- El italiano con residencia en Argentina VENTURI fue el primer artista plástico secuestrado a plena luz del día en Mar del Plata y hasta hoy en paradero desconocido. Un eufemismo para no toparse con la cruda realidad: un asesinato frío y planificado.
- Simplemente porque el autor basaba su compromiso estético en el ético y eso siempre molesta, incomoda, y ante el cual faltan respuestas porque la intolerancia, la represión no tiene argumentos de paz sino de pura violencia. Siempre se ha dicho que el artista no puede abstraerse del contexto social en el que vive, sin que el principio de individualidad pierda su importancia en su concepción.
- Sobre esa base FRANCO satirizaba y daba vida a unos monstruos que regían cruelmente los destinos de un pueblo, e individualmente de cada espectador (no nos podemos evadir), como ente universal, que contempla ese acto comunicativo, su obra, como un fin que reclama una interpretación y, por consiguiente, una integración y conclusión a través de su aportación personal.
Desde luego, lo sé:
que no soy puro,
ni tan siquiera maravilloso,
ni tampoco sincero,
ni albañil,
ni cofre, ni cerrojo,
no soy pájaro ni canto,
ni tan sólo siquiera peco bien.
Desde luego, lo sé.
(Antonio Quintana)
- Dijeron hombres sabios que la elección del material informa el estilo. Y también que la obra de arte pone de manifiesto en su totalidad la personalidad y espiritualidad originales del artista. En todo caso, el diálogo con la materia es indispensable en toda producción de arte.
- Del leridano BEGUÉ ya tuve ocasión de comentar lo que me acercaba a su trabajo, pero guardando las distancias, porque como he leído en una ocasión, el objeto artístico es intraducible al lenguaje de la razón, porque lo mismo que el sueño, habla y no habla, oculta y no oculta, trata y no trata de comunicarse. Y tampoco trato de verificar a través de sus resultados ese método genético que confirma el sentido de una obra mediante la biografía del artista.
- Lo que si es cierto es que los núcleos pétreos de sus piezas enlazan con sus antenas en filigrana, tanto unas preocupaciones e investigaciones formales y poéticas como un estilo de pensamiento de la obra en sí misma, que se encarna, se despoja, se comunica, se engendra y se destruye incluso en su propio movimiento para otorgarse una nueva morfología. Bien es cierto que la interpretación es personal, y así debe serlo, rica en perspectivas, variable y abierta. Pero al ver culminado el requerimiento de la ejecución toda ella revive en mí así como en la experiencia del espectador.
- Y bajo estas premisas, lo que nos ofrece este autor es un imaginario volcado en la fusión entre hombre y tierra, en el origen de uno y otro, entre lo aéreo y lo sólido, entre la vida coaligada con la muerte. Pero el futuro demanda que estas pequeñas composiciones tengan un formato más grande, más crecido, más voluminoso, como la siguiente fase de su intercambio de miradas entre seres que empiezan a reconocerse.
El río va lleno de hojas.
Las hojas van llenas de muerte.
La muerte va llena de peces.
¡Oh!, muerte moviéndose, poblada de peces,
moviéndose.
(Antonio Quintana)
- ¿Es posible, como alguna interpretación apunta, que nuestras fantasías nos vienen de la noche cerrada de los tiempos, de la vida que nos vive? ¿Son estos signos, manchas y texturas un arcano milenario que ha esperado al yo que lo haga visible?
- GAITONDE, uno de los artistas indios más cotizados y valorados, se ha esforzado para dar culminación a una obra que lleve a ese silencio ancestral, a esas huellas que lo han masticado, lo han formado desde la raíz de la materia, e incluso le han dado su predestinación.
- Es un fluir constante, tenue, vaporoso, incitador de prospecciones en su piel y en su carne, que están vivas y calladas, que luchan por ocultarse y ser informes, que habilitan recursos para que su secreto siga escondido entre los pliegues madurando la cepa, exonerado del tiempo y de la inmensidad del espacio.
Sí, desengáñate, todos los hombres, también tú,
olemos a cuerno quemado o a papel quemado,
o a aire irrespirable quemado; a ciervo que-
mado que huye en el bosque; o a bosque que-
mándose.
(Antonio Quintana)
- El zaragozano LOZANO no cree en aquello de que el arte contemporáneo es cada día más una pasión por lo incorporal y un furor casi religiosos por el vacío (Castro Flórez). Al contrario, para él la materia tiene miles de formas, múltiples encarnaduras, variables de luz y color aún imprevistas y a la espera.
- El empaste ha de estar bien condensado y grumoso para que torture a la forma y de ese modo sentirla vivir, como un expresionista rebelde que pretende vengarse de un mundo que él cree definitivamente cerrado o como un poeta que amplia horizontes para huir para siempre de él.
- El caso es que en las obras de este autor la pintura da nuevas prueba de su existencia porque no es un recursos para engalanar la vida o para aislar de ella un ámbito de puro juego, sino un recurso para dale una forma y un sentido (J.B.).
Yo tengo el corazón lleno de miedo.
Yo colecciono risas enjauladas,
gorriones con piernas ortopédicas y gaviotas
muertas
por alas de aeroplanos sin rumbo.
(Antonio Quintana)
- La omnipresencia de los demonios es la que nos cuenta todo, nuestros orígenes, nuestra evolución, nuestra cultura, nuestro yo colectivo e individual. No son fieras ni monstruos, son bienaventuradas mascotas que entienden de la desidia y del caos humano.
- El dominicano PICHARDO sabe muy bien como son,cómo hay que representarlos, cuál es su juego de intenciones, la filosofía que insuflan en la nuestra y el encanto especial que desprenden. Su fisonomía de aristas y geometrías con los cuerpos pintados como si de entes telúricos de tratara invita a esa interpelación constante de lo primitivo y lo actual, del pasado, el presente y el futuro.
- No son agoreros pero nos advierten, tampoco son signatarios de un pacto de muerte, y a pesar de ello le confieren una naturalidad para el momento que llegue y que ellos ya saben. La verdad es que son ángeles para contemplar nuestro destino desde cualquier otra dimensión, hasta aquella que se nos había pasado por alto.
Señor, señora,
¿quién me compra este sueño sin arrugas? Le
aseguro, señora, que no come.
(Antonio Quintana)
- ¿Es que acaso no se ve que la pintura, decía Jean Bazaine, ha de volver a encontrar su encarnación, es decir, realizar nuevamente esa penetración, esa gran estructura común, esa semejanza profunda del hombre y del mundo, sin la cual no hay forma viviente?
- El nicaragüense MORALES, considerado en su día el mejor pintor americano, sí la ha encontrado y la ha definido con una pasión infatigable. En todas sus temáticas late un profundo saber y un espíritu plástico que formula la clave inefable de un lenguaje clarividente.
- Es como si su obra fuera fruto de una predestinación que hubiese obtenido la gracia del encuentro entre el mundo y la forma, entre la naturaleza y su expresión íntima, entre lo humano y su destino inalcanzable. Una fuerza insospechada subyace en esta imaginería de configuraciones inapelables.
La púrpura doliente del espacio,
te llamé, con la luz de mi quimera,
sin saber que llorabas mi silencio.
(Héctor M. Rivera)
- Picasso hablaba de que el arte no es verdad, que es una mentira que nos enseña a comprender la verdad, al menos, la verdad que, como hombres, somos capaces de comprender. Si eso es así, el madrileño GALVÁN nos la fija en la mirada primigenia a través de sus obras.
- Es una pintura que nace de un sueño imponderable que al mismo tiempo es una realidad que se mueve entre lo tangible y lo intangible. Podemos imaginarnos que retrocedemos hasta ella, que estamos en su atmósfera, en su hábitat, y al mismo tiempo nos descubrimos en un hoy que sigue siendo ayer. Metáforas de supervivencia que no tienen fin, que son ahora porque es el tiempo el que nos lleva con nosotros.
- La iconografía es salvaje, no cesa en esa lucha cruel de lo pictórico consigo mismo y con lo que representa, nos ahorra falsos memoriales de cantos edulcorados ya manidos y repetidamente contados, y si hay simulacros tienen la voz de lo genuino, del impacto plástico que aúna formas y temáticas en una correspondencia casi absoluta.
- Por consiguiente, es un trabajo a contracorriente espléndido que no ha tenido en cuenta lo que Jean Bazaine aseguraba respecto a que no se hace la pintura que uno quiere, sino que se trata de querer hasta el fin la pintura que se puede, la que puede la época.
(El tiempo es la luz que se desgasta
el universo que se simplifica
la violencia que se dispersa
la verdad que se asienta y vuelve a su principio).
(Alberto Vanasco)