- Palazuelo señalaba que el espacio era la bestia contra la que luchaban los artistas. Una superficie sobre la que se trabaja, que no es un espacio plano, sino un espacio en abismo. Sin embargo, el mexicano PETTERSON ha encontrado el cauce por el que convertir su peculiar concepción del arte en una emoción que se transforma en un acercamiento a la naturaleza sobre la base de desvelarla con esos a modo de biombos que tratan de protegerla.
- Sobre la base de la fuerza y fluidez de la imagen sobrevuela una sensación plástica de libertad, de vida animal y vegetal, en la que el sonido de la palabra queda extinguido por la resonancia de unos territorios vírgenes.
- Su configuración podría haber corrido el riesgo de un preciosismo desacorde, empalagoso, pero no ha sido así, es una mixtura en la que lo geométrico encuadra, simboliza el laberinto en el que se encuentra una percepción insospechada, pacífica, leal consigo misma y con una utopía que se queda en la defensa de unos valores que hemos derrochado a plazos.
Tuvimos juventud, tuvimos sueños,
llegamos a vivir y eso era todo.
Y qué inútil belleza tan hermosa.
(José Luis Rey).
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