- La mirada siempre escudriña la verdad aunque la lleve a un artificio, a una evocación o se deslice bajo un eco cualquiera. Lo cierto es que la visión se queda prendida en la necesidad que tiene de que a su alrededor esté lo concebido.
- Lo que Robert Hughes viene a entender como un acto de pintar, fruto de la negociación de un acuerdo entre lo que vemos y aquello que sabemos, entre la memoria y el impulso, entre el gesto del pincel y el otro millón de gestos que constituyen la historia de la pintura.
- Y así es como la polaca JANKOWSKA, en su obra, hace toda una declaración de principios de un mundo entre la fantasía y su propia realidad, entre una luz eterna y una leyenda del bosque, entre la tristeza y la soledad. En tal sentido es una lección plástica que tiene lo justo de exorcismo, de conjuro para un tiempo ilimitado.
Y hemos vivido como hombres solos,
compartiendo los gestos, las costumbres,
siendo correctos y admirando aquello
que nos fue dado admirar por otros:
poemas doctos, rebelión pictórica,
paraísos que el hombre impone al hombre.
(José Luis Rey)
- La pintura penetra, se infiltra, atraviesa y se introduce en los mundos corporales íntimos, cuya piel es la que infunde una catarsis que dé forma a la línea roja de lo ilimitado. Se trata, como dice Francis Bacon, que el espectador pueda sentir la temperatura del cuerpo que aparece retratado en el cuadro y de esta forma sentir que la obra está viva y funciona.
- Fluidos, carne, fuerzas (F.Bacon), dolor, impotencia, frustración y una plástica sorda a lo que no sea el grito mudo de una mirada que habla a la soledad en silencio, que muestra lo que consideramos algo interno porque somos incapaces de reconocer su transparencia y de que el origen del mundo sangra y sangra.
- Las tonalidades y el color son los auténticos autores, los que dan esa dimensión transgresora, reveladora, pudibunda, porque al fin y al cabo se trata de una representación de martirios sin leyenda, sin altares, sin retablos, sin una mala oración que los arrebate a un paraíso que tanga un asomo de infierno.
Qué sabe de dolor
quien no ha sentido toda la belleza.
(José Luis Rey)
- Palazuelo señalaba que el espacio era la bestia contra la que luchaban los artistas. Una superficie sobre la que se trabaja, que no es un espacio plano, sino un espacio en abismo. Sin embargo, el mexicano PETTERSON ha encontrado el cauce por el que convertir su peculiar concepción del arte en una emoción que se transforma en un acercamiento a la naturaleza sobre la base de desvelarla con esos a modo de biombos que tratan de protegerla.
- Sobre la base de la fuerza y fluidez de la imagen sobrevuela una sensación plástica de libertad, de vida animal y vegetal, en la que el sonido de la palabra queda extinguido por la resonancia de unos territorios vírgenes.
- Su configuración podría haber corrido el riesgo de un preciosismo desacorde, empalagoso, pero no ha sido así, es una mixtura en la que lo geométrico encuadra, simboliza el laberinto en el que se encuentra una percepción insospechada, pacífica, leal consigo misma y con una utopía que se queda en la defensa de unos valores que hemos derrochado a plazos.
Tuvimos juventud, tuvimos sueños,
llegamos a vivir y eso era todo.
Y qué inútil belleza tan hermosa.
(José Luis Rey).
- Con el valenciano ROMAGUERA, habitual en este blog, y más en esta ocasión en que su proyección llega hasta la celebración de una exposición en la Gallery Arps&CO 2014 de Amsterdam, me ocurre lo mismo que con lo que señalaba Palazuelo al considerar el arte una iniciación al misterio de la realidad, esa realidad del mundo y también de la mente.
- Su obra, de la que ya he hecho diversos comentarios, encarna una acumulación de posibilidades en todas las direcciones, es como una fusión a fuego y color de fluidos, figuraciones, abstracciones, geometrías, fuerzas en tensión, en que las formas se buscan para transformarse una y otra vez.
- En sí misma es una exploración de modos de entender las relaciones formales y expresivas, hasta alcanzar aquellos medios y tácticas que nos hacen concebir otros ámbitos de percepción y comprensión, sin olvidar sus improntas emocionales como experiencias cargadas de contenido e inteligencia .
- El espectador siente que su mirada queda colmada, que la plasticidad se ha abierto a todas las llamadas del ambiente y a que a través de su pintura el arte siempre diga algo sobre el mundo en que vivimos, aunque sea con esa plenitud de luz poética y engendradora.
Ya esta aquí la plenitud.
Ha venido con el viento.
Ha venido con la luz.
Ha venido con el verbo.
(José Luis Rey)
- Estos retablos del infierno, esta pintura del sacrificio y de ritos todavía vigentes, guardan su plasticidad para que los veamos como entidades vivas, que colean entre la representación lúcida, patente y una pesadilla que nos convoca para ir y viajar con ella.
- Lo deforme, ya sea en relieve o pictóricamente, no nos hunde en la agonía, tiene una sabiduría creativa, de la que es portador el mexicano VENEGAS, exaltante, extática, cuya poesía conjuga valores intrínsecos y extrínsecos capaces de orientarnos en nuestro pensamiento ancestral, antropomórfico e idolátrico.
- Es una obra para recrearse en lo que aún queda después de lo perecedero, en lo antagónico del espíritu puro, en la biografía de un abismo que se nos hace accesible y evoca ruegos y preguntas, tinieblas y sombras, fuegos y osamentas, ruinas y la creencia de que todavía permanece una visión verdadera que no tiembla.
Buscadme sólo en lo bello.
Un día yo no estaré.
Buscadme en lo verdadero.
(José Luis Rey)
- En la obra del americano FROST el juego de relaciones formales y cromáticas conforma un puzzle en que las percepciones visuales de lo contemporáneo se fusionan con las de lo primitivo, ancestral, tribal o incógnito.
- Porque debajo de ese muestrario de diversión avanza una ferocidad que transgrede el retablo, que formula sin compasión sentencias y admoniciones, que desintegra la belleza para acatar otra atemorizante y delirante.
- Es un repertorio pictórico bien programado, perfectamente delineado, con una ornamentación que matiza la condición estética de la creencia, del arte y de lo que se espera de él cuando hay un rito que se desprende del ídolo.
Acerca del tiempo y del espacio no tiene medida o por lo menos no han sido su preocupación, al contrario, lo que antecede es el mensaje, la comunicación y el impacto de todo aquello que es mestizo, rabioso y ya se ha descodificado.
¿Y quién dirá que existí,
que viví para soñar?
Una vez, una vez sola.
Una vez y ya no más.
Pero una vez es la vida
y otra vez la eternidad.
(José Luis Rey)
- ¿Qué es lo que mueve a proporcionar un sentido a la vida de la creación? Pues la inmortalidad de ese deseo que renace sin cesar de sus cenizas, magma devorador, lava fertilizante. Lo que puede cuadrar perfectamente con una concepción del surrealismo, o de un surrealismo que solamente permanece mudo a quienes no quieren escuchar la forma (Kandiski).
- Y sin embargo el danés FREDDIE la siguió escuchando hasta sus últimos estertores porque sabía que ese simbolismo moderno que es el surreal, es un simbolismo abierto, precisamente al pretender fundamentalmente ser comunicación de lo indefinido, de lo ambiguo, de lo polivalente (Eco).
- Su obra nos deja múltiples resonancias, muchas propagaciones del verbo, de la génesis, del tiempo acabado, de lo irracional que amaga con sumirnos a través de la mirada en un descenso o en un ascenso donde lo que somos y lo que nos transforma nos invita a legislar sobre un orden delirante que tiene sus reglas, su principio y su fin.
Yo no quiero que esté en mí la poesía.
Yo quiero estar en ella.
(José Luis Rey)