- El artista español ROMAGUERA, habitual de este blog, seguidor de mis desvaríos, emprendedor, multidisciplinar y explorador, me envía estas obras que forman de su nueva serie "Consagración de la Primavera", en lo que para él es esta estación del año, una concatenación orgánica y metafórica de motivos florales, animales y humanos como de ejercicios plásticos sobre como una transmutación tiene un carácter visionario que nos hace mirar de otra forma, que nos rompe la contemplación al situarnos entre otras coordenadas.
- No cabe simplicidad alguna, cada gesto sobre el lienzo está medido y busca un paradigma, cada pigmento es un acorde sonoro que al final y abre cierra el diálogo, porque estas metonimias pictóricas son vertientes que responden a mensajes que no necesitan cifrarse.
- Por tanto, su juego creativo es agrandar el microscopio, enseñarnos las cápsulas cuyo contenido es una visión de apostasía ante lo que se inscribe como lugar, forma y representación, ya que esa es su significación y aportación. En ellas se alude a esa tergiversación tan fecunda de colores vibrantes y la ceremonia que estipulan y comparten en un trabajo multicolor que proporciona una cuidadosa y pensada génesis de estructura hormonal, de nacimientos, laberintos y realidades que se acompañan solas basadas en sus propias leyendas y ceremonias. Y si por ello hay deconstrucción y abstracción es porque también hay un pulso hacia la conspiración de un ideario que sigue plasmándose.
UN OSCURO PÁJARO NIETZSCHEANO
nos interroga con su vuelo.
Hemos vivido nuestras muertes.
(Almelio Calderón)
- África habrá podido llegar tarde o a la inversa, muy temprano, pero lo ha hecho dejando sentirse como tal, diferenciándose siempre porque es un continente también plástico que ha engullido y renovado sus fuentes de inspiración.
- Ese es precisamente el caso del sudafricano BAILEY y su pintura de encuentro con una geografía física y humana que tiene su propia historia, su privativo cromatismo, su característica figuración. Lo cierto es que sus imágenes son reveladores de unas vivencias que tienen una voz no tan remota.
- Y para expresar ese mundo no hay cauces tradicionales sino una configuración original que sea más incisiva, más enriquecedora en la metodología y en el procedimiento, con más significación en cada trazo o mancha, en cada rostro y personaje, en los que abundan las referencias, los signos y las asociaciones con una tierra que todavía está por descubrir.
Los muertos me duelen, la isla me duele.
La ciudad debe ser almacenada por su sabiduría, por la manera de
poseer todas las voces humanas.
La ciudad me devora con su asma, con su interrogación.
Los cielos no me reciben, no tengo marcado en la mano un destino
como Ulises.
(Almelio Calderón)
- El guatemalteco RECINOS es un artista total: ingeniero, urbanista, escultor, pintor, muralista, etc. Casi un Da Vinci nada menos. Su imaginario es un complejo inmenso de fuentes, entre el numen ancestral y el visionario. En todas y cada una de ellas la génesis creadora temporal y espacial vuelve a renacer.
- Es de esos autores cuya inventiva no tiene fin y que se expresa bajo una configuración muy universal, proyectando en la significación de sus obras todo un mundo, tanto en claves geométricas como figurativas.
- Y el color con que transita traspasa con sus valores armónicos esa conciencia global que toma lo cercano y lo lejano como su núcleo de interpretación, de hipótesis que se van acumulando en una sinfonía de belleza singular y no buscada, en una idea que no descansa porque nunca es la definitiva, la que cierra un final que no existe.
La muerte, inconstante buhardilla que nos convierte en ausentes.
Hay noches de suicidios. Muchas noches que regresan tras el punto
negro. Como luces oscuras y deformes se nos ha ido la inocencia.
(Almelio Calderón)
- En la Alemania del Este acusaban a TÜBKE de ser artista no comprometido porque no hacía una pintura del pueblo y socialista, que hablase de sus gestas y bla, bla, bla. Y no, lo que este hacía este creador y muralista es recrear la historia del hombre, sea la que sea, en la misma medida que la historia de la pintura.
- Podrá imputársele entonces-palabra actualmente muy de moda en este país- un virtuosismo incluso manierista y un ejercicio de estilos, pero no de que sus obras contengan un compendio plástico imaginativo, asombroso, luminoso, un hermetismo en que tiempos y espacios convocan a letanía.
- La pintura vuelve a reconstruirse con un sentido humanista, renacentista, fraguando unas imágenes que no tienen un momento para descansar y decirnos algo, sino que tácitamente se atienen al pacto no suscrito de que la mirada del espectador se quede entre ellas y adivine su canto, su conmoción, su lucha, su debate, su muerte, su alegría o su desolación. Un solipsismo bienaventurado que comparto y no merezco.
¡TODO HA MUERTO!
Ha muerto el tiempo pasado.
Ha muerto el tiempo presente.
Ha muerto el tiempo futuro.
Los dioses se abren a nueva cruz.
Y el cielo gotea.
Sólo a través del suicidio el tiempo se conquista.
(Almelio Calderón)
- En la antigua RDA es, en mi opinión, donde el encorsetado y obsoleto realismo socialista iba poco a poco perdiendo su virginidad. La influencia europea y americana hizo mella en su forma de interpretar el corpus teórico y práctico del ejercicio del arte.
- El checo SITTE, afincado en la Alemania Oriental, y considerado el pintor del Politburo, es un buen ejemplo de ello. Su obra conjuga pasión y fuerza y no se queda en lo público solamente sino también penetra en los momentos íntimos y eróticos (algo no muy bien visto por aquellas calles).
- Después, la plasmación y enfoque de su pintura no es ortodoxa en su formulación aunque la base ideológica persista, sino que su figuración, su estructuración, su comprensión del espacio, su intenso juego del color, hacen que consiga aquello que decía María Zambrano respecto a la obtención de un sueño realizado.
Nadie puede contestar las interrogaciones de un espejo
si no tiene una visión más allá del silencio.
En mi alma hay una civilización que podría estallar.
(Almelio Calderón)
- Dicen que es el representante más definido, más objetivo, de la Nueva Objetividad alemana. Sea o no cierto, el caso es que la obra del alemán HUBBUCH nada más ser conocida produce la impresión de ir hacia el futuro, de estar creándolo (María Zambrano). Pues nunca mejor dicho si nos atenemos a nuestra realidad actual.
- Es la plástica grotesca que no ha parado de crecer porque en ella vislumbramos lo que somos, tal como somos y lo que siempre seremos. También es verdad que puede ser cuestión de sentimientos muy personales de autor, pues como señalaba Caspar David Friedrich el sentimiento del artista es su ley.
- Entre todos sus elementos destaca un ejercicio estilístico consumado y puesto al servicio de una concepción basada en una mirada sobre el ser humano, que ya no nos desconcierta en tanto que sí sigue maravillándonos el horror con el que nos devuelve el espejo de un narcisismo agudo y enfermo.
La existencia anda en la punta de los dedos.
Caen alas hacia dentro.
Hay un camino que nunca se busca en el espejo.
Como sombras van estas olas paridoras de todo.
(Almelio Calderón)
- Fui nazi, después alemán alemán oriental y hasta se me relacionó con la Stasi, pero lo único que puedo pintar bien es la ira. Todo es furor, violencia, mutilación, camino del día final. Mis obras se saturan y gozan con este caos destructor, en este caleidoscopio de trazos gruesos y cargados.
- El alemán HEISIG no da opciones dentro de esta nueva figuración que raya en lo grotesco, en lo más ácido del ser humano, con una plástica que para algunos es vejatoria, pero para otros es la verdad que se alimenta de una realidad que está dándonos siempre ejemplo de buena conducta.
- Sus obra pueden parecernos bestiales pero su carga abisal es profunda, bella y fantasmagórica. Su coloración intensa, tan bien incardinada en el espectro que se refleja, es un espíritu que ya encontró alma, aunque ésta se encuentra en lucha a muerte consigo misma y con sus fantasmas y destinos históricos. Que no se acerquen mucho por si acaso.
Hay recuerdos que caen en la jaula de la adversidad como un batir de remos.
(Almelio Calderón)