- África habrá podido llegar tarde o a la inversa, muy temprano, pero lo ha hecho dejando sentirse como tal, diferenciándose siempre porque es un continente también plástico que ha engullido y renovado sus fuentes de inspiración.
- Ese es precisamente el caso del sudafricano BAILEY y su pintura de encuentro con una geografía física y humana que tiene su propia historia, su privativo cromatismo, su característica figuración. Lo cierto es que sus imágenes son reveladores de unas vivencias que tienen una voz no tan remota.
- Y para expresar ese mundo no hay cauces tradicionales sino una configuración original que sea más incisiva, más enriquecedora en la metodología y en el procedimiento, con más significación en cada trazo o mancha, en cada rostro y personaje, en los que abundan las referencias, los signos y las asociaciones con una tierra que todavía está por descubrir.
Los muertos me duelen, la isla me duele.
La ciudad debe ser almacenada por su sabiduría, por la manera de
poseer todas las voces humanas.
La ciudad me devora con su asma, con su interrogación.
Los cielos no me reciben, no tengo marcado en la mano un destino
como Ulises.
(Almelio Calderón)
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