- El artista español ROMAGUERA, habitual de este blog, seguidor de mis desvaríos, emprendedor, multidisciplinar y explorador, me envía estas obras que forman de su nueva serie "Consagración de la Primavera", en lo que para él es esta estación del año, una concatenación orgánica y metafórica de motivos florales, animales y humanos como de ejercicios plásticos sobre como una transmutación tiene un carácter visionario que nos hace mirar de otra forma, que nos rompe la contemplación al situarnos entre otras coordenadas.
- No cabe simplicidad alguna, cada gesto sobre el lienzo está medido y busca un paradigma, cada pigmento es un acorde sonoro que al final y abre cierra el diálogo, porque estas metonimias pictóricas son vertientes que responden a mensajes que no necesitan cifrarse.
- Por tanto, su juego creativo es agrandar el microscopio, enseñarnos las cápsulas cuyo contenido es una visión de apostasía ante lo que se inscribe como lugar, forma y representación, ya que esa es su significación y aportación. En ellas se alude a esa tergiversación tan fecunda de colores vibrantes y la ceremonia que estipulan y comparten en un trabajo multicolor que proporciona una cuidadosa y pensada génesis de estructura hormonal, de nacimientos, laberintos y realidades que se acompañan solas basadas en sus propias leyendas y ceremonias. Y si por ello hay deconstrucción y abstracción es porque también hay un pulso hacia la conspiración de un ideario que sigue plasmándose.
UN OSCURO PÁJARO NIETZSCHEANO
nos interroga con su vuelo.
Hemos vivido nuestras muertes.
(Almelio Calderón)
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