ERNESTO FONTECILLA (1938) / ME OBSERVAN

 

• Decía Arthur Dato que el significado encarnado en la obra de arte está tan íntimamente relacionado con el objeto material como el alma lo está con el cuerpo. El chileno FONTECILLA lo lleva a cabo con una naturalidad inconsciente. 

• Desde esa capacidad gráfica y dibujística emergen sombras, intuiciones, presagios, sorpresas, brumas, misterios e introspecciones que únicamente con esa sabiduría plástica pueden alcanzar esas cotas de transferencia.    

• Las veladuras son como los espacios abiertos a unos seres que han quedado en suspenso, en silencio e inmovilizados en una atmósfera indefinida de la que se asoman para mirar sin ser reconocidos, volatilizándose si se les quiere retener.     

Perecer con el permiso de una bondad que no se extingue.

(Javier Sologuren)

ROBERTO SORAVILLA (1945-2012) / ESTÁN DETRÁS DE LA CORTINA

 

• ¿Será verídico que las obras de arte siempre buscan nuevos receptores adentrándose en la historia? Es muy posible, pero en el caso del madrileño SORAVILLA la penetración buscó algo más, algo que se revelase a través de una visión onírica vigilante. 

• Podríamos hasta señalar que la propia magia y destreza del dibujo y la línea emergen como si se tratara de un mundo remoto y entrevisto, que escenificasen los acontecimientos que conformaban su existencia  bajo unas leyes férreas desprovistas de sentido.   

• Los seres que originariamente transitan por él tienen afinidades con los humanos, pero su ecosistema tiene una naturaleza que tanto en la vida como en la muerte se decanta por otros dramas y tragedias, por distintas metafísicas y creencias, por la fe en una crueldad infinita.  

Y este que soy yo: blanco y anciano en mi libro.

(Juan Sánchez Peláez)

DAVID KIM WHITTAKER (1964) / LA OBRA SELLA MI DUALIDAD

• Sobre una abstracción que hace de la cabeza su silueta, la mente se puebla de referencias visivas de tiempos y lugares que el británico  KIM WHITTAKER deja de ver como un juego existencial de evocaciones que han quedado en la memoria.  

• Lo exterior no tiene apenas forma pero sí un color empastado que goza de su delirio plástico, mientra el interior es una simbología del pasado que ha sobrevivido y se ha enquistado como un reclamo en un subconsciente que lo ha apadrinado como sueño.

• Por tanto, estamos ante una pintura polisémica, cuyas virtudes expresivas indagan sobre el sentido y fin de una obra, acerca de sus hallazgos y la manera de sacarlos a la luz como medio de manifestación emocional de su autor.   

 Abre esa mano tuya sobre el mundo asustado,

sobre la cripta de terror inmóvil;

ahuyenta los nocturnos fantasmas interiores.

Estamos solos todos, sentados a la cena.

(Pablo García Baena)

ÁNGEL MATUREN (1949) / CERCANO A LO QUE IMPORTA

• El aragonés MATUREN es un artista cosido a la materia, a lo que le suscita tal naturaleza, a lo que le implica y compromete. Indaga y excava constantemente y no pierde de vista las capas, las texturas, las impresiones cromáticas.   

• Incluso en sus obras se desvelan rastros y restos de una conformación telúrica, que en el momento de su percepción origina símbolos y huellas de lo que estando tan remoto él logra hacerlo presente plásticamente. 

• También es un urdidor de fantasías, de encuentros con nuestros presagios y sospechas sobre un mundo que tarda en revelarse para cubrir de misterio el tiempo y lugar de vida, así como de búsquedas imposibles.   

 Irreal es tu paso por la arena

y el futuro es ahora.

(Pablo García Baena)

ANTONIO EGUILUZ CARBA (1946) / SE ME VAN DE LAS MANOS

• Decía Moreno Galván que el secreto de toda plástica es el de reducir a la obediencia estética las situaciones cambiantes, hacer la estatua de la vida, conferirle eternidad a lo mutable, y, en su caso, domar la transitoriedad de una sonrisa con el gesto sin gracia del tiempo.

• Para el salmantino EGUILUZ es abordar la creación desde atalayas imaginarias, adentrarse en ellas, observar que se forman en otras dimensiones, volúmenes, cuerpos y anatomías.   

• Al transplantarlos y materializarlos a nuestro medio ha podido constatar que es el espacio donde se desenvuelven el que les ha incitado a ser seres metamorfoseados, mecánicos, ingenios cuya realidad y vida es aparecerse a aquellos receptores incrédulos que se arredran ante su visión.  

 Al lenguaje pregunto si soy mudo

porque mi habla no contesta el pensamiento

(Carlos Edmundo de Ory)

LA BA QUAN (1976) / HASTA MI PINTURA LLEGAN ESTOS INDICIOS

• Kierkegaard, en una de sus exaltaciones, proclamó que si un hombre fuese lo bastante sensato para poder ocultar  su locura, podría enloquecer al mundo entero. Tal parece que los seres de la obra pictórica del vietnamita BA QUAN ya lo han conseguido.  

• Pero él no les ha permitido que lo disimulen, pues a través de su fuerte y empastado maquillaje les obliga a descubrirse aplicando una técnica de referencias expresionistas y europeas adaptadas a su propio contexto.  

• Con lo cual, a través de un dibujo sólido, llega a la culminación de un desescombro implacable de unos engendros asombrados de su propio ser y existir, de su estar en un espacio que nunca habían conocido y que les había concebido sin su permiso.    

De poco vale hacer memoria,

buscar favor entre los mitos.

(Ida Vitale)

SANTOS DÍAZ MARTÍN (1937) / DETRÁS DE LA CORTINA

• Una y otra vez el artista, dotado de grandes recursos, ensaya la utilización del color para obtener la posición de las figuras, de tal manera que la simbolización buscada se hace verídica por este medio. 

• Y mediante este mecanismo el madrileño DÍAZ MARTÍN ofrece la visión singular y propia de un mundo que nos transfiere ficciones alegóricas, sensaciones impremeditadas, sueños que solamente existen cuando los contemplamos.   

• Y son las resoluciones cromáticas por sí mismas, sobre la base de un dibujo depurado, las que producen esa percepción de una realidad que al sentirla en la mirada evoca sentimientos desconocidos.  

Anegados estamos en la nada,

huérfanos de calor al pie del fuego,

inventando cabriolas, desgarrándonos

por el dudoso gusto de matar

el tiempo que se burla de nosotros.

(Jaime García Tarrés)