entrecruzamientos de líneas y colores hasta crear unos entes que van más allá de lo que son.
Lo que se dice un muerto en el fondo de la tumba: ¿Para qué habré discutido tanto?
(Gómez de la Serna)
Es imposible que la sensación cromática, sea intensa o sedosa, no acapare el espacio para significar su propósito de habitabilidad y de sentir su propia vivencia.
La americana BARIEAU, del movimiento de La Bahía, concibió ese fin como una sintaxis de su talante creativo, entre la fuerza y la poesía.
Los colores, si son jóvenes, expresan toda su potencia y arrebato, pero cuando van madurando se tornan más sutiles, más livianos y tenues, confesando sus silencios.
En vez de decir murió, tenemos que decir pasó de largo.
(Gómez de la Serna)
Las concentraciones cromáticas depuradas y enriquecidas significan que su caudal es ilimitado, que su orografía puede cubrir todas las capas terrestres.
Lo que hace el americano Zinsser con las superficies es, después de investigar y confrontar su potencialidades, magnificarlas con unas pulsiones cromáticas que recrea todas las posibilidades de la abstracción.
La densidad conseguida es una savia que recorre por las venas de una epidermis necesitada de vida, de frescura y sensibilidad, con el fin de que el espacio seas un devenir abierto.
Qué confianza se puede tener en los vivos que no hacen nada por los vivos, para pensar que harán algo por los muertos?
(Gómez de la Serna)
El francés GILLET engrasa muy bien su pintura para plasmar una confabulación con sus retratados desdichados, que se despojan de facciones para que el pigmento les identifique como son.
- Son rostros correspondientes a unas vidas íntimas que desde que nacen ya han sido derrotadas y sólo esperan al artista para dejarse morir posando.
Con estos empastes tan cargados y densos de colores terrosos estos seres, con sus semblantes desgarrados, confían en alcanzar una libertad que no han tenido a lo largo de su existencia.
Si no se puede conseguir la gran verdad, da lo mismo morir a una hora que otra.
(Gómez de la Serna)
La abstracción son estaciones de ida y vuelta en la vida íntima del sentir y el pensar. En ella se desprende un desentrañar de la materia y un penetrar hasta sí mismo.
En el caso del japo-americano KAMITSU los múltiples registros y repertorios plásticos utilizados atraen por esa extensión febril y cromática que cubre la piel de todo un universo.
Son obras en las que las radiaciones lumínicas se recrean en su propia dimensión otorgada por una ejecución sensible y poética, que desgranan una revelación de tonalidades entre el deseo y la serenidad.
Todos nos vamos volviendo clavera minuto a minuto.
(Gómez de la Serna)
Una vez que la visión aparece, se torna existente y funciona, al suizo BODME le suscita no un pensamiento solamente, sino varios cruzando su mente.
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Toda su obra es un diagrama que vive estructurando el espacio, reinventándolo a través de líneas, geometrías y colores, hasta dar con una configuración que nos envuelve dentro de ella.
Planimetrías, topografías, cartografías volátiles que ensayan la idea o la transmutan, que señalan y orientan, que significan lo que está afuera gravitando sobre lo de dentro.
El genio de la muerte es el supremo genio, que lo atisba todo. Tener la genialidad de la muerte sería sobrepasar todas las medidas.
(Gómez de la Serna)
Señalaba Edward Hopper que el arte era lo creado por unas personalidades definidas que son y serán siempre modernas en virtud de la fundamental verdad que llevan consigo.
Lo cual es lo que sucede con la obra de la americana WEIL, al implementar una topografía del color que al llevar los contrastes a su plenitud, éstos cobran una nueva dimensión.
Las formas le sirven de pretexto para delimitar, pero también para imprimirles dinamicidad, desenvoltura, la magia de un caleidoscopio siempre en movimiento.
Aprovechemos que aún estamos desenterrados y pensemos los inaudito.
(Gómez de la Serna)
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