- En su técnica basada en el temple la rusa KOROTKOVA nos sitúa visualmente ante un despliegue de escenas imaginadas de un fragmento de nuestra vida contemporánea que paulatinamente se va ampliando hasta plantear una humanidad poseída en lugar de poseedora.
- Su arte está dominado por una enjundia plástica que nos introduce en unas perspectivas de inmensidad real rozando lo sublime, enfatizando con un vocabulario virtuosista los pensamientos de una percepción cuyos horizontes se amplían dentro del tiempo.
- Su obra es fría y muy bien planificada, fruto de una mente investigadora que vuelca ese poder de crear la imagen en una historia que para el observador se hace especialmente fascinante y cautivadora.
Porque un mero guijarro
es tan inverosímil como un ángel,
tan imposible como una deidad.
(Carlos Bousoño)
- Aunque no lo parece seguimos sin vivir enteramente para nosotros, aunque nos queda el diálogo con una cultura que entre todos y con nuestras diferencias continuamos construyendo desde la base de nuestros mitos ancestrales.
- Y también hemos adquirido la magia de entender y rehacer los mecanismos de una representación de nuestro mundo, si bien muchas veces vamos a ciegas, sufrimos con las dificultades y la falta de recursos y reconocimientos.
- Pero el camerunés MPAH DOOH ha intuido la vía artística que debía emprender y absorber toda la acumulación plástica que estaba esperando su salida, su plasmación y la concreción en unos espacios que fraguaban la iconografía de un continente que hasta hace muy poco no tenía quien le pintara. Ahora los hay como él y no van a detenerse.
Supimos, pese a todo, renacer, hechos a la memoria de
la sal y el viento,
deleznables al humo,
frágiles de humedad como una cueva,
una honda cueva sola, una oquedad sin río bajo un aire
sin sol.
(Carlos Bousoño)
- El senegalés N´DIAYE comparte imaginario visual con sus antecesores europeos, pero desde una óptica étnica y cultural de su tierra africana. Sabe muy bien que el mismo se ajusta a esos colores oscuros y terrosos, pues son los suyos propios tanto materialmente como metafóricamente.
- Descifra los rostros y cuerpos que como occidentalistas veníamos ignorando, el mundo que en sus territorios se iba construyendo desde el ritual, la magia y la visualidad plástica que albergaban.
- El autor no se limita a simbolizar, sino a inspirar los patrones de una creatividad que nunca estuvo dormida o desaparecida, sino esencialmente viva, tan viva como la realidad que postula en sus obras y que nos ha lanzado desde su corazón afligido.
Toda emoción se origina y se hunde en la realidad,
arraiga como un árbol en ella, y de ella vive y se
nutre, la representa y pone
como un actor en el escenario, o un hábil diplomático
en el salón del trono.
(Carlos Bousoño)
- El inglés LANYON consigue que el sueño sea una realidad y que ésta, a su vez, sea un sueño, de tal manera que la contemplación se vea obligada a penetrar en dos dimensiones simultáneas que en el fondo son una sola.
- Los espacios en sus obras son los que activan todo el proceso de representación, implicando una iconografía que postula la vastedad de un mundo solitario, de planos apagados y deshabitados, monstruosamente empequeñecidos o monstruosamente agigantados.
- Hay muy pocos supervivientes y desperdigados a lo largo de unos cuantos hábitats que son los oteadores de horizontes, y más parece que el tiempo ha sido sacrificado en aras de unas vivencias, escasas y siempre las mismas, que se hacen interminables.
Y te sientes contado e infinitamente narrado
por la misma voz que repite tu nombre
en la oscuridad, una y otra vez.
(Carlos Bousoño)
- La destrucción es la marca de lo efímero y la voladura es la metáfora de lo superviviente. Acabaremos flotando el espacio aéreo y desde allí, desde lo alto, otearemos la devastación que se va extendiendo hasta su culminación.
- Para abordar tal delirio el neocelandés GEDDES comprendió que no había otra alternativa que encomendarse a la hiperrealidad, la cual, con mágico magnetismo, rubricará una operación visual que desde la mirada nos infunde una dimensión de la humanidad al borde de la desolación.
- Pero sin dramatismos impropios, cargando la ejecución en la vertiente más delirante e imaginativa, en una plástica que recurre a elementos fantásticos, a parajes habituales a los que les impone otra magnitud visiva.
¿Quién, tras la noche, hacia el amanecer, como un
estampido en el hueco,
espantosamente florece?
(Carlos Bousoño)
- Decía Henry Moore que todo buen arte ha tenido siempre elementos tanto abstractos como surrealistas, de la misma manera que ha tenido elementos clásicos y románticos, orden y sorpresa, intelecto e imaginación, lo consciente y lo inconsciente.
- La obra de la surcoreana KIM completa ese orbe con una conciliación entre memoria, vida evocada, y gasa, ceniza, y materia. De tal modo que el procedimiento plástico y el imaginario se sintonizan y logran la meta de una visión intensa.
- Sus personajes y sus ruinas son como la revelación de una humanidad que desea ser y estar en un mundo absurdo en que no existan normas de convivencia, en que todo conduzca a la destrucción y al desamparo.
Y todo en la memoria se retorcía agitado por el vendaval,
como un gran bosque movido por la ira de un huracanado
renacer.
(Carlos Bousoño)
- En la pintura el autor no puede contentarse hoy con establecer unos simples márgenes, pues no los hay, han desaparecido al confundirse dentro de la superficie pictórica entre lo que hay debajo y lo que está arriba.
- Por tanto, el danés SAKS juega sin esas limitaciones conjugando distintas acciones y diferentes imaginarios, haciendo que juntos, fusionados, muestren unos signos cuyas claves vienen y van, pero que sin ese conglomerado cromático tan rutilante se perderían.
- La reflexión acerca del uso del espacio y el color domina la técnica de este artista, que en sus obras ofrece un instinto crucial para construir una plástica poderosa basada en una proyección que convence a la mirada del observador de su génesis.
Era un poco de ruido, era un poco de malestar,
pues hacía daño su hermosura cuando se la contemplaba
de cerca,
y en sus vestidos se adivinaba el azar de estar aquí y
no allí,
en los últimos aledaños de un mundo invisible.
(Carlos Bousoño)