- En la obra del americano FROST el juego de relaciones formales y cromáticas conforma un puzzle en que las percepciones visuales de lo contemporáneo se fusionan con las de lo primitivo, ancestral, tribal o incógnito.
- Porque debajo de ese muestrario de diversión avanza una ferocidad que transgrede el retablo, que formula sin compasión sentencias y admoniciones, que desintegra la belleza para acatar otra atemorizante y delirante.
- Es un repertorio pictórico bien programado, perfectamente delineado, con una ornamentación que matiza la condición estética de la creencia, del arte y de lo que se espera de él cuando hay un rito que se desprende del ídolo.
Acerca del tiempo y del espacio no tiene medida o por lo menos no han sido su preocupación, al contrario, lo que antecede es el mensaje, la comunicación y el impacto de todo aquello que es mestizo, rabioso y ya se ha descodificado.
¿Y quién dirá que existí,
que viví para soñar?
Una vez, una vez sola.
Una vez y ya no más.
Pero una vez es la vida
y otra vez la eternidad.
(José Luis Rey)
- ¿Qué es lo que mueve a proporcionar un sentido a la vida de la creación? Pues la inmortalidad de ese deseo que renace sin cesar de sus cenizas, magma devorador, lava fertilizante. Lo que puede cuadrar perfectamente con una concepción del surrealismo, o de un surrealismo que solamente permanece mudo a quienes no quieren escuchar la forma (Kandiski).
- Y sin embargo el danés FREDDIE la siguió escuchando hasta sus últimos estertores porque sabía que ese simbolismo moderno que es el surreal, es un simbolismo abierto, precisamente al pretender fundamentalmente ser comunicación de lo indefinido, de lo ambiguo, de lo polivalente (Eco).
- Su obra nos deja múltiples resonancias, muchas propagaciones del verbo, de la génesis, del tiempo acabado, de lo irracional que amaga con sumirnos a través de la mirada en un descenso o en un ascenso donde lo que somos y lo que nos transforma nos invita a legislar sobre un orden delirante que tiene sus reglas, su principio y su fin.
Yo no quiero que esté en mí la poesía.
Yo quiero estar en ella.
(José Luis Rey)
- Pues sí, es como si el madrileño ELESPE hubiese estado en el infierno y hubiese aplicado en su obra la frase de Milton: "No es luz, sino la oscuridad hecha visible". Y de esa visibilidad nace la resurrección.
- Y también una belleza en esos muertos que cuando se descubren sentimos su horror porque como decía Aristóteles en su Poética, las cosas tales como cadáveres, desagradables de ver en sí mismos, pueden transformarse en bellos de contemplarlos en una obra de arte.
- En estas obras lo irracional es un misticismo de seres difuntos retornados, que invocan tanto su liberación como la nuestra, la liberación de ese yo mortal, de ese accidente que somos y que al morir nunca volveremos a ser.
- Seres idénticos unos a otros, que conservan la iluminación de las cenizas, el polvo del fuego, las sombras que les adornan, la intemporalidad no regalada pero sí absorbente, la mirada fija y el rictus de la boca amenazante. Saben que nos les queremos esperar, mas seguirán convocándonos con sus transparencias, con su energía y fosforescencia.
Nos adentramos en nosotros mismos:
corola de recuerdos, la paz del sol dormido, la marea
de sueños,
las águilas del odio, el árbol del amor que da frutos de fuego.
(José Luis Rey)
- Es cierto que la creatividad implica también un componente narcisista evidente, que jamás abandonará. Pero en el caso de la obra paisajística del costarricense FALLAS, tal elemento es en el que incurre el propio panorama que se ha aliado con todas las fuerzas de la naturaleza presididas por su dios equino que se alza como un gigante de follajes, espesuras, arboledas, un verde cosmos que contiene revelaciones para la mirada.
También dicen que la obra es siempre inferior al sueño del que nació. No es tanto así, creo, como el que al final, una vez construida, toma la dimensión que ella misma impone, que considera cuál es el el sentido de una visibilidad más honda, un imaginario más acorde con una realidad que procedía de una fantasía enclavada en la misma.
No hay duda que estamos obra que se completa en sí misma, en una exaltación de un territorio que se mueve entre la utopía y el buen oficio pictórico, que renueva una historia de un papel protagonista -aunque le ha costado tenerlo-, circunscribiéndolo a su propia raíz tropical, a sus características fuentes de la definición telúrica del origen táctil, carnal, corpórea de esa quimera.
Venid, volved, subid.
Escupid al perdón, a la miseria,
al otro olvido, dispensada fama
a quien debía amar, vivir, ser sólo.
(José Luis Rey)
- Sí es cierto que el fervor de la obra de arte libera en cada uno de nosotros unas fantasías únicas y excepcionales. Y también que para el propio artista es un esfuerzo supremo, un jadeo de todo el ser, en el que la creación desgarra, cierne, asemeja y aprieta.
- En el argentino MARTÍN la visualidad está consagrada a la apropiación de unas reflexiones y sensaciones con el fin de elevarlas a la altura de una emoción capaz de dominar el tiempo y el espacio, con el ser más allá y la metamorfosis más acá.
- Sus esculturas son esfinges de ahora, que nos hablan del presente, que auguran el futuro, que gritan y miran al cielo. Son sueños de nunca acabar, de formas imperfectas que constituyen la perfección, que denotan un misterio y que con su contribución empezamos a conocer y sensibilizarnos con él.
Sólo un instante de fulgor y en él
vivir la eternidad, mientras la sombra
arrastra brutalmente a los mayores.
Ojos abiertos frente al mar: la vida
era ya para siempre un reino inmenso.
(José Luis Rey)
- Para el costarricense RAFA FERNÁNDEZ, toda una institución cultural en su país, y padre de Alma, a la que dediqué anteriormente otro post, la concepción plástica pasa por la condición femenina, al ofrecer un campo de posibilidades inmensas, inagotables y las cuales siempre aportan y contribuyen a esclarecer, a conocer, a sentir su confabulación sempiterna.
- Aunque dicen que no existe una interpretación definitiva ni exclusiva, pero tampoco provisional o aproximativa -¿qué es lo que queda entonces?-, en este caso sus obras se abren de par en par para contemplar los rostros que adopta el lenguaje de sus formas. Sus brotes de color nos alcanzan y fecundan una emoción.
- El cromatismo, unas veces fuerte, denso y vigoroso, otras suave, delicado, marcando luces y sombras, es la seña de identidad del artista, que a través de él menea su imaginario en el centro del mismo depositado en la mujer, la cual es partícipe mediante ensoñaciones y sueños, con presencias audaces, exigentes tanto en su melancolía como en su caracterización, y con ese silencio que es su entraña sonora.
Belleza que no mueres, ven conmigo.
Y creceremos juntos.
(José Luis Rey)
- Ya queda muy poco tiempo para que la obra del hispano-cubano ALARCÓN se exponga de nuevo en Berlín (9 de enero), en la galería Richter, ciudad en la que se aprecian y emocionan estos microcosmos de existencias captadas en pasadizos secretos, en silencios remotos, en ambiciones, en odios y temores, en encuentros y azares, en sufrimientos y despedidas, en mestizajes y concepciones, en mitos y leyendas, sin olvidar las consiguientes transformaciones y carnavales.
- De Felipe he hablado y comentado largamente y como él dice, su trabajo es el alma de un pueblo que nunca ha dejado, que siempre está en su sueño hasta que el destino le lleve con mucha misericordia al sepulcro. Pero su legado quedará y esclarecerá perspectivas, nociones, visiones y ese magma caribeño que subsiste gracias a él y a otros.
- Puede estar pintando todo un día sobre confesiones, creencias, secretos y sonidos dentro de un territorio poético que todos conocemos y en el que encontramos la expresión concebida, y, sin embargo, la imagen final nos lleva a parajes desconocidos, a cuya sombra viviremos y caminaremos por todos los que antes se fueron. Pasado, presente y futuro, en una plenitud aparentemente caótica y arracimada, pasan por unas miradas que van de extravío en extravío hasta que alcanzan las profundidades de una sensación única y un pensamiento inesperado.
Tener ideología es tener ojos
y ver el cielo, compartir las nubes.
Entregarse al milagro, ser él mismo.
El avaro, el cruel, el justo, el débil
van hoy contigo.
(José Luis Rey)